LECCIÓN
2
TÚ CREAS TU EXPERIENCIA
Es con alegría que vengo a morar
contigo. Es una gran verdad que con frecuencia vengo a muchos. Pero debido a lo
que aprendiste en tu mundo, muchas veces has creído que soy una ficción de tu
imaginación. La voz que silenciosamente se escabulle a través del espacio entre
tus propios pensamientos, que piensas que es tan solo una ilusión. Sin embargo
te digo que con frecuencia vengo a muchos.
No vengo yo solo a comunicarme contigo. Hay,
en verdad, una gran cantidad de amigos que vienen a crear un vórtice, una
circunferencia de energía. Venimos incluso mientras lees estas palabras dentro
de tu espacio para establecer ese tono. Si bien deseas recibirlo, hay muchos
amigos invisibles a los ojos físicos que han venido para contribuir y apoyar en
esta comunicación.
¿Por qué es esto importante? Siempre, en
cada y todos los momentos de tu experiencia, tú como un alma, como una chispa
divina de consciencia, estás deliberadamente eligiendo crear formas de
comunicación.
LO
QUE PERCIBES LO COMUNICAS SIEMPRE
Lo haces con la ropa que te pones en el
cuerpo. Lo haces con tus gestos y con el sonido de tu voz. Lo haces con la
misma cultura y época del tiempo en el cual encarnas. Estás constantemente y
únicamente creando formas a través de las cuales te comunicas.
La comunicación es el intento de descansar
en comunión con la creación. Lo que eliges percibir, creer y aceptar como
verdad se irradiará a través de ti, a través de tus medios de comunicación, que
incluye al cuerpo, con el que puedes transferir tus percepciones a otros, de
forma que ellos puedan saber quién eres y con cual voz estás comprometido.
A menudo he dicho que el cuerpo es un medio
de enseñanza aprendizaje, y todas las formas de comunicación afectan al proceso
de enseñanza aprendizaje. Cuando te levantas por la mañana, el primer
pensamiento que haga hogar en tu mente, influirá sobre ti. Puedes estirar el
cuerpo. Puedes sonreír. Puedes fruncir el ceño. Podrías estar lleno de paz, o
podrías sentir el peso del mundo. Estas cosas vienen, no porque las hayas
percibido afuera, sino porque las has
permitido adentro en la profundidad
de tu consciencia que permanece pura y sin mácula y radiante más allá de todos
los límites por siempre.
A medida que ese pensamiento hace hogar
en tu mente, literalmente comienzas a transformar el medio de comunicación
llamado el cuerpo que es aquello que porta, expresa y refleja lo que ha venido
a hacer un hogar dentro de tu mente. Recuerda, por favor, que la mente no está
donde está el cuerpo, no habita dentro del cuerpo, pero si habita y permanece
dentro del campo de tu mente.
La comunicación es creación. Las dos son uno y lo mismo. Por lo tanto, si vas a
crear bien, pregúntate solo esto:
¿Qué me
comprometo a comunicar?
¿Qué expresarán
mis creaciones?
¿Qué transmitirán
mis creaciones a los demás?
Porque lo que
trate de transmitir revelará lo que creo
que es la verdad
de mi Ser al mundo.
Por lo tanto amado amigo, ya que
comenzamos a enfocarnos, a purificarnos, a profundizar, a madurar en El Camino del Corazón, es recomendable
comenzar por el principio. El principio de este camino es simplemente este: Eres como Dios te ha creado para ser.
Eres un enfoque infinito de consciencia. Tu mismo sentido de la existencia no
es más que un bucle de retroalimentación o un mecanismo de retroalimentación de
modo que puedas ser testigo de los efectos de las elecciones que estás tomando
en la profunda, pero muy profunda, profundidad de tu mente que descansa justo a
la derecha de la Mente de Dios[1].
Por lo tanto, en cada momento de tu
existencia, que incluye esta encarnación corporal, literalmente estás
permitiendo a través de una deliberada elección —aunque tal vez inconsciente— causar
una vibración de pensamiento o una vibración de creación. Para comunicársela al
mundo en un intento de experimentar la comunión con toda la vida, con un amigo,
con un padre, con un niño, con un ser amado, con las nubes que pasan por el
cielo o con la misma Tierra.
Cada gesto, cada pensamiento, la forma como
el cuerpo respira, todas estas cosas están ocurriendo constantemente, y están
comunicando o revelando el efecto de lo que has permitido que se aloje en tu
mente.
Comprende bien que, El Camino del Corazón requiere que te permitas a ti mismo descansar
en la simplicidad de esta verdad:
Yo soy Espíritu
puro, inmaculado y no afectado por nada ni nadie.
