lunes, 22 de febrero de 2016

LECCIÓN 17: EL VIAJE DEL ALMA

25/04/2015                       El Camino de la Transformación Lección 17.  Jeshua-Jayem                                @cursorecargado

LECCIÓN 17

EL VIAJE DEL ALMA

Amados y santos amigos, venimos en esta lección una vez más para recordarte que todo lo que piensas, todo lo que ves, y todo lo que haces no es el resultado de lo que viene a ti, sino más bien de lo que viene de ti. Por siempre y para siempre, el mundo que percibes no ha sido causado, excepto por ti mismo.

Es por esto que siempre es verdad que la libertad está más cerca de ti que tu propia respiración. Esa libertad es la realidad de tu ser. Esa libertad es la que se realiza sin esfuerzo. La libertad que se ejerce cuando tú decides aceptar la Verdad que es siempre verdad:

Yo y mi Padre somos uno.
Yo soy lo que Yo Soy.

Tú eres la conciencia. Tú eres el discernimiento. Tú eres aquello que atestigua, aquello que experimenta, aquello que rinde homenaje a una de las cosas que Dios ha creado: el Cristo, que significa el Ungido. Tú has sido ungido desde antes del comienzo de los mundos respecto a los cuales el Padre es: el discernimiento, la inteligencia pura. Tú has sido ungido con la capacidad de elegir lo que desees percibir. Y por consiguiente imbuido con el poder de crear, permaneciendo libre en cada momento.

Esta libertad es completamente sin obstrucción e inmutable, para siempre. Es en tu libertad que piensas lo que piensas, que ves lo que ves, que sientes lo que sientes —incluso en tu realidad tridimensional. En cualquier momento, eres perfectamente libre para ver la radiante belleza del  Mundo Real que impregna todas las cosas —incluso tu propia conciencia. Pero también eres libre de ver el miedo.

En nuestra última lección, empezamos a explorar, por analogía, lo que ha acontecido que te trajo a la experiencia de ser una chispa de lo Divino, un aspecto de la totalidad que te trajo al lugar del alma. Entonces el alma se condensa, y desciende en lo que llaman el mundo físico. Y allí te encuentras, aquí y ahora, seguramente el producto del mundo que te rodea, seguramente el producto de tus padres, seguramente el producto de fuerzas más allá de tu control. Y sin embargo, todo ese tiempo, has permanecido exactamente cómo eres —el testigo, el que ve, la conciencia pura, el Ser.

En esta lección, vamos a hablar específicamente sobre esta vida que estás viviendo ahora. Amado amigo, en el momento previo a tu encarnación, tú permanecías existiendo con el discernimiento perfectamente claro dentro de un estado, cualidad o dimensión de la conciencia. Es cierto que incluso eso fue el resultado de decisiones tomadas en el pasado. Pero queremos hablar en esta lección de esta encarnación.

Antes de que empecemos, tómate unos momentos para hacer una pausa y deja que el cuerpo se relaje con unas cuantas respiraciones profundas. Deja ir cualquier cosa que tengas en la mente. Deja que las cosas que tienes que hacer se queden en el estante por un rato. Cuando hayas hecho esto, estarás listo para continuar.

Amado amigo, imagina que permaneces sin un cuerpo físico y que sin embargo tienes conciencia. Esto no debería ser difícil, ya que lo haces cada noche mientras duerme. Lo haces cuando "sueñas despierto." Ocurre ocasionalmente cuando hacer el amor, o mientras ves la televisión. De hecho, todos y cada uno de ustedes experimenta esa cualidad de conciencia durante varias veces todos los días, cuando se "olvidan de sí mismos". Es decir, olvidas tu existencia encarnada. La diferencia es que en tu mundo, "vuelves a tus sentidos". Es decir, regresas de nuevo a la existencia corporal.

Así que, Imagina, un estado en el que simplemente no hay forma física, y que permaneces como la conciencia misma. Ah, sí, tienes discernimiento. Ah, sí, tienes forma, pero esa forma de energía no se ha condensado en la tercera dimensión. Tienes amigos. Es decir,  tienes otras conciencias con la que estás en perfecta comunicación.

Muchos de ustedes de los que están leyendo esta lección han evolucionado lo suficiente como para haber venido a esta vida que tienen ahora, con un estado de conciencia que es lo bastante tranquilo, y alegre. La comunicación con los que nosotros llamaríamos "amigos" no se ha roto. Es consistente; es respetuosa; es amorosa; es libre.

Mientras te relajas y lees esta sencilla descripción, ¿qué color o colores te empiezan a venir a la mente? Obsérvalas; préstales atención. ¿Qué imágenes parecen fluir fugazmente por la mente? Nótalas. Préstales un momento de atención.

Pero recuerda una antigua verdad que una vez te dijimos: No puedes imaginar lo que no has experimentado, porque la imaginación es la imagen en la mente consciente. Esa imagen debe surgir de algo. Ten en cuenta, como sabes, que solo se puede imaginar lo que es o lo que ha sido. Se puede encontrar a veces formas para regresarla a la experiencia tridimensional, pero eso no quiere decir que sea nueva.

Mientras permanecías en ese estado antes de venir a esta encarnación, te relacionabas. La mayoría de ustedes eran multidimensionalmente conscientes, es decir, mientras tenían un color predominante o nivel de energía, eran conscientes de que estaban rodeados en todo momento por otras dimensiones. Muchos de ustedes se comunicaban multidimensionalmente, tanto con las frecuencias más altas, como con las frecuencias más bajas. Muchos de ustedes se comunican con los seres que estaban encarnados en el ámbito de la tercera dimensión.

