LECCIÓN 11
UNA MEDITACIÓN EN EL CORAZÓN DE CRISTO
Ahora
comenzamos.
En verdad, saludos a ti, amado amigo. Únete
a mí en este momento. Únete a mí en el lugar donde, únicamente, dos mentes pueden unirse, porque el cuerpo no puede
llevarte a donde yo estoy. Como no puede llevarte a donde tú Amado está. Únete
a mí en el lugar silencioso del Corazón en el cual ya mora toda la sabiduría. Únete
a mí, entonces, en este momento en el lugar preparado para nosotros por nuestro
Creador, antes de que el tiempo fuera.
Únete a mí al elegir ahora permitir que tu atención se relaje
de las cosas del mundo. Deja que tus ojos se cierren suavemente por un momento,
como un símbolo de tu deseo de dejar de lado tu involucramiento y tu apego a
las cosas de este mundo creado. Únete a mí al permitir que el cuerpo sea hecho
libre. Esto solo requiere que tú no le exijas nada. De hecho, deja que repose,
como si estuviera convirtiéndose otra vez en el polvo de la tierra de la cual
procede.
Únete a mí al permitir que tu atención
se retire del mundo que te rodea. Comienza a notar los pensamientos que parecen
que fluyen a través de la mente. Únete a mí al ir cada vez más profundo, como
si permitieras que tu atención se estuviera serenando, hacia abajo, hacia el Corazón.
Y a medida que los pensamientos fluyen a través de la mente, ¿puedes saber de
dónde han venido? ¿Puedes decir a dónde se han ido? Ellos surgen en un momento
y en un momento se desvanecen, mientras tú
continúas renunciando a tu apego a todas las cosas del mundo.
En verdad te digo, que incluso los
pensamientos que surgen y fluyen sin cesar a través de la mente son del mundo. Serénate
entonces, morando en la suave tranquilidad del Corazón. Tú no eres el que causa
que el corazón físico lata y envíe la sangre a través del cuerpo. Sencillamente
él lo sabe, y lo hace. Tú no eres el que causa que la respiración fluya a
través del cuerpo. Esta surge y desaparece. No requiere de tu atención.
Y en este momento, ¿eres tú quien
mantiene a las estrellas por encima de ti en el cielo? ¿Eres tú quien mantiene a
tu hermosa Tierra girando, a toda velocidad a través del espacio, y dando
vueltas alrededor de tu Sol central, que nunca se ha apartado mucho en lo
absoluto de la misma órbita en la que ha estado desde su creación? ¿Tienes tú
que estar pendiente de la silenciosa e invisible forma en la cual crecen las
flores que están afuera de tu ventana? ¿Puedes tú oír el sonido de la hierba cuando
crece?
En algún lugar en este preciso momento,
un niño ha sido dado a luz. ¿Estás tú consciente de eso? De hecho, toda la Creación
continúa y sigue adelante, en una eterna danza, del misterio que da nacimiento
al misterio y que regresa al misterio sin cesar. Sin embargo, tú simplemente moras
en un lugar tranquilo en el santuario del Corazón.
Únete a mí ahora en perfecta paz. Únete a
mí donde solo podemos recordar que estamos juntos. Renuncia a toda esperanza de
que puedes dirigirte hacia mí mediante el pensamiento. Únete a mí en el simple entendimiento
de que por ti mismo, no puedes hacer nada.
Únete a mí al entregarte y rendirte dentro de la Verdad de una unión que está más
allá de toda comprensión. Que está establecida
profundamente en el tranquilo y silencioso santuario del Corazón que compartimos.
Ese Corazón es lo Profundo y es la Esencia
de la única creación del Creador. Esa
creación es Pura Mente, Puro Ser, Pura Inteligencia, la realización plena de
toda la sabiduría, es lo profundo de toda compasión, es la certeza de cada propósito bajo el Cielo.
Descansa conmigo, y reconoce que
nuestras mentes están unidas. Mientras descansas, nuevamente, puedes notar que
los pensamientos parecen que surgen y desaparecen. Pero, ¿no sientes como si
ellos, ahora, vinieran desde un lugar donde tú
no estás, como si te hubieras sumergido más profundamente en ese lugar de tranquilidad
y silencio que está por debajo de la superficie sobre la que los pensamientos
fluyen hacia adelante y hacia atrás sin cesar?