Se me ha dado pleno
poder para elegir y, por tanto, de crear mi experiencia como Yo quisiera que fuera.
No es exactamente el "yo" que
es la parte egoica de la mente, porque esa parte es solo una de tus creaciones que
funcionó mal en algún lugar de la línea. Que es una parte muy pequeña de la
mente. Estamos hablando del “Yo" que eres tú que es Espíritu puro que sabe
que existe, a pesar de que no conoce el momento de su propia creación. Tú eres
Espíritu puro. Por lo tanto, debes saber que:
Yo soy solo Espíritu Puro, en cada momento,
independientemente de lo que yo crea que estoy viendo, independientemente de los
sentimientos que surjan dentro de mi consciencia, yo y solo yo soy en un cien
por cien completamente responsable de ellos. Nadie los ha causado. Ninguna gran
fuerza en el universo ha hecho que esta percepción surja dentro de mi consciencia.
Yo la he seleccionado.
Tal como lo harías si vas a un
supermercado y eliges lo que vas a preparar para la cena y luego vas a casa y vives
la experiencia de su creación, así también es como eliges cada experiencia.
Cuando eliges una percepción, la alojas en la mente. Entonces la expresas a
través del cuerpo, a través del ambiente que creas a tu alrededor y a través de
los amigos que llamas a tu consciencia. Cada aspecto de la vida que vives es el
símbolo de lo que has elegido para vivir la experiencia y, por lo tanto, para
transmitirla a toda la creación.
El
Camino del Corazón comienza
con la aceptación de esta simple verdad:
Yo
soy como Dios me creo para ser.
Hecho
a Su imagen, soy un creador por siempre.
Por consiguiente, ¿qué deseas que
comuniquen tus creaciones? ¿Por qué razón haces las elecciones que estás haciendo? Tú
sabes perfectamente bien que a veces parece que estás como obligado —y el ego quiere
hacerte creer que estás obligado— a ciertas acciones, a ciertos sentimientos, a
ciertas elecciones, a ciertas percepciones,
a ciertas declaraciones con respecto a
algo que seguramente existe fuera de ti mismo. Eso nunca es verdad. Bajo ninguna
circunstancia, ha existido algo en la creación que tenga el poder de dictarte a
ti la elección que vas a hacer.
LA
PAZ FLUYE DE LA ALINEACIÓN CON LA MENTE DE DIOS
Por lo tanto, el sendero del despertar —El Camino del Corazón— debe comenzar con
la decisión de abrazar [aceptar] a la verdad que es verdad siempre:
Yo soy el creador de todo lo que pienso, veo y experimento.
Yo soy libre por siempre. Nada incide sobre mí, sino
los pensamientos que he elegido albergar adentro.
Nada me aprisiona, sino mi propia percepción de
aprisionamiento.
Nada me limita en ningún nivel o dimensión de
experiencia, salvo aquello que he elegido.
El
Camino del Corazón,
entonces, abraza [acepta] a todas las cosas, confía en todas las cosas y
eventualmente trascenderá todas las cosas. ¿Por qué? Porque comienza por asumir
la completa y total responsabilidad de lo que ha sido canalizado a través de
él. Todos ustedes sirven como un canal, desde el momento en que te levantas
hasta el momento en que te vuelves a levantar. Incluso mientras duermes, estas
eligiendo aquello que fluye a través de tu consciencia.
La meta que buscamos nunca ha cambiado.
Es en verdad, un viaje sin distancia. Es meramente retornar a dónde has estado
siempre, de forma que puedas comenzar de nuevo a crear deliberadamente,
claramente y con el perfecto conocimiento de que si estás experimentando algo,
es porque eres la fuente de ello, y por ninguna otra razón.
El
Camino del Corazón
no es un camino para ganar poder. No es un camino en el cual finalmente podrás
hacer que el mundo sea como quisieras que fuera. Más bien, es un sendero en el
cual aprendes a trascender y a disolver de tu consciencia cada percepción, cada
pensamiento, que está fuera de alineación con lo que es verdad. El pensamiento
de muerte está fuera de alineación. El pensamiento de miedo está fuera de
alineación. El pensamiento de culpa está fuera de alineación.
El pensamiento de vida eterna está en alineación. El pensamiento de perfecta
ausencia de miedo está en alineación.
El pensamiento de paz está en
alineación. Saberse inocente está en
alineación. Los pensamientos de alegría y de perdón están en alineación y reflejan la Verdad que es verdad siempre.
