lunes, 22 de febrero de 2016

LECCIÓN 33: SOLO EXISTE DIOS Y TÚ ERES ESO

27/07/2015                       El Camino del Conocimiento Lección 33.  Jeshua-Jayem                                @cursorecargado

LECCIÓN 33

SOLO EXISTE DIOS Y TÚ ERES ESO

Amados y santos amigos, como siempre, vengo en lo adelante a permanecer contigo porque tú lo has pedido. Como siempre, vengo a morar contigo porque en verdad, no hay ningún otro sitio en el que yo podría estar. Porque donde tú estás, yo estoy. Y donde yo estoy, tú estás. Nosotros permanecemos, entonces, como una Mente, nacida del corazón del mismo Abbá, o Dios. No hay nada externo a nosotros. Y adentro, no hay nada escondido. Aunque las dimensiones de la creación son infinitas, ellas habitan dentro de la Mente, o del campo de la consciencia, que compartimos como una.


LA SIMPLE VERDAD

Debido a que esta es la verdad, y te aseguro que es así, solamente hay una tarea que debe llevarse a cabo, un logro que debe ser alcanzado, una realidad que debe ser expresada y vivida. Ésa simple verdad es que solo existe el Uno, que solo existe el Cielo, que solo existe el Amor, y que solo existe la perfecta paz que sobrepasa toda comprensión que mantiene a tus corazones en Mente.

Porque tu corazón o tu alma —que es todo lo que tú has experimentado a través de la multitud de tus vidas sobre este diminuto planeta, toda las experiencias que tú has acumulado desde antes del comienzo del tiempo a través de toda la multitud de dimensiones— reside dentro de la Mente de Dios, dentro de la Mente de Cristo. Porque son uno y lo mismo.

Por lo tanto, amados amigos, sepan siempre que la única verdad que debe ser vivida, al entrar en el firme compromiso de elegir permanecer en El Camino del Conocimiento, es simplemente que existe una sola cosa. Y que tú eres ese Uno. Tu hermano y tu hermana son el Uno. Y aunque los cuerpos van y vienen, aunque el tiempo parezca que surge y desaparece, aunque la danza de la relación, de la profesión, de los patrones climáticos, parezcan que van y vienen, es solo la mente no iluminada la que busca grandes señales en estas cosas.

En verdad, dentro del campo de tu alma, dentro del campo entero de experiencias que tú llamas tú mismo, se te ofrece el mismo regalo. El regalo que se te ofrece a ti por medio de la gracia es que tú podrías decidir ver que el mundo siempre cambiante de la forma no significa nada —el mundo no significa nada. En verdad, ni siquiera ha existido nunca, excepto en las percepciones evocadas en el campo de la mente que parecen estar particularmente relacionadas con tu alma. Ahora bien incluso eso es tan solo una pizca de ilusión.

Pero el punto es simplemente este: En El Camino del Conocimiento, hay una serena decisión de aceptar la Verdad que es verdad siempre, de rendirse, de abrir las palmas de las manos y liberar el férreo control que sobre el valor, el significado, y la razón de las percepciones que has hecho que han colocado un velo sobre la Realidad. Tú eres esa Realidad. Todas las cosas son esa Realidad.

Las formas que los ojos físicos te muestran surgen y desaparecen. Sin embargo, en cada momento, la mente permanece perfectamente clara, perfectamente Una. Solo el hechizo de la mente, que cree ser el cuerpo crea sufrimiento, crea dudas, crea ilusión.

Donde quiera que estés, entonces, en este mismo momento, tú solo puedes estar, en verdad, donde yo estoy. Donde quiera que yo perezca que estoy en este momento, yo solo puedo estar donde tú estás. Porque de hecho, en El Camino del Conocimiento lo que debe llegar a ser liberado es la percepción errónea de que existe, o que alguna vez existió, un yo separado que está localizado donde está el cuerpo-mente.

Liberar esta ilusión es ver que todas las cosas son simplemente una sola cosa. Ellas aparecen en diferentes formas —automóviles, plantas, árboles, nubes, los pensamientos que surgen y desaparecen— pero ellas no son más que una sola cosa.

Porque una mente iluminada ya no ve el velo del falso yo que se yergue como un filtro entre ella y su reconocimiento de su unión con —su identificación con— todas las cosas que surgen y desaparecen, tal mente contempla totalmente un mundo transfigurado, un mundo en el cual el velo ha sido abandonado. Y esa mente se ve solo a sí misma. Ve que las mismas cosas que había juzgado como imperfectas, cuando contemplaba el mundo —que habían sido juzgadas a través del miedo, que habían sido juzgadas a través de la duda de sí misma— que esas mismas cosas en sí son perfectas y que ellas son, de hecho, el Reino de los Cielos.

Este es el por qué la distancia entre donde tú estás y donde yo estoy, en verdad, es una distancia que no puede ser medida. Porque en la Realidad, no hay brecha. En la Realidad, la separación no existe. En la Realidad, tu caída desde la gracia y tu movimiento dentro de la propia no-iluminación (oscuridad) ha sido una ilusión.

La propia vida que tú has estado viviendo es absolutamente perfecta. La vida que tú estás viviendo ahora es absolutamente perfecta. Y no tiene nada que ver en lo absoluto con la dirección hacia donde el cuerpo-mente se dirige. No tiene nada que ver con que ya sea que veas una película o leas un libro, ya sea que hagas dinero o no, ya sea que el cuerpo-mente viva o muera. La vida que tú has estado viviendo es la vida del discernimiento, de la consciencia, de la perfecta libertad de crear cualquier percepción que tú elijas tener.

