LECCIÓN 12
RECIBE
LAS PERLAS DE LA GRACIA
Ahora, comenzamos.
Una vez más, saludos, amado amigo. Una
vez más, venimos a morar y a celebrar contigo. Una vez más, venimos a morar con
la Santa Mente que es la Filiación.
Venimos a morar con nuestros hermanos y hermanas, y venimos como hermanos y hermanas. De hecho,
venimos a morar en este proceso mediante el cual la Filiación se recuerda a Sí
Misma como el Hijo —algo para contemplar aquí. De hecho, amado amigo, vengo en
esta obra en particular para servir como el portavoz principal, para así, a
través de este mi amado hermano[1],
compartir contigo aquello que ya reside dentro de ti.
Vengo —venimos— a unirme, a unirnos contigo que has elegido responder a
una cierta llamada que trae una expresión creativa que puede hacerle comprender
al mundo la única Verdad que puede liberar al mundo. ¿Liberarlo de qué?
Liberarlo del miedo y de todos los hijos
que el miedo ha engendrado —la culpa, la deshonestidad, la falta de valía, la limitación,
la necesidad de sufrir, el juicio, y la lista sigue y sigue.
En última instancia, cuando un jardinero
quiere mejorar la calidad de la tierra en la que le gustaría que nazcan sus
flores, el jardinero no toma en cuenta los efectos
de las malas hierbas, es decir no toma en cuenta aquello que está en la
superficie. Sino que más bien, se apresura y extrae la raíz. Cuando haya extraído
la raíz, ya no verá más los efectos de las malas hierbas.
Por lo tanto, en verdad, nosotros no
venimos a mejorar lo que tal vez se podría pensar que es la superficie del
jardín, la superficie del terreno, sino que venimos a atacar a la raíz que se encuentra en lo profundo de la mente, en la profundidad
que he llamado el Corazón o el Alma. Todo el esfuerzo que hacemos, entonces,
está diseñado para arrancar de raíz a
la mala hierba del miedo que ha hecho un hogar en la profundidad de tu ser.
Hemos puesto el empeño en compartir
contigo en estas primeras doce lecciones lo que nosotros hemos elegido llamar El Camino del Corazón, que requirió por parte de ti que en verdad te comprometieras a participar
con la devoción necesaria y extrajeras la sabiduría que te ha sido ofrecida. El Camino del Corazón ha sido diseñado
para eludir lo cognitivo, es decir, a la mente pensante, y para atacar a las
raíces del miedo que habitan en lo profundo de la mente en un lugar que es, por
lo general, inconsciente. Todo lo que hacemos busca y trata de disolver
a esa raíz en lo más profundo de tu
ser.
No podemos hacer esto por ti; solo podemos hacerlo contigo. Porque nunca se puede forzar nada
en la mente del Hijo de Dios. El Espíritu Santo no hace ningún esfuerzo para
usurpar, o quitarte, tu libertad. Porque en tu libertad, reside todo el poder
bajo el Cielo y la Tierra.
DESCUBRE
LOS OBSTÁCULOS AL AMOR
La Gracia no desciende hasta que tu
Padre reconozca que tú estás
dispuesto a preparar un lugar para recibirla. Es por esto que, en el proceso de
sanación y despertar, no es necesario buscar
el Amor. Solo es necesario preparar el lugar, el terreno, al elegir descubrir
los obstáculos al Amor —que todos ellos
se reducen al miedo— y estar dispuesto a aflojar esa raíz, para que pueda ser
removida del jardín de tu consciencia.
Entonces, la Lluvia de la Gracia que
purifica, que transforma, que despierta, y que trae la Consciencia de Cristo a
la mente puede descender suavemente. Pues cuando la lluvia cae sobre un terreno
duro, golpea el suelo y se escurre, y el jardín permanece estéril[2].
Pero el sabio jardinero, que ha ablandado el terreno, que ha metido la mano a
fondo para comenzar a arrancar las raíces, que ha tamizado el terreno para
dejarlo blando, abierto y poroso con la intención de dar nacimiento a un hermoso jardín,
de hecho, será, asistido,[3] entonces, por la Lluvia de la Gracia que caerá suavemente, sin que tenga que ganársela.