Entonces, hubo un momento en el que todos y cada uno de ustedes, en el que tomaste la decisión dentro de tu conciencia, dentro de tu mente, de que las condiciones eran apropiadas para que encarnaras de nuevo. Hay muchos, muchos factores que atraen al alma a condensarse una vez más en la forma física. Pero el principal de ellos es la percepción y el pensamiento de que hay algo que te queda por hacer todavía. Hay todavía alguna lección pendiente que no es posible realizarla sino dentro del dominio físico. En efecto, existe un propósito que tú, como alma, aun desearías cumplir planamente.

Es muy cierto que algunos de ustedes encarnaron porque sentían compasión. Es decir, miraste el reino de la tercera dimensión y viste el sufrimiento y anhelabas traer luz a esta dimensión en la que ahora te encuentras. Pero, incluso esto provino de la razón, o de la percepción, de que debes hacer algo para corregir lo que está ocurriendo.

Esa es la percepción que a muchos de ustedes que son conscientes aun los mueve. Mientras miras al mundo, ves a tus hermanos y hermanas, y existe la compulsión, la necesidad de involucrarse, para corregirlos. Hay la creencia en muchos de ustedes de que si no realizan ninguna acción,  de alguna manera se degradan. Tu sentido de identidad, tu sentido de ser, queda atrapado al ver al mundo, al juzgar lo que es correcto e incorrecto, opinando sobre lo que se debe hacer, y luego, frecuentemente tratar de persuadir a otros de hacerlo a tu manera.

Así que, ahí estás. Eres Espíritu, y sin embargo eres un alma. Tienes una experiencia de relación y eres perfectamente consciente. El tiempo no existe donde estás. Porque el tiempo es una experiencia peculiar y única que está muy ligado a la materia o al cuerpo. Tú permaneces en estado atemporal.

Mientras ves las condiciones, eres también consciente de tu conexión con las almas que has conocido antes de que ellas se encarnaran actualmente en el plano físico. Eres consciente de, que puedes sentir la cualidad de una resonancia de sus conciencias con la tuya, es decir, con las lecciones que ansías aprender.

Tomas una decisión en la mente, no se te impone en absoluto. De hecho, vamos a compartir contigo que la decisión de encarnar no necesitabas haberla hecho jamás. Es decir, que no estás obligado por una fuerza fuera de ti mismo a entrar en esta dimensión. ¿Significa eso que has cometido un error? De ningún manera. No puede haber errores en toda la Creación.


ENTRANDO EN EL CUERPO

A medida que comienzas a descender —lo que esto significa es que enfocas tu atención o disminuyes tu vibración de conciencia hacia abajo a medida que comienza a encarnar —tú no fuiste a ninguna parte, simplemente diríamos que, bajaste el termostato. Así que la cualidad de tu conciencia, tu esencia, tu alma, comenzó a vibrar en una frecuencia que resuena con el plano de la tercera dimensión.

Tú atención, enfoque, y deseo, comenzó cada vez más y más a concentrarse en un único conjunto, particular de circunstancias. Estas circunstancias son la red de relaciones creada por los padres, y creadas por el medio cultural en el que ellos viven. Esa cualidad de la conciencia —ese campo de energía— es como un vórtice de giro, dentro de un vórtice de giro más grande llamado el mundo. Desde tu lugar de percepción a medida que comienzas a descender, el mundo no es sólido en absoluto. Es solo otra dimensión de vibración, con sus propios parámetros particulares.

Así que tú como alma, como una conciencia individualizada, comienzas a descender en la encarnación. Esto no puede ocurrir antes del momento de la concepción en el vientre de la madre. Por lo general, es en el momento de la concepción, cuando tú, como alma, te involucras en el mismo acto en el cual la concepción se produce. Y una nueva forma de vida comienza a desarrollarse dentro del útero.

En ese momento, hay un destello, lo que podríamos llamar un salto cuántico, y tu atención se fija, se identifica casi por completo, con la cualidad particular de energía de este nuevo nacimiento en una forma física. Tú has "entrado en el cuerpo." Entrar en el cuerpo simplemente significa que has fijado tu atención fuera de todas las otras dimensiones y has "tomado" los parámetros muy particulares y únicos, y a veces muy peculiares que intervienen en esta forma física.

¿De qué está hecha la forma física? ¿De materia inerte? ¡Difícilmente! Es, en sí, una red de relaciones creadas por los patrones vibratorios particulares de la madre y el padre. Por lo tanto, al entrar en este mundo, las primeras relaciones que tienes son con la madre y el padre, y tú los conoces y los sientes íntimamente. Porque ahora estás identificado con una forma física creciente que, en sí misma, surge crece —como una ola que sale de un océano particular —de la matriz de energías que fue hecha de la madre y el padre.

Aquí es donde tu "esfuerzo" también comienza —tu esfuerzo por crearte a ti mismo en el mundo. Tu esfuerzo comienza a encontrarte a ti. Para la mayoría de ustedes, este proceso por el cual la atención se cambia desde un estado diferente de conciencia a la dimensión física, este destello, este salto cuántico, este cambio de atención fue tan dramático y requirió tal conmoción que comenzaste a olvidar tu conexión con el Espíritu. Comenzaste a olvidar tu comprensión de que eres un alma, la conciencia pura. Comenzaste a perder la conciencia de tu libertad. Se podría decir que te volviste inconsciente, o que te quedaste dormido.
  

LA IMPRONTA EN EL VIENTRE

El primer universo que experimentas dentro de la dimensión física es la experiencia, o el universo, del vientre. Aquí, estás en constante, constante comunicación, con todo lo que está pasando a través del campo de energía de la madre. Esto no solo significa la torta que ella comió para la cena, o la taza de café que se tomó en la mañana que hizo que su corazón se acelerara. Es también la cualidad del aire que ella respira.

