LECCIÓN
7
EL
NACIMIENTO DE LA MENTE DE CRISTO
Por siempre, yo estoy contigo. Por siempre, yo estoy contigo. Porque mucho
antes de que nacieran las estrellas, mucho antes de que los planetas surgieran,
mucho antes de que incluso un pensamiento de lo físico hubiera surgido dentro
de la Mente Divina del Hijo de Dios, ya habíamos sido creados juntos y por
igual. Sin embargo, esa Creación de lo que únicamente es real no conoce punto de nacimiento.
Por lo tanto, debido a que el Padre es por
siempre, así también, nosotros hemos permanecido juntos y nos hemos mantenido juntos en el Amor. A lo largo de todos los tiempos y hasta la eternidad nosotros
permanecemos juntos en la Realidad de lo que somos. Por lo tanto, creo que no
es extraordinario cuando te digo:
Por siempre yo estoy contigo, incluso hasta el final
de esta era.
¿Qué viaje has hecho alguna vez que no sea
familiar para mí? ¿Qué viaje he hecho yo alguna vez que, en verdad, no sea familiar
para ti? Porque cuando tú me miras desde algún lugar profundo de reconocimiento
interior, aunque las palabras puedan ser diferentes, dices dentro de ti mismo:
“¡He aquí que! Cristo aparece ante mí”.
Cuando tienes un pensamiento acerca de
mí en la mente y el cuerpo se inunda de una emoción, suave, dulce y ligera, y
reconoces que el Santo Hijo de Dios nació y se perfeccionó en tu amigo, Jeshua
ben Joseph, ¿qué es lo que hay dentro de ti que sabe que esto es la verdad?
¿Qué parte de tu mente, qué capacidad dentro de tu corazón puede mirarme y
reconoce la Verdad dentro de mí, y que debido a ese reconocimiento me amas?
Porque igualmente te digo, de que pasa lo mismo en esa parte de mi mente, en
esa parte de mi corazón que te contempla y te dice:
“¡He aquí que!
El Niño Santo de Dios está delante de mí. Y yo lo Amo”.
Esa parte que sabe, esa parte que comprende de inmediato, es la Mente de Cristo. Esa
parte se reconoce a sí misma en todos y cada uno. Esa Mente de Cristo mora
dentro de ti en toda su plenitud ¡ahora!
Por lo tanto, como yo te lo he dicho muchas veces, nunca dejes de recordar que cada
quien conoce al otro por su propia condición. Si me miraras a mí y dices: “Amado amigo, gracias”, mírate bien a ti
mismo y di: “Amado amigo, gracias”.
Deja que la respiración fluya.
¿Cuántos viajes se han hecho? ¿Cuántos
momentos de experiencia han pasado bajo el puente de tu ser antes de que por
primera vez empezaras a volver a re-despertar a la Verdad que es verdad
siempre? ¿Cuántas vidas, cuántos mundos antes de que una luz comenzara a
amanecer, tan imperceptible al principio que no fue reconocida? Y una vocecita
susurró desde un lugar que parecía tan lejano de dónde has habitado:
Amado hijo, estás conmigo ahora.
Tú permaneces como Yo te he creado para ser.
Por lo tanto, estás en paz. Eres amado.
La voz parecía tan lejana, tan tenue,
que seguramente, no podía ser la suya. Sin duda, a ti te pareció que fue solo
un momento de fantasía.
En medio de algún viaje, hiciste una pausa. Y cuando contemplaste a una gota de lluvia caer sobre una hoja y tus ojos vieron esa experiencia, sentiste y supiste que eras uno con la hoja y la gota de agua, y que, de hecho, tú eras esas cosas. ¿Cuántos momentos de experiencia pasaron por delante de ti para que este tipo de cualidades comenzaran a surgir en tu consciencia, que al principio parecían ser diminutas ideas locas? Pensamientos como: “Dios mío, acabo de sentir que soy uno con toda la Creación. ¡Bueno, mejor no le digo nada a nadie sobre esto!” Y así lo hiciste.