Se da libremente.
Se te han ofrecido Gotas de la Gracia en todas y en cada una de tus lecciones
mensuales. Algunas las has recibido; algunas no las has notado todavía. Algunas
Gotas de la Gracia están esperando penetrar
en los niveles más profundos de tu consciencia a medida que continúas con tu voluntad, con tu disposición de
liberarte del miedo. De repente, una Perla
de la Gracia[4] que aún no había sido
recibida se hunde profundamente. Entonces, el reconocimiento vendrá; el
despertar vendrá.
De repente te encontrarás a ti mismo
diciendo: “Espera un minuto. Esta percepción
interna, esta visión, esta intuición que acabo de tener me suena muy perecida a
algo que estaba en la primera lección. Hmm, creo que voy a volver a echarle
otra ojeada. ¡Sí, ahí está! ¿Me pregunto por qué no lo noté la primera vez?”
Simplemente esto es un proceso natural ya que las Gotas de Lluvia de la Gracia
no tenían todavía un lugar donde ser recibidas.
Comprende entonces —y esto es de gran
importancia a medida que avanzamos hacia la siguiente parte de El Camino de la Maestría— de que todo lo
que se revele a partir de este punto
se sustentará en lo bien que el jardinero haya cultivado la tierra con las
herramientas que se le han dado. Si las herramientas no han sido utilizadas, el
suelo se mantendrá duro, las gotas de lluvia se escurrirán empozándose al lado
del jardín, a la espera de que el suelo sea debidamente preparado.
De todo lo que se te ha dado que puede
continuar —y que continuará— sirviéndote mucho, será la simple práctica de morar y permanecer por cinco minutos como
Cristo. Observando todo lo que veas, todo lo que sientas, todo lo que
pienses, como si solo un Cristo perfectamente Despierto (el Uno) fuera lo que
se sentara en la silla.
Sé que esto suena muy simplista para ti,
pero el camino es fácil y sin esfuerzo. La complejidad nace del mundo, y no de
la Mente de Dios. Por lo tanto, continúa muy bien con esa práctica, y permite que sea el fundamento a partir
del cual se prepara el terreno —y se aflojan las raíces del miedo— incluso en
formas que no puedes comprender con la mente
pensante. Porque las raíces del miedo no son solo simplemente ideas. Son
los efectos de las ideas, a las que
se les ha permitido penetrar profundamente en el inconsciente.
Esta es la razón por la que en las próximas
doce lecciones, llamadas El Camino de la
Transformación, no requieren de esfuerzo, sino de permitir; no requieren
pensar, sino de sentir; no requieren
de hacer nada, sino confiar.
Esas raíces del miedo deben disolverse
en un nivel que es más profundo que aquel que la consciencia de la mente pensante
puede llegar a alcanzar. La mente no fue jamás diseñada para ser tu maestro, sino
para estar alineada como un sirviente
del Corazón Despierto, al igual que la flor florece y esparce su aroma para que
todos puedan ver aquello que no se ve, pero que está en el fondo de la tierra, y que
ha sido bien preparado. Para que así las únicas raíces que absorban los nutrientes
de la tierra sean las raíces que habla de la Vida y la belleza, no las que
hablan del miedo y de la falta de valía.
Trata, entonces, de no buscar más. Porque el lugar está preparado para ti, y solo tienes
que ir a él. Por lo tanto, estaremos
cultivando con más profundidad el arte de la rendición, de la entrega,
descansando cada vez con más profundidad en ese lugar de silencio que es el
umbral a la perfecta Sabiduría Divina. El
Camino del Corazón es la preparación del terreno que permite que ocurra
verdaderamente El Camino de la Transformación.
La transformación no es completa a menos
que envuelva, abarque y se exprese a través de la mismísima vida que conoces,
allí mismo en tu partícula de polvo, que está girando alrededor de un sol en
una pequeña parte de un universo. Expresándose en tu Tierra y en tu marco de
tiempo, en tus relaciones, en tu experiencia y en tu vida tal como la conoces, como
la vives, como la respiras, ¡como la sientes!