Porque aunque se te ha dado libre y
completa voluntad de crear como elijas, el alma comienza aprender que lo que le
trae la mayor alegría, la mayor paz, la mayor dicha inimaginable es aquello que
fluye desde la Mente de Dios a través del canal de la mente, que es el alma, que
en sí misma lo expresa en el campo de la experiencia. Es por esta razón que la
voluntad del Padre es que seas feliz. Y tu felicidad se encuentra en elegir
restaurar tu perfecta alineación únicamente con la voz de Dios.
El
Camino del Corazón
es ese sendero que comienza con el compromiso de sanar y despertar y se
fundamenta en la premisa, en el axioma que te hemos dado:
Eres
perfectamente libre en todos los momentos.
Todo
lo que has experimentado ha sido por tu elección
y
en ningún momento ha existido ninguna otra causa.
Parece simple. Y sin embargo, ¿qué alma
no ha conocido la resistencia a esta idea? Si preparas y horneas una torta y
sale bien, dirás: “yo la hice”. Pero
si horneas una torta y sale muy mal, piensas: “debe haber sido la harina. Debe haber sido la temperatura del horno.
Seguramente hay algo que causó que esta creación no saliera como yo en verdad
lo habría deseado”.
Se necesita mucho valor, mucho coraje y
mucha fe para contemplar a todas tus creaciones —tus pensamientos, tus
sentimientos, tus manifestaciones— con amor, y con la inocencia de un niño. Por
ejemplo, que siembres un jardín y que todo se marchite y muera, y que sin
embargo sonrías y digas: “yo sembré este
jardín. Y lo he hecho yo y solo yo. Bueno, creo que aquí voy a tener un poquito
de hambre, así que pensándolo bien podría mejor ir a la tienda”.
¿Por qué esto es importante? Porque hace
mucho tiempo, el alma comenzó a crear la percepción de que ella era algo
diferente de lo que fue creada para ser. Y la voz del ego emergió dentro del jardín
de la consciencia. En el alma, el aspecto más profundo de la mente que todos
ustedes conocen, comenzó a identificarse con una voz que era distinta a la voz
de Dios, esa voz te ha llevado a creer que tus creaciones determinan tu valor.
¿Conoces ese sentimiento?
Por consiguiente, si lo que creas no está
a la altura de las expectativas, significaría que tú, en el núcleo de tu ser, serías una especie de fracaso. Pero te
digo que, en realidad, el fracaso no es ni remotamente posible. ¿Por qué? Si
siembras un jardín y la semilla no se convierte en una hermosa flor, sino que
se marchita y muere, esa experiencia es una creación y la has hecho tú. Y como
todos los eventos en el espacio y el tiempo —todo lo que experimentas— son
perfectamente neutros, no hay, en realidad, nunca ningún fracaso.
El único fracaso que pareciera que
ocurre dentro de tu propia consciencia es cuando crees que no es aceptable
recibir, apropiarte, y abrazar [aceptar] a tu creación con amor y con
inocencia. En lugar de eso puedes elegir contemplarla, experimentarla, y
reconocer tu perfecta seguridad al hacerlo así. Porque es a partir de ahí, que
puedes decidir ya sea continuar con esa forma de creación o si decides pensar
de manera diferente y abordar las cosas de otra forma.
Ahí es donde está la trampa. Esa parte
de la mente hace mucho, pero mucho tiempo comenzó a enseñarte que cosas aceptar
como creaciones aceptables y cuáles no aceptar, por cuales creaciones responsabilizarse
y por cuales negar responsabilidad. Y ese conflicto crea la ilusión de separación.
Cuando esto se lleva al extremo, descubres que los hospitales están llenos de personas
que tienen profunda depresión, paranoia, y la sensación dentro del ser, dentro
de la mente humana, de sentirse alienados y solos.
La impotencia, la desesperanza, la
desesperación, la ira y el odio son síntomas de la ilusión fundamental que ha
ocurrido dentro de la profundidad de la mente. Esto ha ocurrido porque ha existido
una larga historia de haber cultivado la habilidad de escuchar a la voz equivocada.
La voz equivocada es la voz del ego. Que te ha enseñado a juzgar, a escoger, a seleccionar
aquello de lo que te harás responsable. Cuanto más te muevas hacia esa consciencia,
más difícil te parecerá que alguna vez tengas la esperanza y la oportunidad de
trascender la sensación de separación, de conflicto y de falta de paz.
¿Cuantos de ustedes no han tenido el sentimiento
cuando recuestan la cabeza sobre la almohada por la noche, de que no pueden
dormir porque las cosas no están saliendo de la manera como esperabas? La razón
por la cual no puedes dormir es debido a que estás juzgando a tu creación.