Tú eres libre, entonces, en todo momento, de ver que lo que había surgido como la Vida de tu propio Ser es la Vida y Mente de Dios.

Una mente así de despierta contempla y ve que no hay problemas. Tal mente contempla el mundo y no ve razón para cambiarlo, porque ahora está observando a un mundo que ya ha sido sanado, que ya ha sido transfigurado, que ya —a través de fuegos alquímicos— ha sido purificado y hecho íntegro otra vez. Porque en realidad, ve que esa integridad nunca se había perdido. El sueño de separación ocurre dentro de un espacio de la mente que no está en ninguna parte, que no tiene ningún valor ni propósito.

El miedo, entonces, no tiene poder sobre ti. La muerte no tiene poder sobre ti. Tú permaneces en el único lugar que jamás fue creado para ti. Tú no estás localizado en el cuerpo o en una personalidad en particular que has asociado como tu "yo". Eso en sí mismo es parte del hechizo, del drama o del sueño de la separación.

En EL Camino del Conocimiento, hay una decisión simple y tranquila que consiste en contemplar que, mientras el cuerpo-mente se muestra —como el ir y venir de todas las formas a tu alrededor y dentro de ti, en tu propio y único campo de percepción que cambia y danza, que refluye y fluye, en todas esas cosas que parecen estar dentro de ti en tu mundo privado (y este es un nombre poco apropiado) y en tu mundo externo (que tú crees que es tuyo y de nadie más) —todas esas cosas son inocentes, e inofensivas. No tienen ningún poder. No hay Realidad en ellas.

Sin embargo, esas cosas son la Realidad misma, cuando se les ve a través de los ojos que no se identifican con el falso yo, con el sentido localizado de identidad. Incluso el cuerpo-mente, que una vez llamaste tu "ser", simplemente se le ve surgir y desaparecer en la vasta extensión de tu verdadero Ser, el Ser que es compartido por todos los seres en todas las dimensiones —siempre.

Fue este entendimiento el que me permitió simplemente elegir entregarme en lo que se llamó la crucifixión. Una consciencia iluminada sabe que perder es imposible. Una consciencia iluminada sabe que ganar también es imposible. Sin embargo, una conciencia iluminada que descansa en la certeza del conocimiento perfecto, simplemente permanece en la Realidad.

Eso significa que no hay resistencia al ir y venir del cuerpo, no hay resistencia al gran despliegue de las energías que conforman lo que se llama tu mundo. Los gobiernos se levantan y caen o un automóvil último modelo se devela bajo el flash de mil lámparas de cámaras. Algunas mentes toman esto como algo muy serio, algunos ni siquiera lo notan. ¡Y todo eso eres ! Todo eso está surgiendo en la vasta extensión de la Mente perfectamente libre que no pertenece a nadie, y en la que, sin embargo, todo eso surge.

Una mente iluminada, entonces, ya sea que temporalmente experimente la tristeza, la alegría, la ira, la culpa, el dolor, el éxtasis, el amor, una pedazo de fruta, o el viento frío sobre la piel en el cuerpo-mente, simplemente permite todas estas cosas sin resistencia para que sean exactamente lo que son, mientras que la mente percibe y sabe que son inofensivas, inmensas, eternas, e irradian la luz que Dios es.

A medida que nos acercamos al final del estudio de El Camino del Conocimiento, la verdad debe ser dicha de una manara cada vez mucho más simple y cada vez mucho más simple. Existe únicamente la Realidad. Esa realidad que he llamado Dios. Ese Uno es uno conmigo. Y yo soy ese Uno. Ese Uno es uno contigo. Y tú eres ese Uno.

Al final, entonces, lo que parece ser radical en un mundo atrapado en el hechizo del pequeño yo, aparentemente representando su drama a través del campo de muchos, muchos cuerpos-mentes, la verdad, de hecho, se vuelve radical. La verdad es que todo lo que surge y desaparece es, de hecho, Dios. Solo existe Dios. Solo puede existir Dios. Y tú eres ese Uno. Porque al final, incluso el medio de enseñanza creativa de Dios e hijo, Creador y creado comienza a desaparecer poco a poco, ya que la dualidad se convierte en el Uno, mientras la ilusión —los últimos vestigios de la ilusión— finalmente se rinden ante la Verdad.

Todas las cosas que surgen y desaparecen están perfectamente bien. Todas las oportunidades de experimentar la consciencia de la presencia del Amor están bien. Cada oportunidad de experimentar la contracción del miedo está bien. Porque estas cosas surgen solo en el campo de la perfectamente libre Mente de Dios que eres tú.

Así que al final, no se trata tanto de dejar y suprimir ciertas experiencias y de tener solo esas ciertas experiencias a las que tú has decidido darles valor. Es, más bien, darse cuenta que todas esas experiencias son transitorias. Un momento de éxtasis o un momento de tristeza es uno y lo mismo para la mente iluminada. Solo existe la vasta extensión que permite todas las cosas.

Y cuando ya nada sea inaceptable para ti, en el campo de lo que parece ser tu propia, única, y particular experiencia, tú sabrás que ya estás en casa. Las cosas surgen y desaparecen, y tú permaneces.

Amados amigos, yo soy en verdad Aquél, el Uno el que dio a luz a Cristo. Yo soy en verdad Aquél, el Uno el que caminó en esta Tierra como un hombre y que manifestó la plenitud de mi Ser, para revelar mi Ser a mi Ser. Tú eres Aquél, el Uno el que dio a luz a Jeshua ben Joseph. Tú eres Aquél, el Uno el que pone en marcha el gran drama del sueño de separación y su corrección. Tú eres en verdad el Uno, Aquél que es lo único que existe invariable, inmutable e inalterable por siempre.

