lunes, 22 de febrero de 2016

LECCIÓN 15: AMOR O MIEDO—LA DECISIÓN ES TUYA

17/04/2015                                 El Camino de la Transformación.  Lección 15.  Jeshua-Jayem                           @cursorecargado


LECCIÓN 15

AMOR O MIEDO—LA DECISIÓN ES TUYA

Ahora comenzamos.

En verdad, una vez más saludos para ustedes, amados y santos amigos. Venimos con gran júbilo a morar contigo, para comunicarnos contigo de esta manera, que no es sino una vía mediante la cual venimos a compartir nuestros pensamientos contigo, para compartir nuestro amor contigo, celebrando que no somos sino una sola Mente y un solo Corazón. Porque para aquellos que eligen liberar todas las ilusiones y viajar hasta el Corazón de Dios, únicamente puede existir la Unidad, la hermandad eternamente. Y solo puede haber un solo propósito y una sola meta. Solo puede existir Cristo expresando la Mente de Dios.

Por lo tanto, en verdad, es con gran gozo que hemos venido para morar contigo en esta lección. Te pedimos que dejes a un lado el estruendo y el ruido del mundo, mantén simplemente el pensamiento en la mente, solo por un breve instante, de que en este momento no necesitas preocuparte por nada. El mundo que has soñado en tu ser —simplemente para experimentarlo— lo puedes colocar en un estante, para que en este momento, simplemente solo tengas esta experiencia.

Enfócate en tu disposición de preparar un lugar para nosotros para que escuches las vibraciones sutiles, que han sido traducidas como pensamientos, en las palabras que están sobre esta página, que pueden dirigir al corazón hacia el alma; que pueden dirigir el alma hacia el espíritu; y que pueden dirigir al espíritu hacia el despertar plenamente como la presencia del Pensamiento de Amor en la forma. Para eso fue que te hicieron. Y eso es lo que tú eres eternamente, independientemente de las vibraciones de pensamientos que en tu mente, permites que hagan un hogar temporalmente.

En tu sistema legal existe un término llamado locura temporal. Como dirían los abogados: “Mi cliente no es culpable, solo tenía locura temporal”. Ten la seguridad, que exactamente así es como se considera en las dimensiones cósmicas a tu ser. Tu Padre sabe que te ha dado una voluntad perfectamente libre, y que a veces has elegido estar demente temporalmente. Sabiendo esto, no se ha hecho ningún juicio, y no eres una creación errónea de tu Creador.

Nunca has fracasado al crear y atraer precisamente a las más bellas lecciones que han sido activadas por lo que más necesitas aprender, y por lo que más necesitas sentir. En cada momento existes en una exquisita perfección que es de tu propia creación, y de tu propia colaboración con otros.

Ustedes, por lo tanto, mis amados amigos, ya son como yo soy. Nosotros meramente trabajamos juntos para restaurar en tu mente lo que Dios ha colocado allí desde antes de los orígenes del tiempo. Trabajamos juntos con alegría en la inocencia y en la perfecta simplicidad de re-llamar, de re-cordar, lo que es verdad siempre. Y trabajamos entonces juntos para explorar la expansión de esa Verdad más allá de las fronteras de cada pensamiento temeroso, más allá de las limitaciones de cada percepción del ego, más allá incluso del propio cuerpo, que es solo un medio de comunicación temporal usado solo dentro de la muy delgada rebanada de Creación que tú llamas el mundo físico.

Amado amigo, El Camino de la Transformación, de hecho, requiere de tu compromiso. Cuando sientas que tu compromiso ha vacilado, cuando te des cuenta de ello, simplemente elige de nuevo. Y el final del viaje ha de ser perfectamente certero. Porque así como has creado un viaje que se leja de Dios en tu imaginación, así también has imaginado —o has puesto en forma de imágenes— el camino que te regresa a tu verdadera realidad.

Ahora nos embarcamos en la siguiente lección, en otro período de treinta días de estudio, en el que tendrás la elección de llegar a comprometerte totalmente y de llegar a prestarle atención a cada palabra, y dejar que la vibración que brota de cada palabra se establezca profundamente, cada vez más en el sistema nervioso de tu cuerpo, y que de igual manera, se vaya estableciendo en la profundidad de tu mente y tu corazón.

Por lo tanto, no temas, porque eres el creador de tu viaje a casa. Eres el creador de todo lo que percibes. Tú eres aquél al que se le ha dado el Poder Infinito de la Mente de Dios para ver a través de los Ojos del Amor, para descansar en perfecta seguridad, y para abrazar todo lo que viene a ti en la simple realidad de que tú has atraído eso hacía ti mismo —como un reto, tal vez— pero siempre como una oportunidad para expandir tu compromiso con el Amor.