Pero es posible cultivar justo lo
contrario, que es aprender a contemplar con perfecta inocencia a todas las
cosas que surjan en el campo de tu experiencia. Es posible observar con
inocencia y asombro a cada sentimiento desde una posición de curiosidad, como
contemplarías a una nube que pasa través del cielo. Mírala, maravíllate al ver
—su forma, su color— y abrázala, [acéptala], sabiendo que no afecta la pureza
del cielo través del cual flota temporalmente.
Cada una de tus creaciones es exactamente
como esa nube. Cada una surge en el campo del tiempo y del espacio, tú las
experimentas, y luego desaparecen. Cada herida que alguna vez hayas conocido es
como una nube que comenzó a pasar en el campo de tu consciencia porque percibiste
las cosas de una cierta manera. Y si esa herida está todavía alojada dentro de
ti, es por qué te has apegado, aferrado a ella. Seguiste a la voz del ego, y
eso causa que creas que estás identificado con ese sentimiento, con esa
percepción. Y debido a que erróneamente piensas que esas percepciones, esos
sentimientos eres tú, asumes que si los dejas ir, podrías desaparecer; ¡podrías
morir!
La mente humana es ese campo dentro de
la creación, dentro de la consciencia, que ha aprendido a volverse tan
identificada con las percepciones, con las experiencias y sentimientos que
necesariamente no son confortables, ya que cree que si los deja ir, morirá.
Desde nuestra perspectiva, cuando observamos los campos de energía de aquellos
que todavía se identifican con esta dimensión, parece como si ustedes están
aferrados, agarrados, causando que la energía se condense. Y tus nudillos están
blancos, tratando de aferrarse a la limitación, a la culpa, a la falta de valía
y a la duda.
Buscas inocencia y paz. Buscas
abundancia, prosperidad y alegría. Pero muchas veces, cuando tocas esas cosas,
te aterrorizan. ¿Por qué? Porque la Verdad del Reino requiere apertura,
confianza, expansión y espaciosidad. Involucra permitir, [aceptar], confiar,
atestiguar y dejar que las cosas vengan y se vayan. Involucra aprender a
cultivar una profunda alegría por todo lo que sea que surja, viendo que todas
las cosas son simplemente modificaciones de la propia consciencia, y entonces
dejarlas ir cuando llegue el tiempo de hacerlo.
Ten por seguro, que no hay nadie —ni una
sola alma— que alguna vez haya descubierto algo que haya nacido en el tiempo y
que también no haya terminado en el tiempo.
¿Cuánto de tu sufrimiento proviene
debido a que estás aferrado a un pasado sin vida y a que insistes en que debes
cargarlo contigo todavía? Estás haciendo eso porque en el pasado, llegaste a
identificarte con las nubes que estaban pasando cerca y las reclamantes como tu
propia identidad. Por lo tanto, si las liberas, esto va a significar que debes
cambiar, que debes seguir.
¡La propia creación que fluye desde la
Mente de Dios está en progreso continuo por siempre! ¡Tú nunca dejarás de ser! Tú vas a seguir hacia adelante por siempre, por
siempre, por siempre, por siempre y para siempre. Vas a seguir por siempre siendo
exactamente como eres ahora. O puedes permitir que la Mente de Dios fluya a
través de ti, llevándote hacia una mayor expansión y profundización de tu
consciencia en la infinita belleza del poder de la Mente de Dios.
LA
MAESTRÍA SURGE DE LA INOCENCIA
En estas lecciones, crearemos un sistema
o un camino sobre el cual puedas caminar mediante el cultivo deliberado de una cualidad
de discernimiento en la consciencia que se hace necesaria para lograr la
estabilidad de precisamente de ese discernimiento, de forma tal que puedas
traerlo a todos y cada uno de los momentos de tu experiencia.
Imagina entonces, que es posible
experimentar cualquier cosa que surja sin perder el sentido de espaciosidad, de
inocencia, de comodidad, de soltura que estás experimentando ahora en momentos
fugaces. Por ejemplo, ¿conoces la experiencia cuando las cosas están saliendo
bien, donde vas cantando una melodía de felicidad, y que la vida parece que se
mueve hacia adelante? Imagina que puedes tener y sentir esa misma cualidad de
confianza, de fe, y de certeza de propósito, incluso cuando los edificios se
están derrumbando a tu alrededor y que tu cuenta bancaria se quedó sin dinero.
Imagina que es posible contemplar todos esos eventos con el mismo sentido de
inocencia y de asombro con el que mirarías en lo profundo de los ojos de un ser
amado.