Así que, para muchos de aquellos que
están leyendo (veo que la respiración comienza a detenerse) deja que la
respiración fluya y date cuenta de que tienes la libertad de regresar a las
lecciones anteriores y ver si hay algo que te perdiste. Cuando lo hagas, hazlo
desde un lugar de Cristiandad:
Yo soy Aquél, el Uno, y estoy eligiendo entrar en El
Camino de la Transformación mediante el cual la consciencia humana, la
experiencia de vida humana, se convierte en la expresión viviente, en el fruto
que ha brotado de la tierra en donde han sido bien plantadas las raíces de la
Gracia, del Amor y de la curación.
Haz esto, pero no desde la perspectiva
de que estarías haciendo algo errado, o algo fuera de lugar. Sino a partir del
deseo de ser el maestro jardinero, el
que da nacimiento a esa fruta que extiende la belleza y el aroma de la
felicidad para que todos la reciban, para que todos la vean, para que todos se
maravillen.
No obstante que, esa belleza que brota
del hermoso jardín del jardinero no fortalece al ego del maestro jardinero,
porque un maestro jardinero sabe que él o ella solo ha sido el cuidador de la
tierra. Porque la magia que produce la flor no le pertenece, es simplemente
aquello que se le ha dado para que la administre:
la consciencia.
la consciencia.
La consciencia es el regalo de la Vida, que
fluye desde la Mente de Dios. Tu mente, entonces, es la tierra del jardín. Todo
despertar y toda transformación no ocurre en ninguna parte, salvo en ese
jardín.
Se ve que algunos de ustedes están todavía tratando de comprender a la
mente al verla como si fuera algo que está encerrada dentro de la forma de tu
cráneo, y que de alguna manera cohabita con lo que llaman la materia gris del
cerebro. Ten la seguridad que, tu mente es ilimitada
por siempre. El cuerpo que se sienta en la silla en tu ejercicio de cinco
minutos es como una gota de espuma que se expresa en la punta más pequeña de
una ola en un océano infinito. Ese océano está así mismo dentro de la extensión
ilimitada de tu Mente. Tú eres tal Consciencia —¡Espíritu Puro!
La única pregunta, entonces, es la
siguiente. ¿Estás dispuesto a permitir que esa gota de espuma se transforme en
aquello que siempre exprese plenamente solo el Amor de Dios, a pesar de que esa
expresión es algo temporal, ya que el cuerpo es algo que ha surgido en el campo
del tiempo y que desaparecerá en el campo del tiempo? ¿Estás dispuesto a decir:
“¡Qué diablos!” y permitir que el
Amor sea tan completamente encarnado como
le sea posible estarlo, por la fracción de segundo que el cuerpo está en este
mundo?
Expresar la maestría es el efecto de El Camino de la Transformación en este mundo, en este tiempo, en este
pequeño momento diminuto. Ten la seguridad que, en el grado en que apliques tu
atención para expresar la maestría, en el grado en que utilices el tiempo
sabiamente para ser el Cristo encarnado, cuando el cuerpo se desvanezca y éste
ya no siga velando, no siga ocultando de ti, la magnificencia de la Luz que tú eres, esa Luz más nunca te volverá
a cegar. No te contraerás en el miedo. Simplemente dejarás que este mundo se vaya
suavemente y con tanta facilidad como un niño que abandona un juguete que ha
superado por la edad, porque su utilidad se ha completado.
Todo lo que ves —el
cuerpo, tus relaciones, tus objetos, tus artefactos y tus estrellas, tus
vientos y tus aguas— serán eventualmente dejados a un lado por ti. No desde la
negación, sino simplemente al reconocer que su utilidad se ha terminado.
De hecho, amado amigo, mientras vamos concluyendo
las primeras doce lecciones, revisa bien para ver que ninguna Gota de la Gracia
haya sido ignorada. Abre el corazón cada vez más profundo. Permite que esas Perlas, esas Gotas de la Gracia, penetren aún más
profundo, no solo como ideas en la mente pensante, sino como sentimientos en las células del cuerpo.