Pero esos momentos empezaron a llegar
más seguido, aunque quizá fugazmente, y sin embargo, ahora más familiar —un
sentimiento debajo de todo el drama, de todo el llanto, de toda la lamentación,
de todo el resentimiento, de todo el miedo, de todo el esfuerzo, y de toda la
búsqueda. La aún pequeña voz vendría a decir:
Amado hijo, tú permaneces como Yo te he creado para
ser.
Eres amado.
Eres totalmente amoroso y totalmente digno de ser
amado por siempre.
La vocecita seguía pasando aunque
aparentemente desapercibida a través del rugido y el estruendo que parecían haber hecho un hogar dentro de tu mente. Ten la seguridad, de que no estarías
donde parece que estás en este momento, si no hubieras empezado ya a
experimentar muchos de esos momentos que expresan la cualidad que acabo de
describirte, al verdaderamente escuchar a la vocecita suave y silenciosa del
Consolador interno.
Por lo tanto, de hecho, cada uno de
ustedes sabe que hay un anhelo en su interior que no pueden y que no podrán ya negar por más tiempo. Sabrás desde el
Cristo adentro de ti que Cristo se ha avivado adentro de ti, y que Cristo está llegando a
ocupar el lugar que le corresponde como el amo de tu mente, tu corazón, tu
cuerpo, tu respiración, tus sueños y tus ¡pasiones! Cada uno de ustedes sabe que
es absolutamente inútil tratar de conformarse con menos.
No viene por algo que alguna vez yo haya
hecho por ti. Viene porque debe venir. Debe surgir adentro de cada
mente creada independientemente de sus viajes, a pesar de sus intentos de negar
lo que es eternamente verdadero. Que es llamada la ilusión del sueño de
separación. Debe venir y es inevitable porque Cristo no será negado. Cristo no puede ser negado, porque solo Cristo
puede expresar lo que es absolutamente verdad.
Solo Cristo puede informarle a la estructura celular del cuerpo que incluso el más
simple de los gestos extiende Amor a la otra persona que lo contempla. Solo Cristo
sabe cómo respirar el aliento que libera de todo trauma, de toda herida. Solo
Cristo entiende el poder del verdadero perdón, que es siempre, por cierto, el
perdón de uno mismo, ya que nadie te ha hecho daño en ningún momento.
Solo Cristo puede traer una sonrisa a
los labios de un cuerpo, de tal manera que cuando alguien te mira y ve esa
sonrisa, su corazón se llena. Solo Cristo puede caminar en este mundo, pero no
ser del mundo. Y solo Cristo puede trascender cada limitada y temerosa
creación, transformándolas en la hermosa flor que florece y da su dulce fragancia a toda la creación. ¿No es esto lo que siempre has deseado sentir que se
mueva a través de tu ser? ¿No es esa la llamada al despertar viviente adentro
de ti? Oh, amado amigo, ¡tú sabes que lo es!
Ámense,
por lo tanto, los unos a los otros[1]. Y ama, por lo
tanto, al Ser que te ha sido dado a ti por el Padre. Aprende a escuchar solamente a esa voz. Aprende a desear solamente a esa voz. Aprende a seguir
solamente a esa voz que conoce la Verdad que es verdad siempre:
Yo y el Padre celestial somos uno.
Este mundo no es sino un reflejo pasajero y un
sueño.
No tiene ningún valor, salvo el que Cristo pueda darle.
Solo el Amor es real.
Cualquier otra cosa es la elección de creer
momentáneamente en la ilusión.
Ten la seguridad, que la ilusión dentro
de un mundo ilusorio puede parecer que tiene un gran poder. Pero todo el poder
te ha sido dado a ti. Todo el poder bajo el Cielo y la Tierra te ha sido dado a
ti Santo Niño de Dios. Y ese poder habita dentro de ti como la Vida de tu vida,
el aliento de tu aliento, la Verdad de tu verdad, el ser de tu ser, y la
alegría de tu alegría. Nunca ha habido una creación ilusoria que alguna vez, en
verdad, lo haya amenazado. Ni tampoco puede una ilusión quitarte la realidad.