Porque en tal cualidad de consciencia
está la perfecta maestría. Dentro de ella se descubre la perfecta paz, la
perfecta libertad, la perfecta alegría y la ininterrumpida comunión con toda la
creación. Y si tienes por bien recibirla, esa cualidad te hará entrar en estrecha
intimidad con toda la creación que es aquello que has estado buscando como alma
desde la primera vez que comenzaste a identificarte con la creación que llamas
ego. Porque esa creación ha creado conflicto y separación. Todo lo que alguna vez
has intentado hacer desde entonces ha sido un intento de vencer la separación y
para recuperar lo que sientes que has perdido. Solo que de la manera en que has
tratado de hacerlo no te ha funcionado.
El mundo del conflicto, del miedo, de la
culpa, y de la falta de valía y el mundo del Reino yacen el uno al lado del
otro dentro de tu propia mente. El ojo de la aguja por la cual uno debe pasar
es la re-cultivación de la inocencia de un niño. Es por esta razón que muchas
veces enseñé:
Vuélvete otra
vez como un niño pequeño para que entres en el Reino de los Cielos.[2]
El cultivo de El Camino del Corazón es ese camino mediante el cual
deliberadamente y conscientemente eliges volverte otra vez como un niño
inocente. Exactamente como eras en el principio antes de que alguna vez
crearas, y entonces encarnaras dentro de esta dimensión de experiencias que
parece estar tan impregnada por la sensación de conflicto y separación.
LO
QUE DECRETAS, ES
Voy a pedirte ahora que comiences a
poner esto en práctica. De manera que sin importar lo que acontezca, detente
por tan solo un momento y vuélvete consciente de donde te encuentras.
¿Dónde estás? ¿No estás teniendo la
experiencia de aparentemente estar dentro de un cuerpo? ¿No parece que te
encuentras viviendo en una habitación en alguna parte? ¿No estás en un ambiente
en el cual hay ciertos patrones climáticos que fluyen alrededor de ti? Quizás
hay algunos sonidos que lleguen hasta tus oídos.
¿Puedes verdaderamente estar consciente
de donde te encuentras ahora? ¿Puedes sentir el peso del cuerpo mientras estás
parado sobre tus pies o sentado en tu silla? ¿Notas la tensión en el cuello? ¿Notas
la aceleración de los pensamientos en la mente, cuando eso está ocurriendo? ¿Puedes
comenzar a traer consciencia exactamente a lo que es, desde una posición de inocencia y sin juicio?
Hay un dicho en tu mundo que dice: “Es lo
que es”. Ese es el comienzo de la sabiduría. Descubrirás que lo que es, es lo que elegiste hacer de ello. Mantente
presente, donde quiera que te encuentres ahora, y deliberadamente decide
—deliberadamente decide— aceptar completamente que aquello que estás
experimentando en este preciso momento no tiene ninguna causa en lo absoluto,
excepto tu elección de experimentarlo. Ten por seguro, que independientemente
de lo que la mente pueda tratar de decir, que si no hubieras querido plenamente
estar justo donde te encuentras, tú no estarías allí. Si estás en un cuerpo en
el campo del espacio y el tiempo, ten por seguro, que tú lo deseaste, que tú lo
elegiste, y está aquí.
Comienza aquí. No hay ninguna necesidad
de juzgarlo, ninguna necesidad de pedir que sea diferente. Solo sé
verdaderamente consciente de lo que es.
Si estás sintiendo el cuerpo que está sentado en una silla, permite que este
pensamiento venga dentro de tu mente:
Literalmente he creado esta experiencia. ¡Algo
dentro de mí es tan grande, tan poderoso, tan vasto, tan más allá de todo lo
que los científicos alguna vez podrían descubrir, que literalmente he
cristalizado dentro del campo de la experiencia una consciencia de ser un
cuerpo en el espacio y el tiempo! Esto ha surgido desde el campo de mi
consciencia, que es el regalo de Dios para mí, quien solo me pide que aprenda a
crear como Dios crea.
Muchas veces he dicho que el Padre te
contempla y dice:
Esta
es mi única creación y he aquí que es muy buena.[3]
Porque el Padre se maravilla de lo que eres,
conociendo perfectamente bien que lo que eres emergió desde su Santa Mente.
De la misma forma que contemplas a tus creaciones y te maravillas. ¿Cómo es
que podrías vivir y permanecer en este marco de tiempo sobre este planeta?
¿Cómo es que podrías colocarte a ti mismo detrás de un volante de un automóvil
y realmente llevarlo desde un punto A hasta un punto B? ¡Es un misterio y una
maravilla, y nadie sabe cómo fue hecho! Pero está hecho.
La razón por lo que está hecho es que
todo el poder se te ha dado a ti y lo que decretes es. Un hombre o una mujer
decretarán una cosa y así será. Has decretado este momento. ¡Aprópiatelo!
Porque apropiándotelo, justo ahora, puedes comenzar a sentir el increíble y
fabuloso poder que fluye a través de ti en cada momento. ¡Este es el poder de
crear!