Y donde eliges al Amor de manera que no deseas nada más, no verás nada más que un mundo amoroso, infinito en dimensión, brillando en claridad, radiante de hermosura. Tú lo contemplarás y dirás:

“¡He aquí! ¡Qué es muy bueno!”[1].


UNA MEDITACIÓN PARA SINTONIZARSE CON LA VOLUNTAD Y EL AMOR DE DIOS

¡Así que! nosotros desearíamos, entonces, en este momento, comenzar a dirigirte hacia algo que comenzará a ser ofrecido en los próximos meses. Es algo que te será ofrecido, pero no a través de esta comunicación mensual. Tampoco te será ofrecido a través de éste, mi amado hermano[2], quien continúa en su compromiso de ofrecerse a sí mismo a su Creador, para unirse conmigo mediante la entrega o rendición de la posesión del cuerpo-mente, y de permitirme a mí generar a través de él, pensamientos que no son de él.

Lo que te vamos a ofrecer en los próximos meses, en esta lección, es una metodología que podrías llamar meditación. La cambiaremos y mejoraremos un poco para que encuentres perfectamente tu llamada. Es una forma de comunión o de meditación que, esencialmente, y en un principio, se la enseñé a varios de mis amigos, los que se conocen como los discípulos, uno de los cuales tomó esta forma específica de la enseñanza y la preservó. Ahora bien, no es original mía. Solo le hice unos oportunos ajustes.

Porque yo, al igual que tú, que antes era un estudiante de esos que van por los caminos que buscan a Dios. Me sumergí profundamente en la naturaleza de la consciencia y de la mente misma y descubrí cómo sintonizar a la mente, a las emociones, e incluso al sistema nervioso del cuerpo para que todos ellos resuenen con la Perfecta Voluntad y Amor de Dios. Por consiguiente, en los próximos meses, esto de hecho, va a venir a ti, a través de dos seres que son humildes de Espíritu[3] y puros de Corazón[4] quienes han escuchado la llamada y han respondido. Que obtengas o no provecho de todo esto dependerá de ti.

Para comenzar a preparar un lugar para la enseñanza, queremos sugerirte que en los próximos treinta días, vuelvas a la práctica de morar como un Cristo durante al menos cinco minutos[5]. Entonces, cuando completes el período de práctica de cinco minutos, entonces deja que tus ojos se cierren. Toma consciencia simplemente del movimiento de tu propia respiración. Y solo mantén este pensamiento:

Permito que esta respiración se mueva más profunda y lentamente.

Entonces, cuando estés comenzando a sentir esa sensación de relajación cada vez más profunda, mantén este pensamiento:

Como Cristo, en perfecta seguridad, libero toda tensión. Como Cristo, en perfecta seguridad, yo disuelvo mi mente en la perfecta Paz de Dios.

Entonces, simplemente continúa de esta manera. Mientras la respiración va llenando el cuerpo con suavidad, simplemente di:

Yo acepto...

Y mientras la respiración abandona el cuerpo, suavemente di dentro de la mente:

... el Amor de Dios.

Y de nuevo, mientras el aire entra en el cuerpo:

Yo acepto...

Y a medida que el aire abandona el cuerpo:

... el Amor de Dios.

Continúa de esta manera durante unos cinco minutos —independientemente de lo que la mente egoica te diga, y si ésta inicia una pequeña tormenta. Solo vuelve a esta simple práctica.

Al final de los aproximadamente cinco minutos, deja que la oración que has estado ofreciendo intercambie las palabras por energía. Puedes percibirlo como una luz blanca dorada; puedes sentirla como un suave flujo relajante —cualquier cosa que sea que te funcione está bien. Sigue respirando suavemente esa cualidad o ese color dentro de ti con cada respiración. Y cada vez que dejas ir la respiración, imagina y siente que la energía se mueve a lo largo del cuerpo, como si se estuviera extendiendo una suave brisa más allá de los límites del cuerpo.

Nuevamente, si la consciencia egoica quiere volver a sus andanzas, y empiezas a pensar en toda la multitud de cosas que “deberías” estar haciendo, simplemente vuelve a la oración. Porque toda oración no es más que una elección de morar, de contemplar, y de descansar en comunión, más allá del pensamiento del ego.