Lo único que puede ocurrir es que
utilices ese poder para creer en la pérdida. Todas las formas de pérdida que percibes
a través de los ojos físicos o a través de la mente mundana no son nada más que
sombras pasajeras de tu insistencia en la creencia de que la pérdida es
posible. Todas las formas de contracción conocidas como el miedo no son más que
modificaciones temporales del mismo poder que te fue dado a ti —un poder que has tratado
de utilizar para ver si era posible convencerte a ti mismo de que algo más allá
del Amor es real.
Pero la historia ha terminado. El sueño
de separación está terminando. Toda la creación está ahora experimentando un creciente
poder, un movimiento, un impulso que debe llevar a la mente, desde la cual la
creación fluye, a un nuevo nivel. No es tanto un nivel evolutivo como un nivel
de re-conocimiento, un nivel de re-membranza, un nivel de re-tornar.
Esa ola de impulso está viva y ya ha
surgido dentro de tu corazón y mente. Tú lo sabes. Deja de negarlo. Deja de
cuestionarlo. Deja de buscar signos del mundo que te rodea de que está bien
sentirlo.
Acéptalo como un don divino de tu
Creador. Porque se ha hecho la llamada. Aunque muchos la escuchan, pocos la oyen,
y menos seres aún se vuelven totalmente dedicados a responderle. Por lo tanto, deja
que tu oración sea siempre:
Que solo Cristo, more adentro y
como
esta creación que una vez pensé que era yo mismo.
Que solo Cristo, informe a cada pensamiento, a cada respiración y a cada elección.
Que el Amor dirija cada paso. Que el Amor transforme
este viaje en el tiempo, de forma tal que en el tiempo, verdaderamente se pueda llegar a conocer
la realidad de la eternidad, de la paz, de la santidad —de la santidad— la intimidad,
y la alegría del Amor del Padre, antes de cada aliento y, de hecho, incluso
antes de cada pensamiento que surja en la mente.
Porque cuando sabes que eres la santidad
misma, ¿cómo podrías mirar a tu hermano o hermana y creer que ellos te han hecho
daño? ¿Cómo podrías querer hacer otra cosa que amarlos? Es decir, deja que el Amor
de Cristo a través de ti fluya tan profunda y tan profundamente que ellos
capten que tú no crees en su ilusión.
Cuando les das a los demás aquello que
únicamente es verdad, debido a que todas las mentes están unidas, les estás
ofreciendo el único regalo que tiene valor. Cuando les das a los demás la
verdad —tal vez incluso sin decir una palabra— debido a que todas las mentes
están unidas, ellos reconocen lo que les estás ofreciendo y se dicen a sí
mismos: “El que está delante de mí sabe
la verdad sobre mí y está mirando a través de cada uno de mis intentos de ser
menos de lo que soy. Por lo tanto, veo que es seguro elegir de nuevo”. Ahí
es cuando ocurren los milagros.
No te esfuerces en sanar este mundo. No
hagas nada para hacer un alarde de lo mucho que amas a los demás. Abandona el
concepto de ser una abeja ocupada. Simplemente sé la presencia del Amor, porque sabes que no hay absolutamente
ningún valor en ser cualquier otra cosa. Y que, en verdad, nunca has tenido
éxito en ser otra cosa que la presencia del Amor.
Cada momento que has experimentado en tu
sano juicio, cada momento de lo ilimitado, cada momento de verdadera intimidad,
cada momento de alegría llena de gracia que alguna vez hayas conocido, en
cualquier forma que parezca que se presenta, ha llegado porque le has permitido
a tu mente deslizarse en el mar de la paz. Allí tú simplemente permaneciste, vacío,
sin desear nada, sin buscar nada, siendo simplemente la presencia de lo que
eres.
Cuando esa cualidad llegue a estar cultivada
de forma que impregne tu consciencia con cada respiración y en cada momento, tú
sabrás que Cristo, en efecto, habrá surgido en ese día. Y celebrarás la Pascua
con cada respiración.
LA
SOMBRA DEL MIEDO
¿Qué, entonces, podría alguna vez surgir
que obstruya a la Verdad que es verdad siempre?