Permite que esto cree para ti en el
flujo de la respiración una dulzura, una sensibilidad en la forma en que tu pie
descansa sobre el suelo de la Tierra con cada paso. Permite que comience a
transformar la forma en la que apoyas la mano sobre el hombro de tu hermano o
hermana. Permite que la dulzura impregne tu mirada mientras contemplas a los
demás —viendo al Cristo dentro de ellos que está creciendo en una hermosa flor
cuyo aroma y belleza será como una bendición para muchos. Porque no hay nadie
entre ustedes que no sea el Cristo en evolución. Recuerda siempre que lo que ves es lo que obtienes, del mismo modo que enseñas, aprendes.
UNA
MEDITACIÓN PARA LA LIBERACIÓN
Observa bien, entonces, y pregúntate
esto:
¿A quiénes reconozco en mi existencia que he juzgado
y encerrado en cierta caja, y que he decidido que eso es todo lo que ellos son?
Ahí encontrarás una meditación muy fructífera
para la reflexión. Te sugiero que utilices los siguientes treinta días y tomes algo
de tiempo para usarlo sabiamente y permitas que los nombres, las imágenes y las
caras de los que has juzgado regresen a ti y les digas:
Ya sabes, madre, padre, expareja (o quien quiera que
sea),
ahora lo entiendo.
Te he puesto en una caja y he tirado la llave.
Tú estás atrapado, por lo que te he dicho.
Y ahora, te libero, para que yo pueda ser liberado.
Contempla sus imágenes. Permite que los
recuerdos de las experiencias que has compartido con ellos regresen. Si hay
sentimientos, por todos los medios, permítete sentirlos. Contémplalos en tu mente, hasta que sienta que la
dulzura ha disuelto la prisión en la que los has colocado. Porque mientras la
prisión comienza a derretirse, sentirás y sabrás que florece tu libertad.
No se puede llevar el miedo hasta el Amor.
No se puede llevar el juicio hasta el perdón. No se puede llevar la limitación hasta
lo ilimitado. Estas cosas deben ser liberadas en el mismo nivel en el que fueron primero creadas. Por lo tanto,
toma nota y toma muy en cuenta, que esta práctica no debe pasarse por alto. Date treinta días con el objetivo de
verdaderamente volver atrás y digamos que es como para que limpies bien, para que
realices bien el perdón o para que liberes lo que aún te falte por hacer. No
deje que la mente diga: “No sé si lo hice
lo suficientemente bien”. Porque comprende, que es el Confortador el que te
libera a ti y a los demás, a través de tu voluntad
de permitir que esto ocurra.
Ahora que esto tendrá algunos efectos.
Esto significará que cuando verdaderamente lo hayas hecho, nunca más tendrás
ninguna justificación o excusa para culpar por cualquier tipo de experiencia
que hayas tenido o cualquier sentimiento que alguna vez hayas sentido a los que
por esas razones tú habías mantenido en prisión. A menudo, la mente humana, la
mente del ego, quiere culpar con su juicio a los que has mantenido encerrado en
prisión.
Por ejemplo:
“Lo que yo he experimentado fue por culpa del
alcoholismo de mi padre. Lo que yo he experimentado en la vida, fue por culpa
de mi madre quien se mantenía ocupada atendiendo cuarenta mil asuntos a la
semana. Lo que he experimentado fue por culpa de mi socio en los negocios, quien
me ha robado mis monedas de oro. Lo que ha causado mi sufrimiento fue por culpa
de la posición de las estrellas en el cielo cuando elegí encarnar. Si tan solo
hubieran estado correctamente ubicadas, yo estaría bien”.
Mientras concluimos El Camino del Corazón, te digo, que no entres en El Camino de la Transformación hasta que
tengas verdadera y plenamente satisfecha tu consciencia de
que no te estás aferrando ni siquiera al más sutil ápice de percepción de que,
de alguna manera, tú eres una víctima del mundo que ves. Tus relaciones no
han causado nada. Todas ellas
simplemente te han demostrado lo que ya habías decidido que fueran en verdad.
El mundo, entonces, no es la causa de nada.
Simplemente ves aquello para lo que has utilizado la libertad de tu consciencia
para tramar en secreto sobre ti mismo.
Por ejemplo, la carencia no es causada
por los impuestos. Los impuestos son causados por la decisión de necesitar
creer que hay un poder fuera de ti mismo que necesita de toda tu energía. El gobierno
no causa que tú seas un subordinado. Tu sentido de ser un subordinado, culpable,
débil y limitado es lo que da nacimiento a la idea de gobierno. Entonces,
algunos de ustedes como hermanos y hermanas amorosos dicen: “Bueno, yo voy a representar esa parte”.