Después de más o menos otros cinco minutos, entonces di dentro de tu mente:

Como Cristo, he celebrado de esta manera la Verdad de Quien Yo Soy. Y traigo Paz al mundo en este día.

Permite que esta sesión de práctica se haga de día en la mañana, y luego otra vez en la noche de ese día. El único cambio sería en la frase final para la noche. Di simplemente:

En este día he traído Paz al mundo y se la ofrecí a mis compañeros.

Esto debería ser lo suficientemente claro y simple para ti para comenzar. Es posible que desees hacer referencia a las palabras de esta meditación y utilizarlas como una guía por un período de tiempo, hasta que parezca que es más cómodo para ti que puedas utilizar tus propias palabras. Los que se embarquen en este simple proceso estarán bien preparados para lo que está por venir en las lecciones que siguen en los próximos meses.


LA ÚNICA ENERGÍA QUE PUEDE SEPARARTE DEL REINO

Amados amigos, ¡el mundo que ven no es real! Nunca ha sido real. Y nunca será real. Pero es una creación que puede ser impregnada con el Perfecto Amor de Dios. Recuerda siempre que solo existe Amor o miedo. Lo que no es Amor solo puede ser miedo, y nunca está justificado.

El mundo que tú has hecho es completamente inofensivo. El mundo que experimentas, que es el mundo que tú has hecho en colaboración con otros, en cualquier momento dado te ofrece la oportunidad de elegir impregnarlo con  Amor, o de permitirle que te refleje tus propios pensamientos temerosos. En ningún momento has estado limitado. Y a ti, se te ha dado todo el poder bajo el Cielo y la Tierra.

Hay una frase en el mundo que dice: “No hay nada que temer, mas que al miedo mismo”. Esto es verdad en un noventa y ocho por ciento. El miedo es la única energía que puede separarte del Reino. El miedo nunca está justificado en ningún momento. Del otro dos por ciento habría que decir que no hay nada que temer, ya que el miedo es solo una locura temporal, y tu mente-recta no es sino una elección.

Por lo tanto, empieza a ver cada situación, cada momento o minuto de tu vida, como si fuera una escena separada de una película. Que tiene un escenario determinado, con ciertos personajes. Tiene un principio y un final. Aunque tú eres eterno, las cosas en el tiempo no lo son. Ya que todas las cosas nacidas en el tiempo, con el tiempo, en el tiempo terminan.

Por consiguiente, ¿vas a utilizar el momento que ha nacido en el tiempo para atraer lo que es eterno a él? ¿O vas todavía a seguir creyendo dentro de ti que no es posible tener el poder de elegir el Amor en vez del miedo? Mira a tu alrededor. ¿Qué es lo que te muestran tus ojos? ¿Lo vas a bendecir o a maldecir?

¿Qué vas a enseñarte a ti mismo, y que, por consiguiente, será verdad para ti?

El mensaje de esta lección se te ha dado deliberada, lenta, y muy cuidadosamente. Porque no queremos que te equivoques con lo que se te ha compartido, tanto en términos de la práctica como en la teoría. En tu mundo la teoría es importante, porque es solo a través de la teoría que la mente, esa pequeña parte de ti que es arrogante, decidirá si es de valor lo que ofrece la teoría. Entonces, cuando le hayas dado valor a lo que ofrece la teoría, es cuando estarás dispuesto a embarcarte en las prácticas que se requieren. Espero que esto tenga sentido para ti.

Por consiguiente, en esta lección elegimos hablar contigo de una forma más racional que emocional. Te pedimos que consideres esto: ¿Has sufrido lo suficiente? ¿Te has mantenido a ti mismo en la pequeñez el tiempo suficiente? ¿Has probado la limitación lo suficiente como para saber que ya no la deseas más? ¿Estarías dispuesto a elegir pacientemente la disolución de tus ilusiones? Porque justo detrás de cada ilusión está la libertad y la paz que buscas.

En cualquier momento, tú puedes decir con mucha claridad con que estarás más comprometido. Si el cuerpo es estrecho e incómodo, si tienes que hablar con una voz más fuerte, si tus palabras salen más rápidamente, si la frente se frunce y la mandíbula se tensa, pero puedes estar seguro, que has elegido consagrarte al miedo.

Tú eres como el que tiene una varita mágica llena de tal poder que solo tendrías que agitarla sobre la faz de esta Tierra y extender el Reino de los Cielos en cada corazón y en cada mente. ¿Entonces, qué puede impedir la expresión de tal poder? El miedo que hiciste para reemplazar la realidad del Amor.