Y, sin embargo, cuando la mente ha estado bajo el hechizo de creer completamente que es un cuerpo-mente independiente, y que el cuerpo es la fuente del "hechizo" que crea la ilusión de un localizado, yo separado, un alma que no tiene conexión con cualquier otro ser o cualquier otra cosa, es que se ha olvidado de la Verdad.

En el campo del cuerpo-mente, si yo hubiera llegado a ti hace tres, cuatro, cinco, diez, o hace dos mil años, y te digo: "Tú eres, solo, el Uno. Tú eres Dios y solo Dios existe", tu miedo, ya presente, habría sido mayor. Y por eso vine a ti en la apariencia de un hombre conocido como Jeshua ben Joseph. Representé un drama perfectamente claro, como tantos cuerpos-mentes. Me permití ser percibido como un individuo único, ya que tú crees que existen los individuos únicos.

Me viste como algo separado de ti. Así que me presenté en la forma en la que tú me podrías ver y entender. Y he seguido, sin cesar, apareciéndome en formas en las que tú puedas verme y entenderme, hablar en idiomas y palabras, metáforas y parábolas, que son herramientas de enseñanza que tú podrías recibir sin aumentar tu ilusión de miedo. Incluso la apariencia de mí mismo como Jeshua ben Joseph no era más que un medio de enseñanza, una herramienta de enseñanza temporal.

Todos los medios de enseñanza y comunicación tienen un simple objetivo: reducir el miedo, para que esa mente en particular pueda soltar el agarre sobre sí misma y renunciar a la ilusión de la separación. Y de ese modo, llegar a ser bañada en la Luz de la Realidad una vez más, al ver que Dios es lo que Yo soy. Yo soy Dios. Tú eres Dios. Solo existe ese Uno. Solo el "Yo" que compartimos como ese Uno existe.

Yo aparezco como cada brizna de hierba. Yo aparezco como cada pensamiento. Yo aparezco como cada deseo. Yo aparezco como cada nube en el cielo. Yo aparezco como tú. Tú eres Aquél, el Uno que Yo soy. Yo te estoy hablando a ti, y sin embargo, tú te estás hablando a ti mismo. Tú me oyes, pero tú estás escuchando solo a tu Ser.

Entiende bien, entonces, que yo, como Jeshua ben Joseph, no soy más que la apariencia de Dios en una forma particular, de manera que tú podrías acercarte más a la verdad de tu naturaleza sin replegarte en el miedo. Es, en verdad, que se dijo en la Biblia que: "Ningún hombre puede mirar el rostro de Dios y vivir". Esa declaración significa, simplemente, que la mente que aún no está iluminada, por consiguiente, vive con miedo, vive en la percepción de sí misma de estar separada de Dios, no puede contemplar el rostro de Dios, la realidad de Dios, y vivir.

No fue una declaración de miedo en lo absoluto. Fue simplemente la verdad. Porque cuando la mente contempla y sostiene que: "Solo existe Dios y yo soy Ese Uno”, el falso ser (el ego) ha, de hecho, muerto. ¿A dónde se fue? A ninguna parte. Debido a que nunca existió en primer lugar.


LA DECISIÓN QUE CIERRA LA BRECHA

Lo que cierra la brecha, aunque esto se te puede decir a ti de muchas maneras, es la decisión de renunciar a la búsqueda y de reconocer que ya has encontrado.

Todos los medios de enseñanza, todas las formas de lenguaje que he llevado adelante han sido diseñadas para enamorarte, para seducirte, para calmarte dentro del conocimiento de que tú eres Dios. La brecha final entonces —de hecho, el paso final— lo doy yo. Porque ese paso final dado por mí es el paso final dado por ti. En la plenitud de la iluminación que solo puede ser Dios reconociendo que solo Dios es. Y tú eres Ese Uno.

¿Hasta dónde más podríamos llegar con esta serie de lecciones tituladas, El Camino del Conocimiento? Éstas nunca tuvieron la intención de ser una serie de lecciones que algún día tú lograrías, sino que más bien el propio camino del conocimiento es caminar el camino de la creación, conociendo que es Dios el que está caminando. Y caminar en el conocimiento de que todas las cosas que surgen aquí están en Dios, y que tú eres ese Uno. Y finalmente estar dispuesto a observar a un árbol y conocer que es el ojo de Dios el que está mirando a Dios, y que el árbol de Dios está siendo visto por Dios.

Tú eres, en efecto, Aquél, el Uno, infinito, eterno, sin límites, tan íntimamente ligado con cada uno de tus hermanos y hermanas que no hay tal separación, ni nada que temer. Y que todavía existe este proceso infinitamente mágico en el que la Mente es realizada dentro de un cuerpo-mente.

Es decir, tú puedes estar perfectamente iluminado ahora, con solo ver la verdad de que el pensamiento que has tenido de ti mismo nunca ha sido verdad. Solo fue un hechizo temporal —olvidándose de Dios, Dios jugando a ser otro distinto a Dios. Y, sin embargo, ese juego es la plenitud de Dios. Porque al final, la "caída desde la gracia", la separación de la unión, esa cuestión en sí misma, no puede estar afuera de la Mente de Dios.

Todo lo que tus ojos te muestran es inocente y libre. Todo lo que la mente pueda evocar como un pensamiento es inocente y libre. Tú eres libre de ser aquél que tiene la Mente de Cristo —que es Dios— y que se manifiesta transfigurado en un cuerpo-mente. Donde una vez hubo una falsa sensación de un "yo", ahora solo existe un campo sin obstáculos, libre que es la conciencia de Dios contemplando a la creación a través de Su creación —Dios contemplando a Su creación a través de Su creación.