Hay un antiguo bosque en tu planeta. Un
bosque tan alto en un agreste valle montañoso tan agreste que nunca nadie ha
estado allí. Desconocido para la mente de la humanidad, la vida continua en el
bosque. Profundo en el corazón de este bosque, esta mañana una pequeña brizna
de hierba parecía estar siendo sacudida por un viento invisible. Como fue
sacudida por tan solo una fracción de un momento, tan sutil y suave fue el
viento que a medida que la luz del sol daba en la brizna de hierba, se proyectó
la más pequeña de las sombras concebibles sobre una roca que estaba un tanto alejada
de la diminuta hierba.
Nadie se dio cuenta. La sombra no tuvo
ningún efecto. La roca ni se dio cuenta. Nadie en el planeta se dio cuenta.
Nadie en cualquiera de los cielos se dio cuenta, excepto yo. Necesitaba algo
para construir una historia alrededor de esto. Esa pequeña sombra proyectada
por una pequeña brizna de hierba momentáneamente movida por un viento en algún
bosque remoto, no tiene prácticamente ningún efecto sobre el giro de los
planetas, la creación de nuevos soles, y ciertamente ninguna traza de efecto en
la profundidad de como el Padre te ama.
A esa pequeña sombra es a lo que tú le has
dado el poder. Parece que es capaz de obstruir a la Verdad que está dentro de
ti de ser vivida. En el momento, en el que le diste poder a esa pequeña sombra.
En ese mismo momento, nació el miedo. El miedo es siempre una contracción
alejada del Amor. Y el miedo te hace más pequeño que la brizna de hierba que momentáneamente
parece proyectar una sombra y que, por tanto, obstruye tu reconocimiento de la
calidez del sol que te baña siempre.
Cuando te resistes a la curación, cuando
luchas por aprender a “hablar tu verdad”, puedes estar seguro de que algo ha
ocurrido justo antes de eso. ¿Qué es? Es tu decisión de creer que la sombra es
todopoderosa. Y que si sanas, si creces, si cambias, si dejas que Cristo viva
en ti, la pequeña brizna de hierba y la diminuta sombra que ella crea por un
momento muy temporal vendrán a castigarte y aplastarte.
Si realmente pudieras tomar esta
historia en tu ser y reconocer la absoluta risibilidad de tal creencia, nunca
más volverías a temerle al miedo.
Nunca más permitirías que el miedo te domine y dirija el curso de tu vida.
Aprenderías lo que significa confiar en aquello
que nació en el corazón. Te levantarías y saldrías sin miedo —sin ninguna
historia en lo absoluto. Lograrías aquello que la creatividad desea expresar a
través de ti. Y durante todo ese tiempo sabrías que por ti mismo no haces nada,
sino que es el Padre, quien a través de ti, puede hacer cualquier cosa.
Por lo tanto, ¿qué formas de la sombra
de esa brizna de hierba vas a permitir que manejen y posean tu alma?
Hay muchas formas de esa sombra, ¿no?
Hay colegas, padres y hermanos que complacer. Hay gobiernos ante los cuales
inclinarse. Hay parejas y niños que deben ser atendidos primero. Hay cuentas
que pagar. Hay deseos que comprobar y mantener en orden. Hay actividades,
declaraciones y comportamientos —hechos por otros— que requieren al menos de siete
u ocho horas al día para que puedas analizarlos y juzgarlos a muerte y tú
piensas: “Vaya, este mundo es agotador.
Pero alguien tiene que hacerlo”.
¿Y pensaste que era el Amor lo que hace
que el mundo funcione? Confía en mí, ¡el Amor no da vueltas para no obtener
nada!
El Amor te creó. El Amor concibió dentro
de ti como algo individual —al menos dentro de la danza del tiempo y el espacio—
el poder de elegir, el poder de sentir, el poder de canalizar la luz y el Amor,
el poder de saber que algo existe dentro y como tú. ¡Eso es lo que el Amor ha
hecho! ¿Alguna vez el miedo ha creado algo remotamente parecido a esto?
¿Entonces qué quieres? ¿Creación o
imitación? ¿La paz o la capacidad de simplemente drogarte a ti mismo con la trivialidad?