Comienza ahora por elegir cultivar la
práctica de esta manera: Establece la intención de que en cada hora del día,
por tres o cinco minutos, vas a practicar traer esta cualidad de consciencia a
exactamente cualquier cosa que estés experimentando cuando surja el
pensamiento de que debes hacer la práctica. ¿De dónde viene ese pensamiento?
Imagina que estás en tu día a día y que has estado atareado y apurado. Que has
ido a tu oficina o a tu trabajo. Que has conversado con tus amigos. Que has
comprado algunos víveres. Que has hecho todas esas cosas, y repentinamente el
pensamiento aparece:
¡Oh! Enfócate en estar consciente de que soy
literalmente el creador de lo que estoy experimentando.
¿Crees que eso tan solo pasó por
accidente? ¡No! El pensamiento que está penetrando el discernimiento de tu consciencia
proviene desde la profundidad de tu mente que descansa exactamente a la derecha
de la Mente de Dios.
Por lo tanto, el poder de generar precisamente
ese pensamiento es el efecto de la voluntad de Dios entrando dentro del campo
de tu ser, penetrando el velo de distracción e irradiándolo con el pensamiento:
“Eso está bien, cinco minutos de cada
hora”. ¿Puedes sentir lo impresionante que es? Porque estás conectado con
la Mente de Dios, y Dios sabe cómo traerte completamente de regreso a la
libertad, a la perfecta paz, y a la maestría de este reino completo.
Aquellos que verdaderamente aman a Dios
y que desean verdaderamente despertar sentirán que algo los obliga a alcanzar
la maestría de esta simple práctica por cinco minutos de cada hora. Aprenderán
a deleitarse en ella y a esperarla con ansias. Muy pronto esos cinco minutos se
alargarán a seis, luego a diez, a quince y a cincuenta. Hasta que finalmente,
se establezca allí en tú consciencia la inalterable realización de que todo lo
que surja, es porque tú lo has decretado, y así es como es.
Cinco minutos de cada hora no es mucho
pedir. Porque cinco minutos de cada hora, para ser como fuiste creado para ser
—un creador, que hace surgir experiencias. Nunca te permitas decir otra vez: “Bueno estoy realmente aquí porque tengo que
estar. Estoy realmente solo haciendo esto porque es lo que tengo que hacer”.
Toma las palabras “deber”, “debería”,
“debo” y “tengo que” y escríbelas en una hoja de papel. Obsérvalas. Luego
enciende un fósforo y enciende la esquina del papel, y deja que el papel se
queme y se disuelva en el polvo. Esto es un símbolo de aceptar que la energía
que le has dado a esas palabras se convierta en otra vez en polvo o en ceniza
de la tierra. Limpia de tu consciencia toda identificación con tales palabras,
porque todas ellas son negaciones de la Realidad.
Muchas veces he compartido contigo que
tú no necesitas hacer nada. Escucha
esas palabras, y llévalas hasta dentro de ti mismo como si fueran tu propia
voz, porque de hecho ellas lo son:
Yo
no necesito hacer nada.
No tienes que sobrevivir. ¿Quién te dijo
que tenías que? No tienes que hacer a
todo el mundo feliz. ¿Quién te dijo que tenías que? ¿Quién te dijo que podrías
hacer a todo el mundo feliz? No tienes que permanecer como un cuerpo en el
espacio y el tiempo. ¿Quién te dijo que tenías que? No tienes que pagar tus cuentas.
¿Quién te dijo eso? Literalmente no necesitas
hacer nada.
Esto es muy diferente a querer hacerlo o
a elegir hacer algo. No necesitas amar a tus padres; no necesitas honrar a tu
padre y a tu madre. No necesitas reverenciarme o amarme. No necesitas amarte a
ti mismo. No necesitas literalmente hacer nada, porque “necesitar” es una expresión
de la percepción de que hay algo de lo que careces. Porque debido a que eres
uno con Dios, nunca ha existido un momento en el que carezca de algo en lo
absoluto.
Puedes permitir que el pensamiento que emerja
en la mente cuando te levantas en la mañana sea: “Yo no necesito hacer nada. No necesito levantarme de esta cama. No tengo
que ir para la oficina. No tengo que llenar esa orden. No tengo que decirle,
‘Buenos días’ a mi pareja. Literalmente yo no tengo que hacer nada”.
¿Por qué cómo podría existir el poder de
elegir y crear libremente cuando está siendo gobernado por las creencias del
mundo de que debes ser de una cierta manera? La creencia de que necesitas ser
aceptable para los demás, de que necesitas amoldarte y adaptarte, de que necesitas
vestirte de la manera como los demás se visten, y de que necesitas estar
comprometido a sobrevivir un día más sobre este plano. No puede haber libertad
donde hay necesidad.