Imagina, entonces, que tú eres, en verdad, Aquél, el Uno, y que decides agarrar a un cuerpo-mente en particular al que todos piensan que se llama Fredy, Nancy, Harry o el que sea. Te vistes con el cuerpo-mente por el simple placer de mirar a través de él y de contemplar cómo es la creación desde esa perspectiva. No es tan diferente como el que va a una fiesta de disfraces, llevando puesto un cierto disfraz tan solo para jugar a ser Luis XIV, Lady Godiva, o la Virgen María. O si quieres ser muy radical, Jesús de Nazaret.

Tú ya te has puesto todos esos disfraces. Tú eres el creador de todos esos disfraces. Tú eres Dios. Solo existe Dios. Solo puede existir Dios. Y mientras lees estas palabras, que producen entendimientos profundos (insights) e imágenes que están fluyendo a través de la mente, el “tú” que está leyendo y el “yo” que está hablando son una misma cosa: Dios.

No teman, amados amigos. No teman al ir y venir de la vida del cuerpo-mente. Porque esa vida en sí misma ya es perfectamente sin obstáculos y libre. No se puede impedir la Verdad de quien eres cuando tú eliges ver desde la verdad de lo que eres. Mientras comenzamos a concluir este estudio de El Camino del Conocimiento, atrévete a vivir el “sueño imposible”. Atrévete a comenzar a ver que tú eres Dios, percibiendo, contemplando la creación de Dios. ¡Y la creación de Dios es solo Dios!

Sí, al final, incluso se puede decir que Dios no ha creado nada. Porque nada puede estar afuera de lo que Dios es. Te he dado muchas pistas a lo largo de estas lecciones. Te he dicho que si Dios se olvidara de pensar en ti por un momento, tú dejaría de ser. Piensa en lo que eso quiere decir.

Esto debe significar que eres tan inherente en Dios que un simple pensamiento en la Mente de Dios, cualquiera que sea, ya sea el que te crea o el que te destruye. En el destellar de un ojo, estarías en la existencia o no lo estarías.

¿Sin embargo, que podría estar en la existencia, sino la voluntad de Dios? Si tú existes, tú debes estar en la Mente de Dios —ese poder perfecto mediante el cual todas las cosas surgen y desaparecen.

La creación de Dios no ocurre en ninguna parte. Es decir, que no tiene ninguna localización. El planeta Tierra, los organismos que lo habitan, el universo físico alrededor del cual el planeta Tierra está girando —todas estas cosas no son en lo absoluto diferente de lo que tú experimentas cuando cierras los ojos e imaginas que tienes un helado. Tú creas la imagen. Tú tienes la experiencia. Te ves a sí mismo dándole el dinero a la cajera. Te comes el helado. Te ves sonreír. Puede sentir que se mueve hacia abajo en tu estómago. ¿Dónde existió todo eso? ¿Podría alguien encontrarlo afuera del poder de la conciencia para crear? No.

Tú eres como el helado en la Mente de Dios. Dios se ve a sí mismo, apareciéndose como tú, haciendo exactamente lo que tú estás haciendo en cada momento. Si Dios, por una fracción de segundo, dejara decaer la idea de ti, tú desaparecerías totalmente. Y todos aquellos seres que te rodean, que tú piensas que son personas diferentes, instantáneamente no tendrían ningún recuerdo de ti en lo absoluto.


DARSE CUENTA DE TODO EL PODER DEL CIELO Y LA TIERRA QUE RESIDE DENTRO DE TI

Solo puede existir Dios. Tú eres el sueño de Dios. Tú eres la creación de Dios. Tú eres el Hijo de Dios, en el sentido de que Dios está dándose forma a sí misma en una expresión temporal de sí misma. ¿Y con qué propósito? Extender simplemente la creación. ¡Tú eres Aquél el Uno! ¡Todo el poder en el Cielo y la Tierra residen dentro de ti! Cuando te doblas para recoger un vaso, ¡Dios está abrazando a Dios! Y si Dios no estuviera eligiendo eso, en ese momento, tú dejaría de existir. Incluso el cuerpo desaparecería de la vista.

Como Jeshua Ben Joseph, entonces, me he aparecido ante ti para ser tu hermano y amigo, porque has creído que necesitabas a uno para que fuera tu hermano y amigo, que te hiciera saber que estás a salvo de manera tal que puedas darte a ti mismo permiso para asentir con la cabeza y decir "sí""yo puedo aceptar eso ahora. Gracias por estar aquí, Jeshua". Sin embargo, en verdad, tú eres Dios simplemente desplegando con gran ceremonia a ese campo de relación, la cualidad de la experiencia que parece requerir de un hermano mayor que ha pasado por un gran cambio y que ahora tiene la voz de la autoridad.

Pero no tengo voz, a menos que tú me la des a mí. ¿Y quién puede dar tal autoridad, si no es la Mente de Dios? Porque se necesita a Uno para conocer a Uno. Tú me has escuchado decir eso muchas, muchas veces. Solo puede ser la Mente de Cristo en ti la que podría percibir a la Mente de Cristo en Jeshua ben Joseph. Y la Mente de Cristo es la extensión del perfecto ser de Dios en y como, la creación.

Cuando contemplas amorosamente a alguien, tú eres Dios. Porque Dios no es más que Amor. También me has escuchado decirte muchas veces, que el Amor es la esencia de lo que eres. Si Dios es Amor, y el Amor es la esencia de lo que tú eres, esto solo puede significar que la esencia de ti es Dios —aquí y ahora, sin nada que tengas que hacer para ganarlo, para darle forma, a para conseguirlo.