Imagina que todo el poder bajo el Cielo y la Tierra fluyera a través de ti con
cada respiración para que tu consciencia atestigüe, no lo que haces como el
fabricante o hacedor, sino aquello que lo divino está haciendo a través de ti
en cada momento. Llegarías a maravillarte de la creatividad del Amor, el mismo
Amor que mueve al sol, a la luna y a las estrellas. ¡Vaya que eso sí sería un pasatiempo muy delicioso!
Por cierto, has llamado al cuerpo tu cuerpo, como si tuvieras algún
derecho a poseerlo. Dale el cuerpo a Dios. Dios sabe cómo usarlo; tú no. Cuando
tu vida es dada para ser solo la
presencia del Amor por ninguna otra razón de que tú quieres que sea así, tú vas a saber
—porque llegarás a ser— la Verdad que
hace a todas las cosas libre:
Toda la creación está esperando para moverse a
través de mí,
y yo quiero ser consciente de ello. Quiero que mi
experiencia,
mi consciencia viviente, sea felizmente absorbida en
observar el flujo de Amor a través de mí.
Y si hay algunas telarañas en el camino hacia
ello, tú vas a barrerlas fuera del camino.
Cuando estás en esa cualidad del ser, el
Cielo y la Tierra se moverán para convertirse en tu sirviente, y no hasta
entonces. Después de todo, si envías un mensaje conflictivo nadie se aparecerá
para el baile. Ahora que ya sabes lo que es la sombra. Quizás a veces disfrutes
bailar con ella. Pero aquí está la gran pregunta:
¿Vas a dejar que
la sombra te guíe o vas tú a dirigir?
EL
NACIMIENTO DE LA MENTE DE CRISTO
Cuando tu vida se libere así —no estoy
hablando de la perfección como la conocerás— cuando tu vida se convierta en esa motivación, esa actitud, esa
declaración, y esa devoción, entonces la perfección será atestiguada a través
de ti. Porque el verdadero significado de la perfección es la mentalidad
milagrosa que es donde se produce el ahorro de tiempo. Cuando tu vida se
convierta en eso, cuando ya no tengas ningún compromiso conflictivo en tu ser, sabrás exactamente lo que fue para mí el resultado de mi vida, porque ya tú serás eso.
Sí, ya sé que estás preocupado: “¿Eso significa que cuando esté realmente muy
cerca, voy a tener que hacer mi iniciación final en la crucifixión? Y si tengo
que hacerlo, ¿me prometes que al menos esterilizarán los clavos? ¿Puedo elegir
el día y la hora? No me gusta levantarme muy temprano”.
Tú ya sabe todo lo que tiene que ver con
la crucifixión. Te la has hecho a ti mismo un millón de veces en formas mucho
peores que un simple clavo a través de la mano que crea una pequeña punzada de
dolor. El infierno no es más que el estado de estar apegado, o atrapado, en el
proceso de la crucifixión del propio Ser, que es el intento de asesinar y
destruir lo que Dios ha creado a partir del Amor.
Deja de perder tu energía tratando de amar a Dios. Eso no lo va a
lograr por ti. Deja de perder tanta energía tratando de aprender cómo amar a los
demás. Eso no lo va a lograr por ti. ¡Y por el Amor de Dios, por favor frena
todos los intentos de conseguir que los demás crean que tú los amas!
Pon toda tu atención en renunciar a los
patrones de creencias por medio de los cuales has tratado de crucificar al Ser
que Dios hizo y colocó dentro de ti como tu propia consciencia de tu existencia. Aprende a Amar a ese Ser más allá de
todas las cosas creadas. Aprende a cultivar a ese Ser. Aprende a cultivar adentro
solamente a ese Ser que habla de la alegría y de la verdad. De forma que tus
palabras, tus acciones y tú presencia siempre elevará a los demás. De manera
que cuando alguien entre en la habitación en la que estás sentado, de pie o moviéndote,
sienta como que un soplo de aire fresco lo ha golpeado, incluso si tú no has
movido ni siquiera un dedo.
Mientras quede un rastro de energía
dentro de ti mediante el cual te esfuerces en tratar de obtener de cualquiera
de las cosas que percibes o de los objetos que te rodean aquello de lo que tú estás
seguro que te falta en tu interior, no podrás conocer el Amor del Ser. Y no
podrás experimentar la libertad. La felicidad es un trabajo interior.