Pero más importante que todo esto es la cualidad de la energía emocional que conforma la particular matriz que ella experimenta en su propio universo. Porque estas cosas afectan inmediatamente los balances hormonales, el flujo de los productos químicos a través del sistema fisiológico y, en este punto, tú eres una parte muy importante de ese sistema fisiológico. Por lo tanto, tú lo tomas para ti, y empiezas a sentir y a experimentar el campo psíquico de tu madre. También eres consciente del campo psíquico de tú padre y de cualquier otro miembro de tu familia inmediata.

También eres consciente de las energías, de cualquiera de las particulares energías dominantes que están sucediendo dentro de la estructura social. Recuerde que hablamos antes sobre redes de relaciones. Tú eres un campo de energía, dentro de un campo de energía, dentro de un campo de energía, dentro de un campo energía, incluso en tu reino de la tercera dimensión.

Muchos utilizan la palabra impronta para describir ese estado inicial en el que te identificas con la forma fisiológica que emerge del campo de energía que es la particular matriz de mezclas de energías de la madre y el padre. Aquí es donde tú comienzas.

Nuevamente, hiciste todo eso con el objetivo de producir ciertas lecciones. Lo hiciste a causa de ciertos patrones que mantienes dentro de la conciencia antes de que tú cambiaras tu atención a esta dimensión.

Para la gran mayoría de los que leen esta lección, ese descenso, ese salto cuántico desde el reino del Espíritu puro desde un estado de vibración diferente al estado de vibración de la tercera dimensión fue de una gran conmoción
—hasta tal punto que tu conciencia se olvidó de sí misma como Espíritu puro.

Ahora, como si la conmoción en la concepción no fuera suficiente, podría ocurrir en cualquier momento mientras estas en el vientre materno. Que si se presenta cualquier tipo de trauma para la madre, si existe un desequilibrio fisiológico, si la experiencia de la respiración es difícil, si hay cualquier problema con el flujo de nutrientes del cuerpo, si la madre incluso está bajo estrés agudo emocional ocasional, entonces harías el intento de retirarte del cuerpo, en un intento de redescubrir el reino del Espíritu.

Cuando haces esto, el cuerpo del feto se adormece. Es decir, la fuerza vital se retira de él. A medida que crece, el sistema nervioso se adapta al nivel de fuerza vital que fluye a través de él, y esa fuerza vital proviene de ti y de nadie más.

Así que durante este período de nueve meses, te encuentra en un universo particular donde tienes esta experiencia física, no muy diferente de la de alguien que tenga sesenta años de edad en la dimensión física. Experimentas el reino sensorial de la tercera dimensión. Y estas ya siendo profundamente influenciado por patrones psíquicos que no son tuyos.
  

COMIENZA EL VIAJE DEL DESPERTAR

Por lo tanto, el viaje del despertar requiere —desde el momento del nacimiento— el desarrollo de ciertas habilidades motoras, ciertas habilidades verbales, ciertas habilidades sociales, de modo que es de esperar, que si tienes mucha suerte, para el momento cuando tengas veinte o veintiún año de edad, ya estés listo para comenzar a descubrir quién eres.

Es muy, pero muy raro que un individuo, especialmente en tu marco de tiempo cultural, que emerja a la edad de diez, doce, catorce, o diecisiete años con un profundo sentido de sí mismos, apartándose de los padres, la familia o la cultura.

Tú crees que eres tú mismo, pero eres realmente un paquete reactivo tratando de encontrar la aprobación, tratando de encontrar la seguridad, la supervivencia, la amistad —en el mundo. Es decir, que estás atrapado en la percepción de que lo que experimentas viene a ti desde el exterior, y que debes, por lo tanto, tratar de adaptarte a ello. Tú no estás vivo todavía.

Si eres muy afortunado, para cuando tengas la edad de los veinte años, será cuando simplemente experimentes los mayores grados de libertad, los mayores grados de toma de tus propias decisiones y de experimentar las consecuencias. Esta puede ser una edad muy turbulenta. Aun así, creerás que sabes quién eres, y sin embargo, ni siquiera has empezado a conocerte a ti mismo. De nuevo, esto es para la gran mayoría.

Al entrar a la edad de los treinta años, hay ahora una oportunidad. El Espíritu comienza a hablarte. Las situaciones comienzan a emerger y requieren de ti una comprensión más profunda. Si eres muy afortunado, habrás comenzado a darte cuenta de la gran influencia que tus padres han tenido sobre ti. Por lo general, estás en estado de rebelión. Internamente, comienzas a individualizarte con mayor claridad. La búsqueda espiritual con frecuencia comienza en serio por la edad de los treinta años. Es posible que hayas sido consciente de esto más temprano a la edad de los veinte años. De nuevo, esto no es una norma fija. Pero, en general, por los treinta años, es la edad cuando verdaderamente comienzas a responder al anhelo del alma.

Ahora, si la conciencia del ego ha sido fundamentalmente exitosa —es decir, has encontrado la manera de crear tu supervivencia —has desarrollado la personalidad que te permite interactuar con la locura del reino humano de la tercera dimensión. Si no has tenido grandes calamidades o traumas, y si no has tenido grandes fracasos —es posible que llegues a los cuarenta años con la presunción de creer que tienes todo resuelto. Puedes haber encontrado la manera de evitar la pregunta fundamental que te atormenta:

¿Cuál es mi propósito? ¿Por qué he venido realmente a este planeta?

Yo soy más que solo esto. Yo soy un alma pura. Yo soy Espíritu puro.
Yo sé que hay algo más que solo esto.