PRACTICANDO
LOS PRIMEROS DOS AXIOMAS
Estos son los dos primeros axiomas de El Camino del Corazón, para que te bases
en ellos, para que los recuerdes y para que los cultives diariamente:
Yo soy creado
como mi Padre me creo para ser. Yo soy libre.
Y nada causa mi
experiencia sino yo en cada momento.
Nada tiene
efecto sobre mí en lo absoluto, salvo aquello que yo
elija permitir
que me afecte.
Yo no necesito
hacer nada.
Al principio te vamos a sugerir que
practiques este segundo axioma en la mañana y en la noche, mientras te levantas
y mientras te retiras. Al menos dos veces cada día, te pediremos que cultives
por cinco minutos la repetición de este pensamiento de manera que llegues a
sentir en tus huesos: yo no necesito hacer nada.
Esto vendrá como un shock para tu consciencia.
La mente dirá: “¡Pero tengo todas estas
cosas que tengo que hacer! ¿Qué pasará con esto y qué pasará con aquello? ¡Oh
Dios mío! ¿Dejará el mundo de girar si dejo de necesitar?”. Eso depende del
mundo, no depende de ti.
El poder de estos dos primeros axiomas
será tal que todo lo que sigue se basará en ellos. Sin embargo todo lo que
sigue será meramente una manera de regar estos dos axiomas y para convertirlos
en el ancla de tu consciencia.
Porque cuando el ancla este firmemente
en su lugar, literalmente crearás cualquier cosa que desees desde la perfecta
libertad y desde la perfecta intencionalidad. Incluso vas a trascender la
mentalidad milagrosa. Porque la mentalidad milagrosa es todavía una etapa que
está justo antes de la maestría. Porque la maestría viene cuando literalmente
sabes que estás creando. No hay nada milagroso en ello. ¡Decretarás algo y así
será hecho!
Eso es crear como
Dios crea. Porque mientras Él se maravilla de ti, Él sabe perfectamente que cuando
te creó no fue un milagro. Fue algo muy deliberado, que nació de la emisión
resplandeciente pura del Amor. Dios no se sienta en Su trono y dice: "¿Me pregunto si soy digno de crear a mis
hijos? ¿Me pregunto si merezco expresarme a mí mismo través de la chispa divina
de consciencia que ellos son?".
Nunca entra algo así en la Santa Mente
de Dios: “¿Me pregunto si estará correcto
si Yo creara un sistema solar?”. Dios concibe un pensamiento o un
pensamiento emana dentro de Su Santa Mente, Él lo decreta, ¡y así se hace! Y Él
contempla a todas las cosas y dice:
“¡He
aquí que todo es muy bueno!”
EJERCICIO
DE CREACIÓN CONSCIENTE
El tercero y último ejercicio que nos
gustaría darte en esta lección es este: elige algo que hagas todos los días,
que estés convencido de que es tan absolutamente ordinario que ciertamente no
tiene ningún poder o ningún significado espiritual en lo absoluto. Podría ser
algo tan simple como beber un vaso de agua, cepillarse los dientes o guiñar un
ojo.
Escoge algo que sabes que haces todos
los días y decide hacerlo el foco de tu adoración. De manera que cuando lo
hagas, te detienes y dices: “Es muy bueno”.
Incluso si es algo tan simple como levantar la cabeza de la almohada. Hazte
consciente de ello, aprópiatelo como una creación tuya, y cuando contemples esa
acción, dite a ti mismo: “Es muy bueno. Yo
he hecho esto, y es bueno. Yo lo he creado”.
Nuevamente, aquellos que están
verdaderamente comprometidos encontrarán que comienzan a disfrutar este
proceso, y comenzarán a aplicarlo cada vez más a otros eventos de sus vidas.
Comenzarán a redespertar la alegría infantil de construir un castillo en la
caja de arena. Porque en verdad, eso es todo lo que estás haciendo aquí. La consciencia
es tu caja de arena y estás creando castillos. Simplemente que te has olvidado
de disfrutarlos.
Cuando quieres deshacerte de ellos,
ahora te lamentas: “Oh, pero si renunció
a esto y cambio de opinión y sigo adelante, ¿qué pasará con mis creaciones?
¿Qué van a pensar los demás de mí si actúo como un niño y tomo mi pequeña pala
de plástico y derrumbo el castillo de arena y luego entro a desayunarme un
sándwich? ¿Qué va a pensar la gente
de mí? ¿Será que me adapto? ¿Seré juzgado? ¿Seré perseguido?” ¡Que importa!