¿Eres tú, entonces, los pensamientos?
No, no lo eres. ¿Eres tú incluso el pensador de los pensamientos? No, no lo
eres. Tú simplemente eres esa quietud, esa presencia que observa a toda la Creación
que fluye a través de un campo de consciencia que es la Mente de Cristo.
Ilimitado por siempre eres tú. Inmutable
por siempre eres tú. Perfectamente inmutable eres tú. Somos de una sola sustancia,
de una sola Luz y de una sola Verdad. Únicamente aquí reside la Realidad. Únicamente
aquí se recuerda a la Realidad. Únicamente aquí reina el Amor supremo. Únicamente
aquí es donde te encuentras tú.
En este lugar que está en todas partes a
la vez, y en esta eternidad que abraza cada momento del tiempo, ¿qué
descubrimos? ¿Qué es lo que compartimos? No es el cuerpo. Porque los cuerpos
están limitados, son las expresiones temporales de la unión del pensamiento. No
es el cuerpo lo que podemos compartir. Mira aún más profundamente. ¿Es el
pensamiento que todavía danza sobre la superficie que está muy por encima de ti
lo que compartimos? No. ¿Qué es, entonces, lo que nos une el uno al otro, como el uno en el otro? ¿No es el silencio y la consciencia de Aquél (el Uno) que observa el surgimiento y la desaparición
de todas las cosas creadas?
Comparto contigo la profundidad de un
silencio perfecto. Comparto contigo la sabiduría suprema. Yo moro y permanezco como eres tú: el pensamiento de Amor en la
forma. Estar en la forma, no significa ser un cuerpo. Solo significa que la Mente
de Cristo, que es la realidad de la existencia del Amor, verdaderamente mora y
permanece dentro de cada uno de nosotros por igual. Si esto no fuera así, tú no podrías reconocerme. Cuando lees
una palabra o una oración, o un párrafo que resuena dentro de ti como la Verdad,
tú no podrías saber que es así, si esa Verdad ya no viviera dentro de ti como
la realidad de tu propia existencia.
Permanece conmigo ahora. No le prestes
atención a la llamada de esa parte de la mente que te distraería y te llevaría
de nuevo a las ilusiones que conforman tu mundo. Aquí, no hay compañeros de
clase, no hay carreras profesionales, no hay pérdida, no hay ganancia, no hay
dolor, no hay sufrimiento. Únicamente aquí, la Verdad sigue brillando en tu
interior. Aquí es donde yo estoy. Y este Corazón que compartimos no está
contenido dentro de tu cuerpo. Por el contrario, el cuerpo ha surgido desde adentro
del poder que reside en este Lugar Santo. El cuerpo solo te ha provisto de una
experiencia de aprendizaje temporal. Allí estará cuando regreses, en caso de
que lo desees.
Pero por ahora, date permiso para
descansar en el Corazón de toda la Creación —el tranquilo y silencioso lugar de
la Paz Perfecta. ¿Qué es lo que compartimos, si no es a la consciencia en sí
misma? Porque aquí, si alguien viniera a ver, se daría cuenta de que no hay
diferencia entre tú y yo. Tú eres un Campo Resplandeciente de Consciencia. Y
ese mismo Campo Resplandeciente comprende la esencia de todo lo que yo soy.
AQUÍ
ES EL LUGAR DE LA CERTEZA, EL PODER Y LA REALIZACIÓN
Dentro de esta Consciencia se encuentra
la respuesta a cada pregunta que podrías elegir preguntar. Dentro de esta Consciencia
Resplandeciente está la seguridad de que el final del viaje es cierto. Dentro
de esta Consciencia Resplandeciente tú moras y permaneces como Uno con todas las mentes y todos los aspectos de la Creación.
Únete a mí aquí a menudo, en conmemoración mía[1].
Porque este es el secreto de la comunión
—renunciar a la percepción del mundo a favor del reconocimiento de la Realidad.
—renunciar a la percepción del mundo a favor del reconocimiento de la Realidad.
La Mente se extiende por siempre, pero se
extiende únicamente en sí misma. Por
lo tanto, cada palabra que comparto contigo ya está presente dentro de ti. Únicamente
aquí, mora el Amor. No hay espacio para nada que sea diferente, distinto al Amor.