Si has podido exitosamente mantenerte distraído, esa pregunta puede ser que aún no haya surgido plenamente.

La conciencia del ego es tan solo una parte del cuerpo-mente que es responsable de mantenerte físicamente vivo. Está impulsada por el deseo de supervivencia, el deseo de seguridad. Desea crear cierto orden a tu alrededor, porque es a través del orden que se puede anticipar a lo que será necesario para mantener al organismo funcionando fisiológicamente.

Ahora bien, lo que ocurre es que en algún lugar a lo largo de la línea, por lo general muy temprano en la vida, tú comienzas a identificarte con la mente del ego eso incluye tu estado psíquico, y tus percepciones mentales. Las ideas que comienzas a aprender sobre el mundo se van envolviendo en el individuo fisiológico, que es realmente el hogar del ego. El cuerpo es el hogar del ego, el cuerpo-mente, incluyendo la estructura del cerebro y las dimensiones superiores de la funcionalidad del cuerpo, que es todo el cerebro, que es solo el nivel superior de organización de sus principios y características —¿para hacer qué? Para ayudar al cuerpo a funcionar.

Así que después de olvidarte de quién eres, ocurre que comienzas a sentirte identificado con las percepciones particulares, las estructuras de creencias particulares, que están flotando alrededor en la mente superior del propio cuerpo. Has olvidado el alma. Has olvidado el Espíritu. Has llegado a identificarte como un estadounidense, como un latinoamericano, como un blanco, como un negro, como un muchacho, como una chica, como un fanático de algún equipo deportivo, como un amante de los helados.

Entonces comienzas a asumir y a crear lo que llaman los principios, sin darte cuenta de que los principios con frecuencia no son más que el producto, o el resultado de tu aprendizaje social desde el momento en que estabas en el vientre, y desde el momento en que fuiste condicionado por la escolarización de tu cultura.

Mucho han llegado tan lejos como para creer que tú eres venezolano, mexicano, o español, porque alguien te dijo que ahí es donde vives. Y aunque nunca has encontrado un límite sobre la faz de la Tierra, que diga: "Aquí es Colombia y aquí es Uruguay," encontraste una señal que alguien hizo y la leíste y te la creíste.

Y has creado una identificación con un pequeño aspecto de la vida. En muchos de ustedes solo ahora está emergiendo el sentir de sí mismo como ciudadanos del mundo, algo que trascienda eso de ser un estadounidense o un argentino o un sudafricano o un ruso.

Entonces empiezas a sentir este proceso por medio del cual permanentemente te haces a ti mismo cada vez más pequeño y más pequeño, asumiendo los patrones psíquicos de tus padres, de tus compañeros y de la sociedad en torno a ti.

El sendero espiritual comienza cuando, por alguna razón, algo empieza a susurrarte:

Este no es quien tú eres. Esto no es para lo que viniste.
Has venido a sanar tu sensación de estar separado de Dios.
Has venido a despertar a la Verdad.

La conciencia del ego, entonces, comienza con la conmoción en el momento de la concepción que hace que tu atención se fije completamente como, y en la forma fisiológica que  surge a partir de una cierta red de relaciones.

Esto comienza a colorear tu visión, y a colorear tu entendimiento. Esto te da tu individualidad única en el mundo. A medida que creces, mientras emerges, mientras pasas a través de ciertas experiencias, llegas a colorearte por lo que has tenido que hacer para sobrevivir. Llegas a colorearte con las impresiones psíquicas de quienes te rodean.

Crees que piensas tus propios pensamientos, cuando el caso es que frecuentemente solo estas repitiendo como un loro todo lo que entra en tu banco de computadora, dentro del cerebro y dentro del cuerpo.

Ahora bien, es muy cierto que todo esto empezó porque había una resonancia entre la red de relaciones de los padres y de la sociedad, con tu propia cualidad única de conciencia y donde esta estaba, previo al nacimiento. En ese sentido, se puede decirse que el karma existe.

El karma simplemente significa la acción, el efecto de, que cuando dejas caer una piedra en el estanque, creas una onda determinada. Mientras continúes en esa onda, dejando caer la misma piedra en el estanque, obtienes los mismos resultados. Y parte de esos resultados es la necesidad de identificarte con solo este campo vibratorio de energía llamada cualidad física.

Hasta que decidas cambiar el impulso de las ondas que estás creando en la profundidad de tú mente, no puedes empezar a ascender de la tercera dimensión. El deseo de hacerlo está siempre dentro de ti. Es decir, puede estar latente, pero el deseo de conocer a Dios debe necesariamente estar dentro de cada alma, ya que Dios es su realidad.

Te quedaste dormido, y en algún momento, te viene la urgencia de despertar. Cuando viene, es inconfundible. Puede que no se produzcan fuegos artificiales, pero un cambio ocurrirá dentro de tu ser y tú sabes que nunca podrás volver a ser como eras antes. Nunca podrás pretender de nuevo que la vida es solo lo que ves a través de los sentidos.


TU ALMA COMIENZA A HABLAR

Ahora, el alma comienza a hablar. La conexión que una vez que se había perdido comienza a restablecerse. Nunca se perdió realmente, solo fue olvidada; fue suprimida. Se convirtió en el trasfondo en lugar de ser el primer plano. Esta comienza a susurrar en la profundidad de tu ser. Viene a ti en la forma de tus sueños.

Comienzas a notar libros que nunca habías notado antes. Podrías pasear por la sección Espiritual de la librería, sin siquiera entender que te obligó a hacerlo. Allí, tomas una copia de este libro El Camino de la Transformación o Las Cartas de Jeshua o Un Curso de Milagros, o algún otro de tales libros, esto comienza a desencadenar dentro de ti sed y anhelo.