Es por esto que no hay ninguna modalidad o técnica que pueda traer al hijo hasta el Padre. Es por esto que una vez dije en Las Cartas de Jeshua que ninguna oración o súplica puede traer al hijo hasta el Padre, sino solamente la liberación de la ilusión. Y esa ilusión, cuando la has desnudado por completo de la forma en la que tú has insistido en desnudarla, es llegar a ver que la noción que tú has sostenido de tu ser, de tener una existencia separada, siendo un "yo" separado ha sido falsa. Es una cortina de humo, una apariencia, un velo. Tú percepción o creencia de que eso es lo que tú eras, en lugar de ser todo lo demás, es la ilusión que debe ser liberada.


ELIGIENDO DECRETAR QUE SOLO DIOS EXISTE

En El Camino del Conocimiento, lo que te estoy ofreciendo a ti como de hecho tu Creador, y la esencia de todo lo que tú eres, es la oportunidad de elegir este contexto para decretar que solo Dios existe. Para elegir que el mismo cuerpo-mente y el ser que alguna una vez tú pensaste que eras ahora está encarnado, habitado por el mismo Creador. Que cuando la mano se mueve para recoger el vaso, ya no soy "yo", sino Dios, ya no soy "yo", como un ser que lucha por separado, sino Dios, quien mueve la mano. Es Dios quien está envejeciendo la mano, y Dios es el envejecimiento de la mano. Todas las cosas solo pueden ser lo Que Yo Soy. Yo soy Uno, singular y todo.

El Creador dice: "No tengas otros dioses delante de Mí, ni ningún otro pensamiento o ilusiones delante de Mí, ni siquiera un sentido de un ‘yo’ yendo hacia Dios". Entonces solo existe Dios. Y la Realidad ha descendido para hacer su hogar en el campo de la consciencia donde alguna vez tú pensaste que había algo más.

Nosotros creamos El Camino del Corazón para comenzar a hablarte de una manera que no te provocara miedo, a lo que tú podrías asentir con la cabeza y decir: "Sí, sí. Eso me parece verdad a mí. Voy a aceptar esto".

Entonces te hablamos en El Camino de la Transformación, en donde te percibes a ti mismo como alguien que necesita de transformación. Una vez más, tú asentiste con la cabeza y dijiste: "Vamos a aceptar esto. Sí, yo todavía necesito la transformación. Voy a comprar esto como el contexto en el que recibo más de la verdad acerca de mí mismo".

Y ahora en El Camino del Conocimiento, comenzamos a llevarte con toda la fuerza dentro de lo que tú has elegido que te lleve a ti mismo a —ponerte de pie delante de la puerta del templo del Cielo, para comenzar a abrirla, para dejar que la luz dorada salga a raudales.

Mientras miras en ese santuario para verte, a ti mismo en el trono. Es por esto que también he dicho que el amarse a Sí Mismo (al Ser), la simplicidad del amarse a Sí Mismo (al Ser), es la puerta de entrada a través de la cual te liberas de la ilusión. Esto no significa que tú simplemente te la pasas en un estado de consciencia que dice: "Bueno, yo soy una especie de ser débil, pero me acepto y me amo". Ese es un buen comienzo. Pero con el tiempo debes decir:

Yo soy Dios y me amo a mí mismo.

Yo soy el Uno que permanece como la hoja que cae del árbol.
Yo soy, de hecho, el Uno que se estremece de escalofrío por la tormenta de un frío invierno.
Yo soy, de hecho, el Uno que es el calor de un rayo de sol que viene a
cuidar la flor. Yo soy la flor que recibe al rayo de sol.
Yo soy este cuerpo-mente que surge y desaparece.

¡Yo soy la cualidad de la consciencia que yo elija, ahora!

Porque solo existe Dios. Solo la Verdad puede ser verdad. Y la Verdad hace a todas las cosas libre. Porque si la Verdad le es dada solo a la humanidad, pero no a una brizna de hierba, la brizna de hierba permanecería en prisión. Pero la Verdad que hace a todas las cosas libre lo hace así porque todas las cosas son la Verdad.

Este es el por qué, cuando tú te encuentras con alguien, es, de hecho, un encuentro santo. “Santo” significa totalidad. En la totalidad solo existe Uno.

Espero que estés empezando a ver cuán simple es esto realmente. Cada momento de relación es “santo”, no porque la mente decida sostener el pensamiento: “Bueno yo escuché que esto era algo santo. Supongo que mejor soy una buena persona”. ¡No! Ese es un pensamiento egoico, y el ego es el sueño de separación. ¿Quién está soñando el sueño? Eres tú. Y tú eres Dios.

Cada relación o cada momento es un "encuentro santo" porque solo existe la totalidad presentándose como Una sola cosa. La existencia no es en realidad dos seres que se unen y que tiene una experiencia. Solo existe Una sola cosa, que es la experiencia misma.

¿Sabes que en todo ese tiempo tú nunca me has olvidado ni por un momento? Es decir, en cualquier momento de percepción verdadera —verdadera, clara, e inmediata percepción— en la que tú has estado inconsciente del pensamiento de un "yo" que tiene la experiencia. Solo existe la experiencia misma. Ésta surge inocentemente. Surge sin causa. No hay ningún juicio acerca de ella. Existe simplemente la experiencia.