Luego ellos se convierten en los políticos que crean los sentimientos de
descontento que ahora tienes.
El mundo no es causado por nada,
excepto por las elecciones que has hecho como una consciencia libre. Tú has inventado
el pensamiento y luego te sumerges en lo que te refleja de regreso aquello en
lo que ya has decidido creer. Esto significa que El Camino de la Transformación es un camino en el que uno se vuelve
empoderado, en cada momento, para ser plenamente responsable de decidir
claramente lo que verás y que no te vas a conformar con menos. Entre más lo
practiques y lo entiendas, más rápido ocurre. Hasta que uno alcanza el punto en
el que se producen los milagros.
Sin embargo, solo son milagros para los
que no entienden cómo funciona la consciencia. Puedes alcanzar el punto en el
que extiendes la palma de la mano y deseas probar la manzana más dulce que
jamás se haya creado, y ésta, literalmente, aparecerá en la palma de tu mano.
Por supuesto, llegado a ese punto, tú ya estarías mucho más allá en lo absoluto
de cualquier necesidad, incluso más allá de creer que necesitas una forma
física.
Comenzarás entonces a tener una
sensación de lo que es tu maestría al ser capaz de mirar al mundo que ves y observar
con claridad que es lo que ha estado cambiando en él. Observarás como se manifestará
con rapidez y sin esfuerzo aquello que tu corazón verdaderamente desea —debido
a que estás en alineación con la Mente de Dios— Cuando la brecha entre el deseo
puro y el reflejo manifiesto de éste sea cada vez más y más pequeña, tú
literalmente, sentirás en el cuerpo emocional que está creciendo tu maestría.
Sabrás que tú eres simplemente un Hijo
de Dios que está jugando, sin cesar, en la caja de arena de todas las
posibilidades llamada la Mente. Y que no hay, literalmente, nada ahí afuera que
sea sólido, no hay nada por ahí que no guarde relación contigo.
¡Así que! Es ahí a donde iremos si deseas
venir en este viaje, si estás dispuesto a estar verdaderamente comprometido a
arrancar de raíz a cada raíz de miedo que se ha afianzado adentro en la
profundidad de la mente que ha llegado a hacerse inconsciente a causa de tu odio a ti mismo. A esto se le ha llamado
la separación de Dios. Y por lo
tanto, debido a que se ha vuelto inconsciente, te ha gobernado. Es el tiempo de
liberar a lo ingobernable, al permitir que únicamente aquello que puede
arrancar de raíz a la raíz del miedo venga a ocupar el lugar que le corresponde
dentro de ti: la Mentalidad Crística.
¡Así que! Entonces, tienes una tarea ante
ti. Ir adentro de ti mismo y preguntarte:
“¿He tomado el tiempo suficiente para concentrarme
totalmente en cada lección?”
Puede que te des
cuenta:
“Cuando leí la tercera lección, estaba tratando de
ver el partido de fútbol en la televisión. ¿Me pregunto si me he perdido algo? Hmm.
Cuando leí la séptima lección me dirigía a una
cita para cenar con esa nueva chica que tiene un cuerpo que se ve tan tentador
para mí. ¿Realmente me senté con esas lecciones para extraerles todas las
perlas que me ofrecían? Quizás mejor voy a volver a ellas y realmente me tome
un tiempo de tranquilidad en el que deliberadamente me aparte del mundo y esté
pendiente de cada palabra”.
Sin embargo, hazlo con un cuerpo
relajado con una respiración suave, con una mente suelta, sin ansiedad. Sé, por
lo tanto, como una esponja que permite que las gotas de lluvia sean absorbidas dentro
del ser, y eso es todo. El conocimiento
no es un esfuerzo cognitivo. No es la organización de las ideas en un orden
que satisfaga a la mente pensante.
El conocimiento es la recepción de una
vibración que comienza a ablandar el terreno del corazón y a disolver la raíz
del miedo de tu ser. El conocimiento es el resultado de la transformación del
jardín que se te ha dado y confiado —el
campo mental que tú eres.