Es por esto que cada pensamiento amoroso es verdadero. Porque no surge de la
superficie o del nivel superficial de la mente que genera pensamientos simplemente
en reacción a otros pensamientos. Sino que el Amor emerge desde la profundidad del corazón que trasciende
aquello que tú conoces como tu cuerpo y tu mente, tu mecanismo de
retroalimentación.
Cuando piensas un pensamiento amoroso, has sido acariciado por el toque de Dios.
Cuando no escuchas pensamientos amorosos
dentro de ti, esto solo quiere decir que has regresado a la superficie, y que has
negado a la profundidad que está dentro de ti.
Si desea escuchar solo pensamientos amorosos,
tan solo observa dónde está tu atención. Y deja que se aquiete profundamente en
ese lugar, que está más allá del tiempo, más allá del cuerpo, más allá del
sueño del mundo. Porque este lugar —el Reino de los Cielos dentro de ti— es inmenso
más allá de la comprensión. El mundo que tú conoces cuando pones tu atención
sobre la superficie de la mente es contenido y abrazado dentro de este Corazón,
como una gota de rocío que comienza a ser consumida por el océano que la
recibe.
Aquí, amado amigo, está el lugar de toda
certeza. Aquí está el lugar del poder perfecto que realiza plenamente los
pensamientos amorosos con los que el Creador te ha acariciado. Aquí está la vía,
la forma, la manera de realizar plenamente cada visión amorosa. Aquí está la
fuente de toda sabiduría de la que puedes lograr la recreación de ti mismo para
ser la presencia de Cristo Encarnado.
Aquí, entonces, está el camino recto y
estrecho que conduce a la Vida. Porque la Vida está más allá de todos los
conceptos que jamás hayas oído, incluyendo los conceptos que yo he utilizado
para comunicame contigo. Esos conceptos fueron toda esa gran cantidad de dedos
que apuntaban a la luna que brilla su luz suavemente sobre ti. Esa Luz vive en
la profundidad de un Corazón Silencioso. Por lo tanto:
El Silencio es el portal de entrada a la Sabiduría Divina.
Permanece conmigo aquí. No pienses en lo
que leas, sino que permite que se derrame a través de ti, sabiendo que las
vibraciones de la Sabiduría que estas palabras llevan, dejarán su huella sobre ti, sin el más mínimo esfuerzo de tu parte.
Solo necesitas ser como un amante de
la Mente de Dios —abierto, permisivo,
receptivo— que recibe lo que tu Creador quiera otorgarte.
Permanece conmigo en la profundidad de
este Perfecto Silencio. Nota cómo empiezas a sentir una suave espaciosidad, una
paz que desciende sobre ti, como una suave paloma —y sin embargo, tú no has
hecho nada. Y de nuevo, si sientes que tu atención está siendo empujada de nuevo
a la superficie de tu consciencia, simplemente elige de nuevo, y regresa a la quietud
del Corazón.
Yo
soy amado, yo soy amoroso, yo soy digno de ser amado por siempre.
Deja que esta frase sea como una
escalera que desciende desde el mundo que has hecho hasta la profundidad de la
Paz Perfecta. Es necesario solo que la repitas cuando notes que temporalmente
te has vuelto a distraer por las escenas, los sonidos y las imágenes del mundo
alrededor del cuerpo, así como con los pensamientos que parecen fluir y danzar
a lo largo de la superficie del centro del cerebro.
Yo
soy amado, yo soy amoroso, yo soy digno de ser amado por siempre.
Cuando llegues a sentirte anclado,
arraigado en ese lugar profundo y silencioso, pregunta todo lo que quieras y su respuesta no estará oculta para
ti. Pide ser testigo de mi vida mientras caminaba sobre la Tierra, y te será mostrada.
Pide que se te muestre el campo vibratorio en el que fuiste concebido en esta
vida; y no estará oculto para ti. Pide todo lo que quieras con respecto a algún
amigo, con el que quizás parezca que has tenido problemas últimamente, y la
fuente de lo que ha estado ocurriendo dentro de él te será suavemente revelada a
ti.
Porque recuerda que en este lugar, eres
la Consciencia misma, simplemente tomando consciencia de sí misma. Ese Discernimiento,
esa Consciencia, vive igualmente como la
esencia de todos y cada uno de quienes tú conoces y amas. Tu amor por ellos es lo que te une a ellos, en la profundidad de una Consciencia
tranquila.