Entonces, ¿qué pasa? Finalmente logras
hacerlo correctamente y dices: “Muy bien,
¿qué ha estado haciendo esa pequeña sombra? Bueno, vamos a ocuparnos de esta
sombra, y de esta otra, y de esta otra, y de esta otra. ¿Cuántas briznas de
hierba y cuántas sombras hay dentro de este ser que parecen estar superpuestas
sobre el Ser?” ¿Es esto importante? ¡Claro que sí, estás muy ocupado dando nacimiento
a Cristo!
¿Qué pasa cuando eso ocurre realmente?
En primer lugar —y escucha bien— nada
será inaceptable para ti.
Sin embargo, la mente todavía se
resiste: “Bueno, pero, ¿significa que si
alguien no es un vegetariano que aun así es amado? ¿Eso quiere decir que si
alguien vota por alguien que estoy seguro es el tipo equivocado que no está
loco, que puedo amarlo? ¿Significa eso que si alguien busca el poder político y que, por
lo tanto, crea una guerra y mata a cinco mil mujeres y niños, que todavía
podría mirarlo y que mi amor no se perturbaría? ¿Quiere decir que todo lo que
surge dentro de este mundo temporal no es ya realmente, verdaderamente,
literalmente, un problema para mí por más tiempo —que ‘nada’ es inaceptable?”.
Sí. Esto no quiere decir que lo apruebas.
Significa que ya no es inaceptable. Porque lo que no puedas aceptar, lo juzgarás.
Y todo juicio es el intento de asesinar
lo que tú has decidido que no tiene derecho a ser.
El juicio es lo contrario del perdón. El
juicio vive en el lado de la cerca donde está el miedo. El perdón vive en el
lado de la cerca donde está el Amor, y solo el Amor puede curar a este mundo. Imagina,
entonces, que vivieras en un estado del ser en el que, literalmente, nada fuera
inaceptable para ti, porque sabrías que la Fuente de tu verdadero ser está mucho más allá de las limitaciones de todo lo creado en el espacio y el tiempo.
Que ni siquiera la muerte, que ha sido creada a partir de la contracción
conocida como el miedo, es inaceptable.
Te digo esto a ti: Si vas a elegir confiar en mí,
yo te mostraré el camino a la paz. Voy a esperar por tu respuesta, mientras
tanto yo no puedo hacer nada para quitarte tu libertad que requieres para
llegar a estar totalmente comprometido y permitir que Cristo nazca donde una
vez reinó la inútil ilusión. Yo te mostraré cómo convertirte en el ser a partir
del cual toda la Creación surge, de forma tal que sabrás la Verdad que te hace
libre.
Ahora, esto hará que surja desde adentro
de ti el más fundamental de los miedos posibles. ¿Cuál es? Es el último que hay
que superar: el miedo a la muerte. Porque cuando eres confrontado por la
Verdad, sabes que todo lo que has tratado de crear como un sustituto de la Verdad
debe morir. Es por eso que se dijo: “Lo
último que hay que superar será la muerte”[2] —el miedo a la
muerte. Se permite la muerte para que
Cristo pueda vivir.
Comprende bien esto: No hay nadie y no habrá
nadie en ningún momento que lea estas palabras a quien yo no le haya hecho esta
promesa:
Yo te mostraré el camino a la Verdad que es verdad
siempre y que te hará libre.
Pero solo tú puedes tomar la decisión de
llevar a la totalidad de tu ser en este viaje. Y todo lo que se requiere es lo
que tú llamas un poquito de buena voluntad. Un poquito de buena voluntad es
todo lo que se necesita.
Yo conozco el camino a casa porque he
completado el viaje, y yo te mostraré el camino. Con cada palabra que
pronuncio, mi única intención es la de revelarte el lugar dentro de ti que es
la presencia del Amor que buscas.
¿Qué pasaría si eliges comprometerte
realmente y tomas en consideración lo que te estoy compartiendo, y retornas a
la inocencia de un niño, mientras contemplas lo que esto significaría en tu
vida? Ten la seguridad que, cuando hayas completado el viaje al Reino, el viaje dentro de él comienza de nuevo. La felicidad, la sabiduría, la
creatividad, las risas, las amistades, la familia, la alegría, la serenidad y
la paz —que han sido, en su mayor parte, vistos como un sueño imposible— se
convertirán en tu estado más normal y natural de ser. Sin embargo, nada de esto
puede ocurrir a través de ningún poder que pueda moverse a través de mí.