Esa mente impregna al cuerpo. Impregna al espacio a tu alrededor y se mezcla danzando
con las otras redes infinitas de relaciones llamadas las “otras mentes”— energía
danzando dentro de energía, ilimitada por siempre, a partir de la cual todas
las cosas del tiempo nacen y desaparecen.
Así que, como ves, donde yo moro es algo
que está en todas partes a la vez. Y así como también lo haces tú; simplemente que
tú no lo sabes todavía. Yo moro con una variedad infinita de amigos que se han dado cuenta de la Verdad y que se han
liberado. Ellos están creando infinitamente, sin cesar, aquello que extiende sus
tesoros, que es lo bueno, lo santo, y lo bello. Muchos de ellos te han dado
imágenes de coros de ángeles cantando alabanzas a Dios. Es la misma cosa.
Porque cuando la extensión de la alegría
se vuelve libre de expresar solo lo bueno, lo santo, y lo bello, esto es como
una vibración de muchas notas, un
coro de consciencias creativas, chispas de divinidad, que permanecen
perfectamente ilimitadas y ellos lo saben. Y sin cesar extienden su más
profunda felicidad al permitir que lo bueno, lo santo, y lo bello fluya a
través de ellos desde la infinita, misteriosa, incomprensible e incontenible
Mente que es Dios. Del mismo modo que la luz del sol crea y fluye a través de
los muchos rayos de sol que se extienden hacia fuera hacia los confines de tu
universo como luz, que a partir de ellos nacen los planetas, los animales, el agua,
los árboles, los pájaros y los seres humanos.
Imagina, entonces, que ese es tu destino —ocupar el lugar que te
corresponde a mi lado, para unirte a tus hermanos y hermanas en la infinita y
perfecta creatividad, como un arpista que incesantemente toca con sus dedos las
cuerdas que crean las más bellas notas. Donde las combinaciones jamás cesan.
En cada momento, experimentas el fruto
de las flores que brotan desde el jardín que tú has preparado tan bien para
recibir la Lluvia de la Gracia. Lo bueno, lo santo y lo bello que fluye a
través de tu mente sin obstáculos que
descansa en perfecto matrimonio o unión, con aquello que es tu Creador, tu
Fuente, por siempre, por siempre, eternamente.
¡No es una mala forma de pasar la
eternidad! Pero si miras hacia adelante, y sientes que hay una distancia entre
el lugar donde te encuentras y donde la realidad está, te perderás las
oportunidades que se requieren —justo donde te encuentras— de practicar ir
hacia dónde vas, al serlo y estar
ahí ahora. Hay un dicho que dice: el
viaje más largo comienza con el primer paso. Y el comienzo es tan importante
como el final. Porque en el comienzo, el final ya está presente.
El
Camino de la Transformación te pide que verdaderamente llegues a estar presente
donde te encuentres, al cultivar deliberada
y conscientemente, con cada pensamiento y cada respiración, la disposición
necesaria de permitir que sea disuelta la raíz del miedo. De modo que lo bueno,
lo santo, y lo bello sea todo lo que
emana de ti, como un faro que ha sido enviado a la creación que está a tu
alrededor.
No te demores. No pierdas el tiempo. El tiempo puede, de hecho, ser desperdiciado.
Pero escucha muy bien, porque el tiempo también se puede perder. Hay un dicho que
percibimos en muchas de tus tontas películas, en la que alguien se “desperdicia”.
¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo: “Bueno,
yo creo que voy a desperdiciarme?” ¿De cuántas maneras has sido inconsciente?
¿De cuántas maneras has adormecido a tus sentimientos? ¿De cuántas maneras has
juzgado a tu hermano o hermana? ¿De cuántas maneras has decidido aferrarte a
pensamientos tales como?: “Yo nunca
podría hacer eso. ¿Para qué serviría ? ¿Es un desperdicio”?. ¡Oh, sí! Acabas
de ponerte una pistola en la cabeza y apretaste el gatillo. Te has desperdiciado
a ti mismo al perder el tiempo.
Cada
momento
es como un portal a través del cual lo bueno, lo santo, y lo bello pueden ser
expresados, al cultivar la consciencia, ya que es a través de ella que el poder
de hacer eso crece. ¡Oh, amado amigo, esos momentos de tu tiempo son muy valiosos! No contemples al mundo
pensando que es el mismo viejo mundo.