A medida que desciendes por la escalera
hasta el lugar tranquilo del Corazón, hay algunas cosas que dejas atrás de ti.
Dejas atrás la necesidad de tener la razón, la necesidad de apoyarte en tus ilusiones,
el miedo al rechazo, el abandono, la negación y la muerte. Dejas atrás todo
pensamiento de lo que el mundo es y para qué sirve. Dejas atrás cada
pensamiento que hayas tenido de cada quien, de todas las cosas y en todas
partes.
Renuncia, entrega el mundo de tus
percepciones, y en silencio ven a arrodillarte ante tu Creador. Allí, en el
lugar silencioso del corazón, sin apego a lo que te sea dado o mostrado, nada se mantendrá en secreto. ¿Te
gustaría conocer los fundamentos del mundo? La respuesta está aquí. ¿Te
gustaría saber cuál es la mejor forma de enviarle Amor a un ser querido? La respuesta
está aquí. Te hablará una Voz, como la que clama en el desierto. Te serán
mostradas imágenes, visualizaciones, sentimientos llenos de vida dentro de ti,
y sabrás la manera de extender tu tesoro.
Permanece conmigo aquí, porque aquí es
donde yo habito. La única diferencia entre nosotros es que en ocasiones tú crees
que habitas en otro lugar. Cuando viajas subiendo las escaleras, y comienzas a
distraerte con los pensamientos que están sobre la superficie de tu mente y por
la retroalimentación sensorial del campo de energía que comprende la creación
física, mientras yo permanezco en nuestro corazón compartido, esperando
pacientemente tu regreso.
Permanece conmigo aquí:
Yo soy amado, yo soy amoroso, y yo soy digno de ser
amado por siempre.
Esta es la verdad que me hace libre —yo soy El Que Soy.
Mi consciencia no conoce limitación y todos los
mundos surgen dentro de mí.
Yo soy Esa Mente, presente en todos los seres cuando
descienden la escalera
y abrazan a la Verdad que únicamente es verdad
siempre.
Aquí está la paz perfecta.
Aquí está el reconocimiento de que nada falta.
Aquí está la aceptación de la realización plena del
Amor que he buscado
en todos los lugares equivocados.
Solo aquí, habito Yo.
Solo aquí, Yo permanezco.
Yo soy Aquél, Él Uno, Él que existe antes de todos
los mundos.
Esta es la única Verdad sobre mí.
Estas palabras no son mías, son nuestras. Y nos compartimos en ellas, por
igual.
Yo
soy amado, yo soy amoroso, yo soy digno de ser amado por siempre. Yo soy El Que Soy.
Viniendo desde la profundidad de ese Silencio
Perfecto y del recuerdo de ese Conocimiento Perfecto, llega el impulso de un
pensamiento amoroso:
LlévaMe adentro de la forma. LlévaMe hacia el
espacio y el tiempo. RevélaMe al mundo.
Tu vida puede convertirse —cada vez que
eliges que así sea— simplemente en el proceso de la encarnación de Cristo.
Renuncia al mundo, incluso mientras caminas a través de él. Entrégalo con cada
respiración. Aprende a cultivar la profundidad de este saber en medio de todas las actividades en las que el cuerpo se
utiliza como un recurso de enseñanza aprendizaje temporal.
Amado amigo, mora y permanece conmigo en
esta Unión. Independientemente de lo
que los ojos del cuerpo te muestren, independientemente de lo que los oídos del
cuerpo escuchen, independientemente de los pensamientos “inofensivos” que
parecen que danzan por toda la superficie del cerebro-mente, permanece donde yo
estoy, informado por ese Amor, del cual
han nacido el sol, la luna y todas las estrellas del Cielo, los planetas en sus
órbitas, y todas las dimensiones dentro de la Creación de nuestro Padre.
Puedes lograr la encarnación de Cristo al
venir a habitar en el Corazón de Cristo, hasta que cada paso, cada palabra y
cada gesto fluyan desde este profundo, silencioso y perfecto lugar, hasta que su Voz sea la única voz con la que actúas.