Cuando contemples cada segmento, cada escena, y cada minuto de tu película, comienza a cultivar la práctica deliberada de reconocer que estás en un campo de energía que es tu perfecto sirviente. Dentro de ese momento, tienes el poder para hacer de ese momento todo lo que desees que sea. Puede ser llenado con la Consciencia de Cristo. O puede ser llenado con la demencia momentánea. La elección es siempre tuya. Y nunca, jamás, ha existido tal cosa como eso de ser una víctima.

Entonces, mientras entres dentro de cualquiera de tus minutos, pregúntate:

¿Para qué es este momento?

¿Cómo decretaré que será este momento?

¿Qué es lo que más deseo aprender al enseñarlo?

Enseñar es demostrar. Demostrar es expresar aquello que decides que tendrá el mayor valor para ti. Cada vez que juzgas a otro, estás decretando que lo que tiene más valor para ti es la separación, ya que el juicio siempre causa contracción y, por lo tanto, la separación de los demás. Cuando practicas el perdón, estás decretando que lo que valoras es unirte en una santa relación llena de paz.

Recuerda que el perdón no tiene nada que ver con decirle a otra persona: “veo que has pecado, pero te perdono todas tus faltas”. ¡No! El perdón es el reconocimiento de que no se te ha hecho nada a ti, y de que tú prefieres ver la Faz de Cristo en ese que está enfrente de ti. Déjame darte un ejemplo sobre este maravilloso día de la Semana Santa. Porque no es por accidente que el mensaje de esta hora ha esperado por este día.    

La Semana Santa celebra la resurrección. Esta fue hecha para celebrar mi resurrección. Pero solo ha servido para que no te percates de tu “especialismo” —en el sentido de ser único— el especialismo de tu existencia, tu realidad, y que pongas tu atención sobre mi especialismo y en mí, como si Cristo fuese alguien meramente histórico —como si yo fuera “especial” ante los Ojos de Dios.


LA ACEPTACIÓN DE LA RESURRECCIÓN PARA TI MISMO

Por consiguiente, cuando sea Semana Santa o cuando leas estas líneas, reconoce que tienes el poder de celebrar y aceptar tu resurrección como el Cristo Viviente al ver más allá de los límites de la muerte, la pérdida, el miedo, el dolor, la ira, la proyección y de las percepciones que descansan en la proyección. eres el que ha renacido cuando eliges recordar solo pensamientos amorosos.

Entonces ¿Cuál es el velo que parece que hace que esto sea tan difícil? Solo puede ser esto: que has aceptado en tu mente en algún nivel, que el mundo que ves es real y que él tiene el poder de imponerte a ti si sentirás paz o perturbación, Amor o juicio. Esto es siempre una ilusión.

Y la pregunta en este tu día de Semana Santa es: ¿estarías dispuesto a renunciar a tus ilusiones con el fin de re-cordar la Perfecta Paz de Dios? La pregunta en esta tu Semana Santa, es si vas o no a aceptar la Expiación para ti mismo, la resurrección para ti mismo, y si vas a estar determinado a caminar sobre esta Tierra como el que ha resucitado.

¿Qué significa esto? Esto significa que has elegido despertar de la inutilidad de la separación, la inutilidad del victimismo y la inutilidad de la debilidad. Y que has elegido aceptar el poder de llegar a ser el responsable de esta dimensión de la Creación, el poder de decidir caminar sobre la Tierra como el Cristo resucitado.

Has elegido tomar el mensaje de un evento histórico que ocurrió en el tiempo, (porque si no ocurrió, entonces alguien ha estado tratando de engañarme) y asimilarlo como un símbolo de tu propia vida. Porque tú has sido crucificado por tus propios pensamientos. Y son tus propios pensamientos, los que han atraído a tus perseguidores sobre ti, quienes te han clavado en la cruz un millón de veces, de forma tal que podrías ser confrontado con la oportunidad de ver un mundo hermoso al verlo solo a través de los Ojos del Amor.

Piensa, entonces, por un momento e imagina que estás siendo clavado en una cruz. Estás atrapado entre el eje vertical de la eternidad, el eje horizontal del tiempo y el cuerpo. Imagina que levantas la cabeza, sobre la que has colocado una corona de espinas. ¿Qué es lo que eso representa? Representa el campo de la mente, tal como ésta opera y se expresa a través del cuerpo, a través del cerebro.