Un amigo de repente te invita a ir a un taller, o a una conferencia, del tipo que nunca habías ido antes. Sin embargo, cuando te vas, algo se desencadena en ti, algo te toca. Algo empieza a despertar. Puede que no lo notes, pero esto en realidad desencadena un estado fisiológico en el organismo, en los chacras o en el sistema de energía. El corazón comienza a agitarse de su sueño profundo. Y la mente tiene sed de conocimiento, un conocimiento diferente a cualquiera que hayas acumulado en tu identificación con la conciencia del ego.

El anhelo de despertar ha llegado. A partir de ese momento, a pesar de que no lo entiendas, empiezas a atraer, lentamente al principio, tropezando de vez en cuando quizás, con aquellas situaciones que exactamente te estimulen permanentemente a buscar más profundamente. Viene un maestro de meditación. Viene un grupo de oración y te sientes llamado a participar. Comienzas el proceso de estudio.

Y una nueva pregunta surge. Ya no es la pregunta, “¿Cómo puedo hacer para sobrevivir? ¿Cómo puedo ganar más dinero? ¿Cómo puedo hacer todas estas cosas?” Una nueva pregunta surge en tu mente: "¿Quién soy yo?" Puede haber muchas formas de la misma, pero la pregunta sigue siendo una:

¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo? ¿De dónde vengo?
¿Qué es la Vida? ¿Dios?
¿Quién es Dios? ¿Cómo puede algo existir?

Estas preguntas comienzan a agitarse en la mente. Frecuentemente, primero hacen su aparición en alguna forma en torno a la edad de diez a doce, al entrar en esta etapa de la vida que es tu primera prueba de individualización. Al igual que cuando nace un niño y comienza a sentir que es distinto del cuerpo de la madre, en torno a la edad de diez a doce, tú empiezas a sentir que eres distinto de tu madre y tu padre. Eso es porque hay algo que quiere pensar por sí mismo y ser por sí mismo.

Con frecuencia esas preguntas comienzan a llegar. Es decir son los primeros indicios. Por lo general, esas preguntas no son atendidas. Hay demasiadas muchísimas cosas más que hacer. Todavía tienes que aprender a pensar. Todavía tienes que aprender a conducir un automóvil. Todavía tienes que aprender a balancear una chequera.

Más tarde, esas preguntas se vuelvan a repetir, por lo general en la primera mitad de la edad los veinte años. Pero una vez más, el impulso es establecerse como un ser fisiológico, y así las preguntas se reprimen. A la edad de los treinta años, y definitivamente por la edad de los cuarenta años, esas preguntas comienzan a presionar hacia arriba en la conciencia. Ya tú sabes cómo hacer dinero. Ya sabes cómo balancear una chequera. Ya has hecho todas esas cosas en el mundo. Has tenido relaciones sexuales; has horneado pasteles. Te has botado en las fiestas de cumpleaños. Te has emborrachado. Has hecho de todo. Pero hay algo más que te está carcomiendo por dentro.

Este también es un momento de gran desafío. Te preguntas a ti mimo,

"¿Con qué me he comprometido —con el Amor o con el miedo? ¿Es el miedo lo que me mueve? ¿Será este el principio con el que me he identificado —y que he utilizado para asegurar mi supervivencia, y darle orden a mi vida? —¿estas cosas serán más importantes para mí que llegar a comprender el Ser, y despertar el Cristo interno?"


DESMONTANDO LOS BLOQUEOS AL ESPÍRITU

Pues como verás, el despertar requiere el desmantelamiento de las estructuras de la conciencia por medio de las cuales has dispuesto las percepciones en la tercera dimensión. En definitiva, para despertar completa y verdaderamente se requiere el desmantelamiento de los muy sutiles patrones, de percepción que están profundamente arraigados y que fueron previamente hechos por el alma antes de tu encarnación en esta vida. La pizarra debe limpiarse de manera tal que todo lo que quede sea la realidad del Espíritu, sin ningún filamento o rastro que la conciencia del ego haya dejado.

Esto no es una cosa fácil de hacer; sin embargo, no requiere de esfuerzo, el Amor ahorra el esfuerzo. El Amor es el gran sanador. El Amor es lo que borra la huella en la profundidad sutil del alma.

Los patrones que has traído contigo como alma actúan como un imán. Es decir, que atraen estados de energía en la experiencia de la dimensión física que resuenan con esos patrones.

Con mucha frecuencia, cuando dices "me enamore", es tan solo que has entrado en contacto con otro campo de energía que encaja, como guante en mano, con los mismos patrones de conciencia que tu llevas en las profundidades de tu ser.

Viejos recuerdos de otras encarnaciones se activan cuando visitas una determinada locación física. Y sientes una  emoción agradable y cálida en tu corazón, y piensas:

"Sin duda, este es el lugar donde debo vivir en este planeta. Es con éste con quien debo vivir mi vida".

No obstante, todo eso surge como resultado de tu karma, es decir, los patrones y los efectos que han venido de esos patrones.

Despertar requiere vigilancia. Despertar requiere que en lugar de simplemente reaccionar como un ser de la tercera dimensión, empieces a cuestionar, empieces a observar, empieces a sentir, empieces a pensar más profundamente.

Empiezas a dedicarte a algún tipo de práctica espiritual. Ya sea que se trate de la meditación, de la oración o de alguna otra práctica, todas estas cosas son las modalidades que interrumpen el impulso de ser atrapados en la experiencia tridimensional. Se interrumpe el patrón de estar atrapados en el mundo, el tiempo suficiente como para sentarse en silencio durante media hora, o cantar, o caminar —haces algo de una manera diferente. Estás empezando a convertir el impulso que la mente se aplica a sí misma. Comienzas a convertirte en un auto-observante en lugar de un observante-del-mundo.