Incluso cuando los pensamientos del
mundo fluyan a través de tu cerebro-mente, incluso cuando los datos sensoriales
se estén recibiendo a través de las estructuras celulares del sistema nervioso
del cuerpo, tú puedes renunciar a estas cosas, y actuar solamente desde esa
profundidad de Perfecta Sabiduría, de Perfecta Seguridad y de Perfecta Paz. Que
este sea un momento de “Acción de Gracias”. ¿Será que este es el tiempo en el
que realmente darás gracias por la Gracia que te hace libre? ¿Vas a honrar a
esa Gracia al descender la escalera hacia los tranquilos lugares del Corazón en
cada uno de tus días?
Yo soy amado, yo soy amoroso, y yo soy digno de ser
amado por siempre.
Yo soy El Que Soy: la Consciencia Infinita —que no
nace, que no muere— Aquella que abraza al sueño de espacio y tiempo, y que
contempla amorosamente a todos los eventos inofensivos y neutros.
Incluso el cuerpo ya no me pertenece. Éste
simplemente surge y desaparece, mientras que yo, el Creador de toda la Creación,
lo informo con la consciencia y el discernimiento del Perfecto Perdón, la Perfecta
Paz, y la realización plena del Amor.
Sí, y aunque yo camine por los valles del espacio y
el tiempo, el miedo no surgirá dentro de mí[2]. Porque todas las
cosas buenas están bajo mi custodia, almacenadas donde la polilla y el polvo no
pueden corromperlas, donde los ladrones no pueden entrar a la fuerza a robar.
¡Solo aquí, está el tesoro que ya no busco más porque
lo he encontrado!
Permanece y mora aquí conmigo, hasta que
venga la hora cuando sabes que no volverás a salir más del Santo Lugar de
nuestro Padre. Ese lugar es esta Profunda Paz que permanece dondequiera que te
encuentres como el Corazón y la Esencia de tu realidad:
Yo
soy amado, yo soy amoroso, y yo soy digno de ser amado por siempre.
Esto que te doy como una meditación divina
y como una forma de oración. ¡Perfecciónala! ¡Vívela! ¡Bébela! ¡Abrázala!
¡Devórala! ¡Conviértete en ella! Porque en este convertirte, tú simplemente recordarás
lo que siempre ha sido verdad desde antes del surgimiento de los mundos.
Como una ave que retorna para descansar
en su nido, como la nieve derretida que se convierte en el río que fluye en lo
profundo de un océano silencioso, como el sonido, la canción de una flauta que
desciende suavemente sobre tus propios oídos —tú— el creador de las notas, sé
tú también astuto como las serpientes[3] y
disuélvete frecuentemente en esta profundidad de la Verdad de tu ser, hasta que
mores y permanezcas aquí en todas partes
y en cada momento.
Y cuando el cuerpo se ponga de pie y
camine sobre la Tierra, el tacto de los pies sobre la tierra te recordará la
bendición de Cristo. Y cuando las cuerdas vocales se utilicen para formar las palabras,
las palabras que se formen enseñarán solo Amor. Aquí entonces, amado amigo está
la esencia de todo lo que se te extenderá en esta lección.
Ahora practica descender y ascender suavemente
por la Escalera de la Consciencia. Date permiso para ascender, para notar los
pensamientos que fluyen a través de la mente. De escuchar los sonidos a tu
alrededor. De sentir el peso del cuerpo en la silla donde te sientas, y luego
descender de nuevo. Mora ahí por un rato.
Entonces otra vez elige ascender.
Escucha los sonidos a tu alrededor, el latido del corazón físico. Cambia de
posición el peso del cuerpo. Observa los pensamientos que fluyen a través de la
superficie de la mente. Renuncia a estas cosas, y desciende de nuevo, suavemente
asciende y desciende. Porque mientras lo haces, unirás ambos polos. Y vas a
cultivar dentro de ti mismo la consciencia y el poder espiritual necesario para estar en el mundo, pero no ser del
mundo.
¿Puede haber un mayor logro que este?
¿Puede haber algo que puede ofrecerte a ti una mayor realización que ser el canal
a través del cual la Consciencia Infinita y el Poder fluyen con cada
respiración, con cada gesto, con cada palabra hablada —que revela a Cristo al
mundo a través de ti? ¿Qué podrías alguna vez valorar que sea mayor que esto?