Puedo guiarte. Te puedo mostrar el
camino. Y puedo caminar a tu lado por el camino que has elegido. A veces, puedo
darte mi fuerza hasta que la tuya sea tan segura como la mía, al sostenerte y
llevarte. Pero en última instancia, debes exigirme
que te ponga abajo para que tus pies
toquen el suelo del Reino de los Cielos y tú
camines, con tu fuerza, con tu virtud, con tu
certeza, a mi lado.
De hecho encontrarás en ese día y en
esa hora que aquello que tan frecuentemente tú me preguntabas a mí, ahora yo te
lo preguntaré a ti: “¿Cómo crees tú que podríamos hacer esto? ¿Qué te gustaría
crear conmigo?” Y entonces, de hecho, nosotros seremos como hermano y hermano,
hermana y hermano, seremos como amigos, que están bailando y jugando en el
Reino preparado para nosotros por nuestro Padre.
Un poco de sombra proyectada por una
pequeña brizna de hierba es todo lo que parece impedir que entres totalmente a
donde yo estoy. Si todavía te tardas un poco más, está bien. Tú no me puedes impedir que conozca la verdad acerca de ti y que te ame. Cuando estás enAmorado, cuando estás tan
inmerso en amar simplemente, ¿no es cierto que no tienes sentido del tiempo en
lo absoluto? No tienes la sensación de que ningún efecto perturba tu paz. Estás
simplemente “moviéndote al compás de la
música”. Estás amando, y tu plenitud crece aún más santa.
Por lo tanto, ámense los unos a los otros
como yo los he amado. Porque el Padre me ha amado primero a mí para que yo pudiera
mostrarte la verdad de lo que es el Amor y la realidad de tu ser. No voy a
dejar de hacer esto, sin importar cuánto tiempo decidas tardarte. Porque el Amor
es, en efecto, paciente y amable. El Amor no puede ser engañado, y el Amor no
permite la ilusión. El Amor abarca todas las cosas, confía en todas las cosas,
y permite todas las cosas. El Amor sabe perfectamente a dónde va, y no cesa en ese
viaje hasta que cada brizna de hierba es liberada de proyectar sombras, y toda
la Creación regresa al Corazón de Dios.
Aprende a amar a tu Ser y grítale a este
mundo:
¡Yo y el Padre somos uno!
Ese
es el suelo desde el cual me muevo, vivo y tengo mi ser.
¡Qué así sea!
Recuerda siempre que el Padre contempló a
Su única Creación y dijo: “¡He aquí, que
es muy buena!” ¡Esa bondad tiene un nombre y es el tuyo! ¡Y he aquí, que es
muy buena! ¡Esa luz merece brillar!
La puerta está delante de ti. ¿Vas a
abrirla a través del poder de tu
elección? Porque lo que experimentes te revelará que elección has hecho en este
día.
Amado y santo amigo, que la paz sea contigo
siempre. Y que la Verdad que es verdad siempre brille dentro de tu corazón y
mente a través de todas las eras. Recuerda, hay una muy buena razón perfecta
por la que te sigo diciendo, una y otra vez: “Yo estaré contigo siempre”. Amén.
[1]
Juan 13:34 “Un mandamiento
nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así
también os améis los unos a los otros”. (N. del T.)
[2]
1 Corintios 15:26 “Y el
último enemigo que será abolido es la muerte”. (N. del T.)
Nota:
Lección revisada, se hicieron algunas pequeñas correcciones a la traducción (el 05/08/2016).
Nota del traductor
La Fundación Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.
Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/
Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz,
El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:
1er Libro "El Camino del Corazón"
de la Lección 1 a la 12
2do Libro "El Camino de la Transformación"
de la Lección 13 a la 24
3er Libro "El Camino del Conocimiento"
de la Lección 25 a la 35
Recomendaciones:
- Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
- Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
- Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
- Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.
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