Ahora bien, para todos aquellos que les gustaría apresurar y acelerar este proceso, la respuesta es muy simple. Dedica más tiempo en llegar a ser un auto-observante, y menos tiempo en preocuparte por lo que está pasando en el mundo, y no pases tiempo culpando al mundo por tu estado de ser —ni a tus padres, ni a la sociedad, ni a Dios, sino que ocúpate de ti.


ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD COMPLETA Y EL PODER

Aquí tenemos unas palabras importantes que vamos a compartir contigo. Tú las has oído antes muchas veces. Porque cuando tú alcances verdaderamente el punto de asumir el cien por ciento de la responsabilidad de lo que piensas, de lo que sientes, de lo que ves, y de lo que vives, esto crea un salto cuántico en la otra dirección. Se crea un salto cuántico hacia el ser-auto-observante, hacia la libertad que estás buscando, hacia la sanación del alma, hacia la realización de tu propósito, hacia el despertar.

Sin eso, el viaje espiritual nunca saldrá de la tierra —¡literalmente! Tú absolutamente nunca ascenderás,  y no podrás ascender sin asumir la completa responsabilidad. Tú debes liberarte a ti mismo del enredo psíquico con las otras redes de relación en el sentido de que has llegado a percibir que ellas están causando tus decisiones. En otras palabras, tú debe asumir el poder.

Tú conoces muy bien a aquellas personas que en tu realidad tridimensional han asumido el poder. A veces se les ama o a veces se les aborrece, pero son poderosos. ¿Puede tú asumir el mismo poder en tu propia vida? ¿Puedes venir a ver a tu amor, si estás en una relación, y le dices:

Sabes algo; este ser no causa lo que siento. Este ser nunca podrá satisfacerme. A este ser no tengo nada que desenredarle para llenar mi sensación de carencia. Estoy solo en mi camino hacia Dios, porque yo permanezco solo en Dios. Es decir, yo soy una chispa individualizada de la Divinidad. Que está dentro de mí. El Reino de los Cielos está dentro de mí. Lo que busco está dentro de mí. Lo que me satisface debe salir desde dentro de mí.

Es por esto que una vez dije:

Si no liberas lo que está dentro de ti, lo que está dentro de ti te destruirá. Si liberas lo que está dentro de ti, lo que está dentro de ti te salvará.

Si no liberas lo que está dentro de ti —y lo que está dentro de ti es el Amor, es el Cristo— te sentirás agobiado e insatisfecho. Por lo general, la mayoría de los seres humanos viven toda su vida con una sensación de insatisfacción, lamentando lo que el mundo les ha hecho a ellos, lamentando las decisiones y elecciones que han tomado en el pasado. Ellos viven agobiados por lo que está en el exterior, junto con lo que está en el pasado. Y, finalmente, el cuerpo muere, el Espíritu se marchita en la vid.

En la muerte, otro salto cuántico que ocurre y que conmociona en la medida en que se descubren estallando de nuevo en otro estado de vibración que a menudo provoca gran temor. Muy pocos seres en tu plano humano han entrado en la muerte conscientemente. Este es de hecho, el momento, incluso para aquellos que están leyendo esta lección, de simplemente tomar una decisión:

Voy a entrar en la transición llamada muerte con la deliberada conciencia. Me aseguro, ahora al comenzar, que no llevo ningún resentimiento, que he perdonado a todos y todas las cosas. Y a medida que el cuerpo entra en este estado, voy a liberar al mundo y no requiero de nada para esto. En breves instantes voy a salir en libertad, pero voy a experimentar la muerte conscientemente. Voy a notar los cambios sutiles de energía mientras cambio desde esta dimensión a la otra a la velocidad de la luz.

Amado amigo, llega a entender en esta etapa de nuestro viaje junto la verdadera inmensidad de quién eres y lo qué eres. Entiende que ya no tratas tanto con las "cosas" en el mundo sino que tratas con patrones de energía que reflejan de alguna manera lo que está ocurriendo en tu conciencia.

Si estás experimentando cosas en el plano de la tercera dimensión, esto puede significar solamente que tú has elegido vibrar a una frecuencia determinada. De lo contrario, no tendrías la experiencia. No podrías tener la experiencia de correr dentro de una pared con tu cuerpo a menos que estés vibrando a la misma velocidad que la pared.

¿Es posible cambiar la frecuencia de vibración del cuerpo físico? Escucha con mucha atención. Voy a decir algo bastante único. No, solo es posible cambiar la frecuencia vibratoria de tu conciencia, de la que ha surgido el cuerpo.


VOLVIENDOSE HACIA ADENTRO

Esto requiere dale un giro a la sede del alma, un cambio del impulso de la conciencia —no hacia afuera, sino hacia adentro. No como un escape del mundo —esto no es algo que tengas que hacer todo el día, ni todos los días. Pero tú puedes pasar tiempo en oración y meditación. Puedes pasar tiempo perdonando. Puedes pasar tiempo en prácticas de respiración y relajación.

Comienzas a permitir que ocurran cambios en las decisiones que tomas, para que estén más en alineación con tu creciente comprensión de ti mismo como creador, como alma. Comienzas a cambiar tu entorno. Pintas las paredes de tu habitación con un color diferente, lo que te trae una sensación placentera. Cambias tu entorno físico completo al mudarte a un apartamento diferente. Frecuentemente para muchos de ustedes esto podría significar perfectamente un cambio de relaciones. Y esto en un principio, parece tener sentido.