Porque las opiniones de los demás no significan nada, a menos que por supuesto,
tú quieras que signifiquen algo.
Ahora venimos a lo que concluye esta
lección. ¿Qué te bloquea en tu mente? Porque incluso mientras estás leyendo
esto, puedes reconocer una resistencia. Ésa resistencia es la energía del
miedo: “¿Qué pasaría si sigo este
camino?” Esa parte de tu mente llamada el ego va a rebelarse y te dirá que
si escuchas al que algunos han llamado el salvador del mundo, te llevará por un
camino de destrucción. Esto es debido a que la voz del ego sabe que él será
destruido si sigues este camino. Tú —la realidad de quien tú eres— no puedes
ser destruido.
Esa resistencia es el miedo. Y el miedo
es una de las energías que está fuera de alineación con la verdad del Reino. Por
lo tanto, no temas, sino continúa y ten fe. Porque te digo a ti, lo que
descubrirás al final de este camino es la libertad perfecta, el poder perfecto,
la espaciosidad perfecta, la alegría perfecta y la paz perfecta de vivir
—literalmente— en el Reino de los Cielos.
La decisión es tuya. Porque aquellos de
ustedes que sentirán que esta resistencia surge con gran fuerza y para aquellos
de ustedes que todavía me llamarán en sus sueños y en sus oraciones: “Ayúdame a través de esto”, yo les digo
que no caminan solos. Porque no puedo estar más allá de ti que a la distancia
de un pensamiento. Y sí, tú eres el creador de ese pensamiento.
Yo, también, me embarqué únicamente en
ese camino. Cada uno de los axiomas que compartiré y que enseñaré así como
muchos de los ejercicios en El Camino de
la Maestría son específicamente ejercicios y verdades que me fueron dados a
mí desde el tiempo en que fui iniciado por ciertos maestros Esenios en El Camino del Corazón.
Cuando mis maestros me dijeron: “Es el tiempo para ti de que vayas a pasar
cuarenta días y cuarenta noches en el desierto”, ¿tú no crees que esa
resistencia también surgió dentro de mí? Yo, también, había notado que estaba
creando un pensamiento de miedo que me estaba separando de la protección y del
Amor de Dios. Había
movido físicamente el cuerpo hacia el
desierto para atravesar mis propios círculos de miedo para descubrir lo que
estaba en el otro lado.
Ese camino que yo he caminado es el
camino que tú estás caminando. Y si nuestro camino es el mismo, entonces
caminemos juntos hasta Dios lejos de la ilusión, del dolor, de la debilidad, de
la falta de mérito, de la culpa y de la muerte.
Así que comprométete en hacer tus
ejercicio con gran entusiasmo, con gran alegría y por sobre todo, ¡con un exagerado
y gran espíritu de aventura! Aprende a contemplar con inocencia a todo lo que
surja. Permanece amorosamente con tus creaciones. Y si pones estos pequeños
ejercicios en práctica, mucho de hecho, surgirá.
Practica, entonces, bien. Y practica con alegría.
Debes saber que eres amado, amoroso y digno
de ser amado, y que, en verdad, la única cosa que está ocurriendo es que un
viejo sueño está siendo liberado para que un nuevo sueño pueda reemplazarlo —el
sueño de merecimiento, de paz, de fortaleza y de unión con toda la creación.
Nuevamente, te digo, que yo no vine solo
en este trabajo específico, sino que vine con muchos que te ayudarán en tu
sanación y en tu despertar.
Por lo tanto, de hecho, que la paz sea
con ustedes en este día, amados amigos. Permanezcan amorosamente con sus
creaciones. Amén.
[1]
Marcos 16:19 Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue
recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Lucas 22:69
Pero de ahora en adelante, EL HIJO DEL HOMBRE ESTARÁ SENTADO A LA DIESTRA del
poder DE DIOS. (N. del T.)
[2]
Mateo 18:3, “y dijo: De cierto os digo: Si no os volvéis y os hacéis como
niños, no entraréis en el reino de los cielos.” Biblia Reina Valera Gómez. (N.
del T.)
[3]
Génesis 1:31 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en
gran manera.” Biblia Reina Valera Gómez. (N. del T.)
Nota:
Lección revisada, se hicieron algunas pequeñas correcciones a la traducción (el 08/04/2016).
Nota del traductor
La Fundación Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.
Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/
Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz,
El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:
1er Libro "El Camino del Corazón"
de la Lección 1 a la 12
2do Libro "El Camino de la Transformación"
de la Lección 13 a la 24
3er Libro "El Camino del Conocimiento"
de la Lección 25 a la 35
Recomendaciones:
- Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
- Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
- Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
- Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.
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