Disfruta, entonces, tu práctica. Sabes
que cuando desciendas al lugar del Silencioso Corazón dentro de ti, te daré la
bienvenida y me sentaré contigo en la profundidad de ese Silencio. Nuestras
mentes, nuestros corazones y nuestras almas se fusionarán como Una. Cuando
asciendas, me llevarás contigo. Y cuando desciendas, me beberás dentro de ti,
hasta que finalmente no haya diferencia entre nosotros. Cuando el mundo te contemple,
dirá:
He aquí, que estoy en la presencia de algo
misterioso,
algo atractivo, algo vasto, algo inmenso, algo apacible
y lleno de energía.
¡Sin duda, este es el Hijo de Dios!
Desde esa Mente que compartimos como Uno,
te digo a ti:
Que la paz camine contigo.
Mis bendiciones yo te doy, no como las que da el
mundo,
yo te doy la Voz de Cristo que anhela ser tu voz.
Porque el mundo da y quita, pero mi Amor está
contigo para siempre.
Deja que este Amor se vuelva tuyo. Reclámalo. Hazlo
tuyo. Pruébalo.
Bébelo. Respíralo. Camínalo. Háblalo.
¡Encárnalo!
Aunque ahora voy a retirarme en el Silencio,
sin embargo, camino contigo por el camino que vas a elegir, que podría convertirse
en una manera, en una forma que extienda el tesoro de tu Perfecto Conocimiento de
que eres amado, de que eres amoroso, y de que eres digno de ser amado por siempre. Que tú eres, de hecho, Eso Que
tú eres. ¡Y que no puedes ser otra cosa! Suavemente toca cada momento con aquello
que traes de lo que descubres en la profundidad de tu viaje en el Corazón de
Cristo.
Que la paz esté contigo siempre e
ilumine tu camino, mientras aún mores y permanezcas en el mundo. Que tú eres,
de hecho, enviado como Cristo, Aquél, El Uno, El que tiene todo el poder de
extender el tesoro de la Verdad. Sé, por lo tanto, Aquello que Tú Eres —y tú eres las estrellas que iluminan los
cielos que traen Luz radiante a las cosas del tiempo.
Ve tú, por lo tanto, por todo el mundo y bendícelo
con el Resplandor de Cristo dentro de ti.
Si alguna vez necesitas saber dónde debes
estar, desciende a la Profundidad. Y cuando asciendas, abre los ojos y bendice
el lugar donde te encuentres. En esto está tu propósito plenamente realizado.
Que la paz esté siempre contigo. Amén.
[1]
1 Corintios 11:23, 24
“Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la
noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y
dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí”. (N.
del T.)
[2]
Salmos 23:4 “Aunque ande en
valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu
vara y Tu cayado me infunden aliento”. (N. del T.)
[3]
Mateo 10:16 “Mirad, yo os
envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes
e inocentes como las palomas”. (N. del T.)
[1] 1 Corintios 11:23, 24 “Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí”. (N. del T.)
[2] Salmos 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento”. (N. del T.)
[3] Mateo 10:16 “Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas”. (N. del T.)
El traductor de este libro procede de Venezuela. Esta es una traducción no oficial. Se le recomienda a los lectores adquirir la traducción oficial en www.shantichristo.com también pueden obtener otros materiales complementario en la Fundación Shanti Christo. La traducción es casi literal para no alterar en nada el mensaje original de Jeshua ni la estructura del texto, es la intensión de Jeshua permitir que cada frase se retenga dentro del corazón, que cada idea llene la mente y el cuerpo con su frecuencia o vibración real. Ya que así fue diseñada cada palabra, la estructura de cada frase, la cadencia y el humor. Se ha evitado el uso de términos que pudieran desconcertar a los lectores de los otros países de habla hispana. La mayoría de los pronombres de la segunda persona del singular y del plural se han traducido por “tú/tu/ti/te/tus” incluso cuando está claro que Jeshua le habla a un grupo de personas.
Nota del traductor
La Fundación Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.
Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/
Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz,
El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:
1er Libro "El Camino del Corazón"
de la Lección 1 a la 12
2do Libro "El Camino de la Transformación"
de la Lección 13 a la 24
3er Libro "El Camino del Conocimiento"
de la Lección 25 a la 35
Recomendaciones:
- Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
- Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
- Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
- Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.
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