Pero hay un punto en el que te das cuenta de que podrías seguir cambiando las relaciones hasta el cansancio y nunca llegarías a ninguna parte. Te das cuenta de que ahora es el momento de asentarte, de estar con la persona con la que vives —o con las personas con las que vives— y a pesar de todo utilizar tu tiempo con ellos para descubrir los patrones que han estado funcionando para ti. Es hora del Ser autoconsciente girando el impulso de la mente de vuelta hacia el Ser. Es hora de preguntarse,



"¿Por qué pienso lo que pienso?
¿Por qué vi lo que vi?
¿Por qué reaccioné de la manera como reaccioné?"

Con el tiempo, el alma que está verdaderamente comprometida con el despertar no huye de situaciones incómodas hasta que cree que ha extraído totalmente toda la sabiduría que pueda. Hay una manera de saber cuándo esto ocurre y volveremos sobre esto más adelante. En resumen, cuando hay solo una tranquila sensación de paz, y puedes mirar a los actores de las experiencias que acabas de tener con perfecta ecuanimidad y verlos perfectamente inocentes, y detectas que no hay nada en el cuerpo que no sea paz —el corazón no está acelerado, los hombros no están tensos— realmente has entendido que no tienes miedo, entonces es hora de seguir adelante.

Si hay reacción en la mente, por causa de todo lo que surge en la relación con tus hermanos o hermanas, puedes estar seguro, que la lección no está completa. Si tus "principios" han sido "violados", puedes estar seguro, de que tienes mucho que aprender.

Recuerda siempre que todos los eventos son neutrales. En gran medida, el proceso de despertar es un proceso mediante el cual se disuelve el valor que le has puesto a ciertas ideas y percepciones que tienes acerca de lo qué es la vida y para qué es la vida. Sí, habrá momentos en que te afligirás, cuando te des cuenta de que lo que pensabas  que era el mundo, y que todo en lo que habías puesto tu energía, no significa nada. Con frecuencia, esto precipita un período que ha sido llamado por algunos místicos como "la noche oscura del alma." En realidad, no es la noche oscura del alma. Es la noche oscura del ego, y la sanación del alma.

El Camino de la Transformación requiere de extrema responsabilidad personal, de extrema dedicación personal. Nadie puede hacerlo por ti. Y los patrones que sientes como una carga pesada, los miedos que aún están dentro de la mente permanecerán contigo por toda la eternidad —hasta que decidas sanarlos. A partir de ese deseo, atraerás las situaciones, los maestros, los libros, y las experiencias que te proveerán a ti con la oportunidad de hacerlo.

Hay una aceleración del proceso de sanación solo cuando sueltas completamente cualquier valoración sobre la victimización, es decir, la creencia de que, "De alguna manera, de alguna forma, alguien o algo me ha hecho algo a mí."

Ahora bien, esto es un pensamiento fácil de escuchar, y uno puede asentir con la cabeza. Pero otra cosa es mirar honestamente tus reacciones en la vida para asegurarte de que no eres, y que en ningún momento, te has percibido a ti mismo como una víctima. La práctica de extender el amor a menudo te puede enseñar que esto es así. Cuando tomas una situación que te saca de tus casillas, y decides no huir, sino quedarte, esto te enseñará la Verdad de tu realidad.

Esta es la razón por lo que la práctica del perdón es tan extraordinariamente valiosa. De hecho, se podría decir que, definitivamente, la práctica del perdón es la totalidad de la espiritualidad. ¿Por qué? Debido a que el perdón significa dejar al mundo libre de toda culpa, para salir rápidamente de cualquier sensación de conciencia de víctima, y entonces incluso ir más allá de eso, para perdonarse uno a sí mismo por las percepciones que ellos han hecho por error —las percepciones de tus hermanos y hermanas, del mundo y de Dios.

Definitivamente, el perdón es perdonarse uno mismo por alguna vez haber permitido que la ilusión se estableciera en nuestra propia mente, por lo cual uno se percibe así mismo como separado de Dios, separado de los hermanos y hermanas, y como capaz de ser victimizado. El perdón, una vez que haya sido completado, es el establecimiento del Amor.

Amados amigos, mírense bien, para entonces, decir:

¿Dónde me estoy percibiendo a mí mismo como una víctima del mundo que veo?
¿Me siento restringido en mi relación? ¿Le tengo resentimiento a mi cónyuge?

Tú cónyuge no te retiene dónde estás. Él o ella no tiene el poder de tomar de ti tu habilidad de mirarlo o mirarla con Amor.

¿Es tu trabajo lo que odias? Nadie te obliga a conducir un automóvil por la autopista para llegar a tu lugar de trabajo
—nadie. Y tú respondes: "¡Ah, pero es que debo sobrevivir!" Entonces te has hecho una víctima de la percepción de la necesidad de sobrevivir. Cualquiera de ustedes en cualquier momento es perfectamente libre de abandonar la valoración que ha puesto en el mundo.

Yo una vez fui criticado para abandonar los valores que mi sociedad en particular había tratado de implantar en mí, el valor que dice que un hijo debe seguir los pasos de su padre. Que si el padre es un carpintero, entonces tú tiene que hacerse cargo del negocio familiar. Les dije: "debo ocuparme de las cosas de mi Padre." hablé, por supuesto, de mi Padre celestial. Tenía que saber la verdad de quién era yo, y mi objetivo era despertar en Cristo.