Luego, en el siguiente milisegundo, al escaso momento siguiente, se crea el pensamiento: "¡Oh! Estoy teniendo esta experiencia y es con ese ser separado que está allá". Tú has elegido simplemente usar el poder de la consciencia de Dios para identificar que otro cuerpo-mente es algo separado de ti. Tú eres el creador del juego. Tú eres los jugadores en el juego. Tú eres el resultado y las consecuencias del juego. Tú eres el final del juego. Tú eres aquello en lo que todos los juegos desaparecen como si nunca hubieran existido.

Amados amigos, miren alrededor de ustedes. Esto significa que el mundo no está fuera de ti en lo absoluto. Eres tú. Tú estás jugando un juego. Ese juego va a llevar a este mismo planeta a una transfiguración en luz. Y tú serás todo transformado en un abrir y cerrar de ojo.

Bueno, por supuesto que tú estarás. Tú eres Dios haciendo el juego. Eso es todo lo que está pasando. Eso es todo lo que ha estado pasando. Solo existe Aquello que es lo que Yo Soy. Solo existe Aquello que es lo que Yo Soy. Yo Soy, en efecto, ese perfecto e impersonal Yo. Yo Soy el creador de todas las cosas, el sustentador de todas las cosas, el destructor de todas las cosas.

Nunca ha existido un "yo" separado donde tú estás. Solo he existido yo, manifestándome como tú. Tú eres perfecto y completo, y eres inocente. Tú nunca has fracasado y nunca has pecado. ¿Cómo podrían ser estas cosas, como ya te lo he dicho una y otra vez como Jeshua ben Joseph, a menos que tú ya seas todo? Y la totalidad es Dios. Y tú eres eso. Tú eres el destino de todo lo que tú estás buscando.

En un principio, la Mente —que soy yo, que es Dios, fingiendo estar separada— hace una gran presentación y trata de hacerse a sí misma tan separada como piensa que ella puede. Pero la separación nunca tuvo éxito. El primer paso en el proceso de despertar es escuchar la palabra. Tú escucharás la palabra cuando decidas, como Dios, tener la experiencia de ser un ser que despierta a la Verdad.

Todos los que lean estas palabras han, de hecho, escuchado la palabra. Y la palabra se te dará a ti en la forma que tú elijas. Todos los que están leyendo El Camino de la Maestría eligieron escuchar la palabra a través de mí, como Jeshua ben Joseph.

Esa vibración recibida por ti te establece en tu camino hacia el recuerdo perfecto y a la iluminación. Tú eres el que creó el drama de la crucifixión. Tú eres el Uno que puso en marcha el regreso de Jeshua ben Joseph como el maestro principal en este mundo. ¿Por qué? Porque tú eres ese Uno que ha decretado que es en este contexto en el que te vas a dar permiso para avanzar y llegar cada vez más cerca a la realidad de que todo el asunto es Dios, y que tú eres Eso.

Lo que se ha estado presentando, entonces, por estas últimas treinta y tres lecciones, y aún mucho más que eso —de hecho, lo que se ha estado presentando durante los últimos 2.000 años— es tu creación. Es el juego de Dios, recordando a Dios, a través de la apariencia de la creación de Dios.

Cuando llegues, entonces, a aceptar a un salvador, a un maestro o a una enseñanza, que es una etapa en el proceso de despertar. Y cuando tú decides liberar el agarre del miedo un poco más profundo, comienzas a tener lo que llaman experiencias místicas. Comienza a darte cuenta de que puedes estar consciente de alguien más, no en la habitación contigo físicamente. Comienzas a tener experiencias únicas y extraordinarias de comunicación con seres que no tienen cuerpos. ¡Y, oh, Dios mío, todo eso parece que es tan increíble! Sin embargo, eso no es más que una etapa del viaje.


ABRIENDO LA PUERTA DEL TEMPLO DEL CIELO

A medida que la mente se vuelva más y más transparente a sí misma, más estará simplemente eligiendo liberar la ilusión y morar en la Realidad. La mente debe llegar a la puerta del templo del Cielo. Debe abrir esa puerta, que es liberar cualquier sentido final de estar afuera del santuario de la Verdad.

Debe venir a tomar el sol en la Luz que fluye desde la Fuente y la esencia de Todo Lo Que Es. El buscador separado, el que iba a conocer a Dios, se ha dado cuenta de que ya conoce a Dios perfectamente. Y que de hecho ha sido Dios, buscando a Dios, por el disfrute de encontrar y conocer a Dios de nuevo.

Sí, ese es tu reto ahora. ¿Estaría tú dispuesto a simplemente a ser Dios? ¿Sabes lo que eso requiere? Absolutamente nada. ¿Cómo, entonces, tú te presentas como Dios? Si tienes sed, bebe agua. Si hace frío, ponte un suéter. Si quieres hacer el amor, haz el amor. Si quieres dormir, duerme. No hay ninguna dificultad en esto. La única práctica es ser lo que eres, y tú eres la Luz del mundo.

¿Cuántas veces me has escuchado decirte eso a ti? Sé lo que tú eres. Y tú eres la Luz del mundo. Tú has escuchado la palabra y dices: "Oh, ahora si yo tan solo pudiera ser quien soy, entonces yo sería la luz del mundo. Pero no voy a ser quien soy, así que debo ser la oscuridad del mundo". Pero en todo ese tiempo, tú has sido, de hecho, el ser que eres.

Tú eres la luz que ilumina el mundo. Porque al ser lo que sea que has elegido ser en cualquier momento, tú eres el que genera la consciencia de la experiencia. Y eso es todo lo que somos como la Mente de Dios —lo que genera experiencia— porque la experiencia es la extensión de la creación.