Las espinas representan tus pensamientos de miedo, tus pensamientos de juicio, tus pensamientos limitados que presionan e hincan a tu propio campo de energía y que te darán un gran dolor de cabeza cósmico, y que te sacará sangre. Es decir, esto deja escapar de ti tu fuerza de Vida, extrae tu poder, ya que se va drenando de tu campo áurico. Te disipas a ti mismo, al igual que un globo con una fuga lenta que va disipando el poder que hace que sea un globo.

“La corona de espinas” simboliza el efecto de los pensamientos que tú insistes que apoyen el juicio, la ira, el dolor, o el miedo. Es decir, cuando eliges negar el Amor.

Ahora bien, los “clavos” meramente representan lo que te mantiene atrapado en una dimensión, la dimensión horizontal del cuerpo y del tiempo, lo que clava tus pies al mundo. “Con los pies sobre la tierra”, así lo llaman. Sin embargo, por encima de ti, la corona de tu cabeza está abierta hacia el Cielo. Y tú eres libre de recibir el Amor de Dios, de elegir solo pensamientos amorosos, de mirar con suavidad a cada quien y a cada evento, viendo solo la inocencia perfecta.

Así que imagina, ahora, que levantas la cabeza y que te das cuenta de que:

“La sangre gotea de mi frente por mi propia mano. La corona de espinas fue colocada sobre mí por los que vinieron solo a servirme, para que se conmocionara en mí el recuerdo de que me he permitido, a veces, tener pensamientos de negatividad, de limitación y de miedo. ¡Con razón he tenido tanto dolor de cabeza!”.

Miras a la izquierda y a la derecha y ves a cada una de tus muñecas atadas al plano horizontal por un clavo, una pieza dura de hierro, frío e irreflexivo. ¿Cuántas veces te ataste a las cosas del tiempo a través de tu propia irreflexión, y tu propia frialdad?

Miras hacia abajo a tus pies. Que están cruzados uno sobre el otro, descansando suavemente sobre una pequeña tabla de madera, con un clavo a travesándolos, como si el mundo estuviera diciendo: “No te ‘atrevas’ a tratar de elevarte por encima de nuestro nivel de consciencia. ¿Cómo te atreves a reflejarnos la Verdad de nuestro ser amándonos siempre de esa forma tan enfermiza?”.

El mundo va a tratar de clavarte los pies en la tierra al insistir que pienses como él. Porque recuerda, siempre, que el mundo —no la Tierra, sino el mundo de la experiencia humana, es el intento de crear lo que es contrario a la Realidad, como los que se juntan para tomarse una droga y piensan que su locura es lo mismo que la dicha y el éxtasis de la unión con Dios. Sin embargo, no se atreverían a conducir un automóvil, no pueden pensar un pensamiento coherente, e incluso no recuerdan dónde están.

Ahora, vuelves la mirada al rugido y estruendo del mundo. Ves a los soldados, a tus perseguidores, totalmente inconscientes, totalmente conformes a la autoridad del mundo, de forma tal que ellos se han puesto la armadura, el casco, el calzado y llevan las lanzas de un dios hecho como un sustituto del Amor.

Miras a la multitud temerosa. Ves a algunos amigos que todavía ven tu alma, tu Mentalidad Crística, y que continúan amándote. Sin embargo, incluso ellos llevan un velo por su creencia de que la muerte y la pérdida son posibles. Así que estás completamente solo. Nadie va a salvarte. Nadie va a rescatarte. Esto es entre tú y tu Dios.

Es una decisión que debes tomar —la de estar determinado a elegir solo lo que es Real, independientemente de lo que parecen mostrarte los ojos y de lo que cada mente a tu alrededor parece creer, incluso los que profesan creer en tus mensajes de Amor.

Porque ellos ven el cuerpo y una vieja creencia se afianza: “Después de todo, el cuerpo es lo que es real. Mira a éste —está clavado en la cruz. Esto es la limitación. Esto prueba que el pensamiento del mundo es verdadero”.

Y así que debes levantar tus ojos del mundo que piensas que ves y elegir aceptar la Realidad:

Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu[6].

Esto no es más que la elección de la cordura en medio de todas las condiciones. La elección de lo que es eterno en el campo de lo que es temporal. La elección de lo que es ilimitado en el campo de lo que parece ser la limitación. La elección de la cordura en el campo de lo que parece que ha sido impregnado por la locura. ¡La elección de recordar solo los pensamientos nacidos en el Amor!