Rompí las tradiciones, las normas de la estructura familiar dentro de la comunidad, dentro de esa época del tiempo. Como muchos de ustedes, yo fui un poco rebelde. Y mientras otros niños eran conformes a las presiones de la sociedad, yo me fui a estudiar con los rabinos y maestros, para sentarme en el desierto por la noche, y con frecuencia no regresaba. Incluso a la edad de doce años me separé de mis padres en el momento de una gran fiesta, y me fui a pasar el rato en la casa de mi Padre y hablar con los líderes espirituales.

¿Estás  dispuesto a romper con las convenciones del mundo en el que vives? Esto puede ser algo tan simple como en lugar de reunirte con tus amigos para ver películas el sábado por la noche, les dices: "No, yo voy a ir a mi armario a buscar una vela para encenderla y rezar durante unas seis horas." Y cuando ellos te miren con las cejas levantadas, simplemente sonreírles.

¿De qué maneras te estás conformando con las opiniones que los demás tienen de ti y de su necesidad de que tú tienes que ser de cierta manera? ¿O es que tú te apareces en el cumpleaños de la tía solo porque la familia te dice que siempre debes hacerlo —aunque en tu corazón, no tienes ese deseo? La voluntad y disposición de confiar y seguir a tu corazón, no al ego reactivo que con frecuencia se interpreta como si fuera el corazón, sino al corazón que anhela conocer a Dios —esto es un signo revelador de si uno está o no logrando la madurez.

Amados amigos, miren bien en este Camino de Transformación, porque ustedes deben descubrir cualquier rincón de la mente que todavía sostenga la opinión de que la vida es algo que te sucede a ti, y de que es algo que eres incapaz de cambiar. La posición de ser una víctima es una posición de pérdida de poder. Y Cristo no significa pérdida de poder.

Definitivamente, no se trata tanto de ir a alguna parte, sino más bien que se trata en mucho de permanecer adentro, al darte cuenta de que este mundo es irreal, este mundo es inofensivo. Y, en cualquier situación, estás  con todo el poder bajo el Cielo y la Tierra para enseñar solo Amor.

Pero eso requiere que dejes al mundo fuera de toda culpa —que nadie ni nada es ya más el responsable de tu dicha, tu felicidad y tu paz. Para que establezcas tu unidad con el Espíritu, con Dios. Habrás realizado el Ser, y ahora miras con ecuanimidad a un mundo neutro.

Y mientras este universo físico desaparece de la vista por última vez, dentro de ti no será una obsesión evitarlo, o de aceptarlo, porque tú serás libre —libre, incluso mientras caminas sobre esta Tierra. El cuerpo se mueve, el alma no. La mente piensa, pero la profundidad de la mente está tan quieta como el océano. Tú vives, pero no tú, porque Cristo mora en ti. Y donde quiera que vayas, la presencia de la paz entrará en la habitación antes que tú. Estás despierto; eres libre —todo porque una vez tomaste la decisión de abandonar ser una víctima, y asumiste la responsabilidad de aprender, en todas las situaciones, cómo ser solo la presencia del Amor.

Regresa, entonces, hacia tus creaciones. Si hay algo incómodo sobre tu pasado, vuélvete de nuevo hacia él, examínalo, siéntelo. Mira todos los patrones que hicieron que esto surgiera. Mira las elecciones que has hecho que, tal vez ahora, te avergüenzan. Pero no las juzgues. Míralas con curiosidad. Aprender a mirar con asombro y la inocencia de un niño:

Bueno, eso fue una decisión interesante que hice cuando tenía doce años, robar la bicicleta de mi vecino. Recuerdo como terminé en la cárcel juvenil. Hmm ... ¿qué estaba pasando justo antes de haber tomado esa decisión? ¿Qué patrón me hizo actuar así? ¡Ah mi Dios! Yo estaba tratando de  llamar la atención de mi papá. Guauu! Así que la necesidad de aprobación me hizo actuar así. ¡Qué fascinante!

¿Cómo ese patrón me hace actuar ahora?
¿Quedó algún rastro de eso —o todavía necesito la aprobación de otro?

Les digo a ustedes: en cada momento de las experiencias que tú jamás hayas tenido ha estado disponible para ti, hasta en el momento de la concepción, hasta en el momento del salto cuántico que hiciste desde una cierta frecuencia de vibración hasta este dominio físico. El Ser-autoconsciente ha estado en todos, porque es el Ser es lo que tú más anhelas realizar.

Amados amigos, los amamos, pero no podemos hacer el viaje por ustedes. Nosotros solo podemos caminar contigo en el camino que elijas. Puedes utilizar tu relación con Shanti Cristo para despertar completamente. O bien, puedes llegar muy cerca, y luego decidir que es incómodo y huir de nuevo. Tú simplemente te irías corriendo a otra estructura o forma de energía, a una red de relaciones, que te obligue a quedarte y permanecer con lo que te es incómodo para aprender, para crecer, para sanar, para amar.

No con un superficial, "Ah, bueno, sí, te amo", sino algo hecho con todo el cuerpo en el cual ya no hay más ninguna reacción que se filtre a través del sistema nervioso del cuerpo-cerebro.

Porque el último estado de conciencia no es repudiar este mundo, sino abrazar este mundo. No hay mayor sensación de libertad que ser capaz de permanecer dónde te encuentras como alguien libre.


Que la paz sea con ustedes, en este día, amados amigos. Que la paz sea con ustedes siempre. Amén.


La organización Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.


Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/ 



Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz, 



El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:

1er  Libro   "El Camino del Corazón"
       de la Lección 1 a la 12


2do Libro  "El Camino de la Transformación"
       de la Lección 13 a la 24

3er Libro  "El Camino del Conocimiento"
       de la Lección 25 a la 35

Recomendaciones: 
  • Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
  • Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
  • Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
  • Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.

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