Tú no fracasaste al tratar de separar a tu ser de tu Ser. No tuviste éxito en tratar de desprenderte la mano de tu propio brazo sacudiéndola. La broma, la burla ha sido sobre ti, porque tú querías ser "burlado". En cada momento de tu existencia, tú has sido la expresión perfecta de Dios. Incluso en los momentos más profundo de tu así-llamado sufrimiento, cuando crees que todo el mundo lo ha logrado y tú no, cuando te percibes a ti mismo como si estuvieras a años luz de conocer a Dios, tú eras el poder mismo de Dios creando esa percepción.

Tú has sido también el Uno que se ha atrevido a ser tan audaz de permitirle a Shanti Christo entrar en tu vida —una organización muy radical. La creaste como un contexto para tu despertar. Y eres libre de usar ese contexto, esa organización, para iluminar el planeta entero si tú quieres. Tú eres libre también de dejar que se desmorone dentro de ese antiguo eco de la memoria. Solo existe Dios, y tú eres Eso.

Dios extiende la creación sin cesar. Por lo tanto, tú continuaras existiendo siempre como el Uno que crea experiencia. Este es por qué solo existe una pregunta que vale la pena hacerse:

¿Qué es lo verdaderamente quiero?

Porque experimentarás la respuesta a esa pregunta. Y, de hecho, tu experiencia es la respuesta a la pregunta. Puede estar acostado en la cama con gripe y hacerte la pregunta, "¿Qué es lo que realmente quiero? Bueno, este cuerpo-mente tiene gripe. Estoy experimentando exactamente lo que he querido". Y puedes abrazar eso, aceptarlo y amarlo, y verlo como algo perfectamente inocente porque esa es la verdad de ello. Tener gripe no es un signo de fracaso. La muerte del cuerpo no es un signo de fracaso. Es simplemente lo que está surgiendo como la extensión de la creación.

¡Así que, la última y más grande verdad que puede ser dicha suena como una completa tontería! Es inaceptable para la mente egoica que quiere el poder de hacer lo falso, un yo separado todopoderoso e invencible, de pie contra el mundo —en otras palabras, el mosquito que le grita al universo. Porque la mente que está despierta en la Realidad de Dios permite todas las cosas, confía en todas las cosas, abarca a todas las cosas, acepta a todas las cosas, trasciende todas las cosas, y ve el resplandor de la perfección, literalmente, mostrándose en todas las cosas.

Tú eres perfectamente libre en cada momento. Nada puede aprisionar a Dios. Si decides dejar una relación, estás simplemente utilizando la completa libertad de Dios de generar experiencia. Si decides quedarte en una relación, estás simplemente utilizando la libertad de Dios para generar experiencia. Ninguna es la correcta. Ninguna es la equivocada. Ambas opciones son totalmente libres y sin causa. Y cada una expresa a Dios. Ya es, de hecho, la hora de que dejes de percibir que algunas cosas son más perfectas que otras. Solo existe Dios. Solo ha existido Dios. Solo existirá Dios por siempre.

Cuando una ola es arrojada en la playa de un océano, no pierde su humedad. ¿Y quién podría decir que esta ola es mejor que aquella ola? Pero, te digo a ti, que la mente que elige a una ola en vez de la otra es la Mente de Dios creando la creación. Porque en el preciso instante en que una ola es elegida como si tuviera más valor, ya se ha tenido la experiencia. Y la experiencia es la extensión de la creación.

Tú, por lo tanto, eres un creador. Y creas sin cesar. Tú permaneces, hoy, exactamente como eras cuando fuiste creado por tu Ser. Permaneces libre para crear lo que sea que quieras percibir. Y lo haces desde adentro de la mente y lo extiendes hacia afuera, lo irradias hacia afuera, con cada pensamiento que piensas.

Cuando un maestro iluminado se presenta en tu planeta, es que simplemente Dios ha dejado de jugar el juego del ser separado a través de un cuerpo-mente. Eso es todo. Una mente iluminada se da cuenta que solo existe Dios. Y que en esa libertad, es libre de mostrarse como un cuerpo-mente en cualquiera de las formas que ella quiera, mientras dure el cuerpo-mente.

Ya sea que se presente con una túnica de color azafrán o con una ropa desgastada de mendigo eso no hace ninguna diferencia. Una mente iluminada es una mente iluminada. Podría fumarse un cigarrillo. Podría beberse un jugo de zanahoria. Eso es irrelevante. Y el que está fumándose el cigarrillo mira al que está bebiéndose el jugo de zanahoria y sonríe. El que está bebiéndose el jugo de zanahoria mira al que está fumándose el cigarrillo y sonríe. Y en esa sonrisa, solo existe el Uno, contemplando al Uno.

Tú, entonces, eres libre de estar en paz. Tú eres libre de soltar todos los juicios. Tú eres, de hecho, libre de darte a ti mismo la experiencia de ser el Uno que permite todas las cosas. Tú eres el Uno que es libre de abrazar entre sus brazos a la inocencia de cada momento. Tú eres el Uno que es libre de necesitar lentes de sol para protegerse de la salida del sol en la mañana. Tú eres el Uno quien es libre de ser libre. Y ser libre es ser auténtico. Y ser autentico es demostrar la Realidad de que solo Dios existe.

Solo existe Dios. Aunque parezca que estas recibiendo la información de afuera de ti mismo, aunque yo te he dicho a ti, que recibes la información solamente desde tu Ser —Dios. Solo la Mente de Dios existe. Y tú eres Dios eligiendo recordar que tú eres Dios.