Entonces, tus ojos miran hacia abajo de nuevo. Y algo ha cambiado, — ¡estás en paz! Reconoces que estás por encima del mundo, que estás por encima de la multitud, y una suave dulzura comienza a impregnar todo tu ser. Todo dolor y sufrimiento se olvidan. Los clavos ya no pueden sostenerte más. El mundo no puede mantenerte en su locura. Los ojos del cuerpo se cierran, y cuando se cierran, el mundo que te habían mostrado retrocede y aparece el mundo real. Y tú descansas en el perfecto recuerdo de que eres uno con Dios. Tu atención se aleja de la locura.

Sin embargo, estás muy consciente de que todavía puedes ver a tus amigos. Ves a los soldados. Ves las lágrimas, el tumulto. Ves a algunos que están simplemente de pie en silencio. Y tú los bendices y los liberas de las percepciones que van a elegir. Porque has llegado a amarte a ti mismo tanto que solo aceptas lo que es Real.

Todo se ha consumado[7].

La resurrección comienza ahora.

La Semana Santa es tu nacimiento. La Semana Santa es un momento para celebrar que se ha eliminado la corona de espinas debido a que has elegido pensar solo pensamientos de amor, y que has recordado el poder que se te ha dado a ti a través del cual trasciendes la horrible, temible y completa experiencia del sufrimiento nacida del miedo. Porque en el Amor, solo hay paz. En el Amor solo existe la infinitud del Espíritu Puro. En el Amor está Cristo restaurado en tu consciencia. En el Amor tú has regresado.

La Semana Santa es para ti y no para mí. Por consiguiente, deja a un lado tus imágenes y tus prácticas hacia mí. No hagas una peregrinación para mí. Haz una peregrinación al corazón de tu Ser dirigiendo la mirada a todo lo que veas en este día y veas su belleza, su inofensividad, al saber que estás mirando a través de los ojos del Cristo resucitado. Tú eres Aquél (El Uno), que conmigo, ha vencido al mundo.

¿Qué más faltaría por hacer, sino celebrar con tus hermanos y hermanas? ¿Qué más faltaría por hacer, sino reír, cantar, jugar, y recordar, en tranquila devoción, al Amor que tu Creador siempre ha tenido por ti?

Aquí entonces, amados amigos, está el mensaje final de esta hora, de este mes, e incluso de este día. Puedes elegir solamente entre el Amor y el miedo. En el Amor eres resucitado. En el miedo eres crucificado. Entonces: ¿cuál será tu elección en esta lección en la que la muerte te ofrece la Vida Eterna? Y que con eso, la paz está contigo siempre.

Te pedimos que leas esta lección muchas veces durante los próximos treinta días. Porque únicamente aquí encontrarás la puerta mágica, puesta delante de ti siempre. La única elección que importa está delante de ti ahora, como siempre ha sido —Amor o miedo, resurrección o crucifixión, alegría o sufrimiento, lo ilimitado o la pequeñez. La elección es siempre tuya.

Y como yo, sobre una cruz hace tanto tiempo, nadie puede tomar la decisión por ti. Nadie causa tus percepciones. Son causadas por tu elección por la crucifixión o la resurrección.

Yo sé dónde yo elegiría que tú te unas a mí. Sabes, pues, que siempre te he amado, en las formas en que me lo permitas, y en la profundidad que lo aceptes. Elige, pues, conmigo y serás libre.

Que la paz sea con ustedes, amados amigos. Paz para el Unigénito Hijo de Dios: el Cristo Resucitado... ¿o el cuerpo crucificado y mente egoica? Amén.





[1] Génesis 1:31 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. (N. del T.)
[2] Se refiere a Jayem quien ha prestado su cuerpo-mente para canalizar a Jeshua para dar el mensaje de este libro y de “El Camino de la Maestría”. (N. del T.)
[3] Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos”. Mateo 5:5 “Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra”.  (N. del T.)
[4] Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”. (N. del T.)
[5] Esta práctica de cinco minutos como Cristo se encuentra en la lección 9 del libro “El Camino del Corazón”. (N. del T.)
[6] Lucas 23:46 “Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró”. (N. del T.)
[7] Juan 19:30 “Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu”. 

Nota:
Lección revisada, se hicieron algunas correcciones a la traducción (el 30/04/2017).



La organización Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.


Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/ 



Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz, 



El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:

1er  Libro   "El Camino del Corazón"
       de la Lección 1 a la 12


2do Libro  "El Camino de la Transformación"
       de la Lección 13 a la 24

3er Libro  "El Camino del Conocimiento"
       de la Lección 25 a la 35

Recomendaciones: 
  • Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
  • Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
  • Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
  • Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.

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