Si vuelves a leer Los Cartas de Jeshua, te darás cuenta de que no todas esas comunicaciones eran desde la perspectiva de Jeshua ben Joseph. También hubo comunicación directa desde la Mente de Dios, dada como una señal clara y evidente para ti. Las cosas que fueron dichas incluso en ese libro revelan la Verdad de que solo existe Dios. Si lo pasaste y no lo viste, es porque todavía pensabas que te daría demasiado miedo saber la Verdad que te hace libre. Necesitabas percibir que había una persona que tuvo una experiencia de abrirse a Jeshua ben Joseph y que tú estabas recibiendo la información por medio de ese canal. Y, sin embargo, te digo, que has recibido la información solo de tu Ser —Dios.

Este es el por qué todo lo que se da se recibe. Este es el por qué la perdida es imposible, y el por qué la muerte no existe. Dios solo se puede disolver en Dios. Y en esa comprensión, el paso final, más allá incluso de El Camino del Conocimiento, es soltar la resistencia a la creación misma, y aprender a manifestarse como Dios en forma individual para pasarla bien, para divertirse, para amar, para crear, para extender.

Por lo tanto, en verdad, amados amigos, nuestro Amor será sin cesar. Nuestra creatividad será sin cesar. Porque nosotros somos el Uno que se manifiesta como la creación por la alegría de danzar. No existe nada más sino esto. No existe nada arriba o abajo, nada atrás o adelante. En verdad Tú eres el Uno ahora. Y si descansas sobre tu sofá con los ojos cerrados, ¿Quién está descansando? ¿De Quién son los ojos que están cerrados?

En esta lección, te he dado lo más profundo, el núcleo más fundamental con lo que puedes sentarte —o danzar— si tú quieres. Puedes llevártelo a la cama contigo. Puedes tomarte una taza de café con él. Puedes esforzarte en entenderlo. Puedes analizarlo y decir: “Bueno, debe haber algún mensaje aquí. Debe ser una metáfora o algo así”. O puedes simplemente darte por vencido al identificarte como un ser separado que todavía lucha por conocer la verdad.

En Un Curso de Milagros, te dije a ti:

 “La relación santa es cuando dos seres se ven adentro y no encuentran carencias, y por consiguiente deciden unirse para crear, para ser feliz”.

Si dos seres se ven adentro, y no encuentran carencias, entonces se habrán dando cuenta que solo existe Dios. ¿A quién le importaría si un cuerpo-mente se va por aquí y el otro se va por allá? Todo es lo mismo, da igual.  ¿No sientes que estás como jugando, como actuando? Eso es todo.

Y cuando ves que tú hermano o hermana dice: “Me voy a mudar desde este lugar hasta aquel lugar”, la mente despierta dice: “Oh, esta es una parte de mi Ser que quiere ir a vivir a Cleveland ahora —muy bien perfecto”, porque la mente despierta le da perfecta libertad a todos los seres porque ve que las expresiones de todos los seres es la libertad de su propio Ser, de la Única Mente que es Dios, manifestándose como ese ser que prefiere mejor llevar el cuerpo-mente hasta Cleveland en lugar de quedarse a vivir en Florida.

Cuando el amante se despierta a las tres de la madrugada y dice: “Necesito mudarme ahora a un monasterio para vivir en perfecto silencio en una solitaria celda, y no te volveré a ver nunca más”, la totalidad de la mente iluminada recibe eso y sonríe. Porque la mente iluminada sabe que el amante no puede nunca verdaderamente abandonarla porque la separación es irreal.  Por lo tanto, la mente iluminada permite todas las cosas, confía en todas las cosas, abarca a todas las cosas, acepta a todas las cosas y trasciende a todas las cosas. Solo existe Dios. Y tú eres Eso. Tú eres como Yo Soy.

La única pregunta, que queda, entonces es: ¿Quién quiere jugar conmigo? ¿Con quién quieres jugar —con los que conocen a Dios o con los que conocen el miedo? Todos ellos son Dios. Y no obstante en ese juego y despliegue de la creación, tú eres libre de decidir con quién jugarás, con quién danzarás, con quién crearás, y que vas a crear.

Cuando cualquier mente se despierta a sí misma como Dios, se vuelve cada vez más interesada solo en estar con aquellos que son de la misma mentalidad. ¿Por qué? Porque ya no puede tolerar más la falta de iluminación. Porque no es tan divertido. No es tan amoroso. Y Dios no es más que Amor.

Por lo tanto, amados amigos, revisen bien lo que se les ha compartido en esta lección. Si has notado, que un gran cambio a ocurrido. Es que el “conejo ha salido del sombrero”.  Porque Jeshua ben Joseph no ha sido sino una especie de pretexto, un disfraz, escogido por mí, de presentarme a mí mismo ante ti porque tú lo has pedido.

De hecho, amados amigos, que la paz sea siempre con ustedes. Juguemos juntos como esa única Mente, extendiendo la creación sin final, invitando a los aspectos de nuestro Ser a regresar a nuestro Ser. Solo el Amor es real. Solo el Amor existe. Solo al Amor es digno de Amor. Y Dios solamente quiere aquello que extiende lo bueno, lo santo y lo bello.


Por lo tanto, en verdad, que la paz sea siempre con ustedes. Porque en verdad, ¿a dónde más podría irse? Sepan que estoy con ustedes siempre. Amén.


La organización Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.


Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/ 



Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz, 


El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:

1er  Libro   "El Camino del Corazón"
       de la Lección 1 a la 12


2do Libro  "El Camino de la Transformación"
       de la Lección 13 a la 24

3er Libro  "El Camino del Conocimiento"
       de la Lección 25 a la 35

Recomendaciones: 
  • Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
  • Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
  • Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
  • Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.

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