Recuerda, entonces, a medida que
comienzas a llegar al final del estudio de El
Camino del Corazón, que aquello que ves afuera
de ti es solo el reflejo de lo que has permitido vivir adentro de ti. Y simplemente pregúntate:
¿Es esto lo que deseo que continúe?
¿Qué es lo que verdaderamente quiero?
¿Para qué es, mi propia conciencia?
¿A qué me comprometo?
¿Cuáles son mis creencias?
¿A dónde elijo libremente colocar el poder de
valorar?
Porque lo que valoras [chasquido de
dedos], lo experimentas inmediatamente. El mundo se inclinará en reverencia y
te dirá:
“Muy bien. Nos has dejado saber lo que valoras. Te
lo reflejaremos de regreso, porque te amamos, porque somos una parte de ti. Dios
nos libre de quitarte tu libre albedrío”.
Por lo tanto, si valoras la
desesperanza, el mundo será un lugar sin esperanza. Si valoras la carencia de
monedas de oro, va a seguir viendo la carencia de monedas de oro, que solo
significa la carencia de un flujo de energía. Si valoras la soledad, seguirás estando
solo. Si valoras el derecho de estar juzgando a los demás, experimentarás el
fruto de la separación.
Si valora la dulzura, la dulzura vendrá.
Si valoras recibir Amor —escucha esto
cuidadosamente— si valoras recibir Amor,
el mundo comenzará a mostrártelo en tu puerta en personificaciones completamente
diferentes. Diferentes vibraciones, diferentes patrones de pensamiento te serán
reflejados de regreso y te permitirán recibir el Amor. Porque nada puede ser
recibido hasta que se prepara un lugar para que entre. Y solo puedes dar lo que estás dispuesto a recibir. Si recibe una gota de agua en tu vaso, eso es
todo lo que puedes darle a otro. Pero el que recibe todo, da todo. Y el que da
todo, recibe diez veces más[5].
PIDE
POR AYUDA PARA DISOLVER LOS MIEDOS
El
Camino del Corazón
es un buen comienzo. Te hemos visto con gran diversión, pero al mismo tiempo,
siempre con gran compasión, siempre con perfecta paciencia, y siempre con perfecto
Amor. Te hemos llamado través del espacio y el tiempo, y si tú has oído la
llamada, entonces la conexión o la relación con nosotros ya está establecida. No
hay, entonces, puente que cruzar —solo la buena voluntad de recibir lo que es verdad:
Jeshua
está disponible para mí siempre. María está disponible para mí siempre.
Al que llamarías mi amigo, San Germain,
está disponible para ti siempre. Toda la familia, el linaje de maestros que han
buscado a través del tiempo crear una frecuencia, una vibración que pueda
disolver los efectos de los pensamientos negativos que se han extendido desde tu
mente, que crea el humo y el velo que te rodea. Para disolver eso, todos
nosotros estamos a tu disposición, y ¡nuestro
número es legión!
Ten la seguridad, de que tú no estás
solo. En cualquier momento, solo tienes que llamarme a mí, y yo estaré contigo.
¡Y yo no vengo solo! Para algunos de
ustedes, entonces, les recomendamos que en aquellos momentos en los que sientan
que necesitan un poco de ayuda, cuando el miedo parece que viene, pero que tú sabes
que debes seguir adelante, cualquier cosa que sea, cualquier cosa a la que
creas que le tienes miedo, simplemente di:
Legiones de ángeles, maestros y amigos,
cuyo número es infinito más allá de la comprensión,
Ustedes que han sido enviados directamente por Dios
para ayudarme a atravesar este abismo,
vengan ahora, porque yo lo declaro y los recibo.
¡Y por lo tanto que Así Sea!
Entonces, da el paso que tengas que dar.
Que no será en tu imaginación. Nosotros estaremos
contigo. Y el final perfecto es verdadero. El miedo no es más que la
ilusión que has elegido valorar con el fin de experimentar lo que es sentirse
separado del Amor. Eso es todo. Simplemente agitaste tu varita mágica cósmica y
dijiste: "Hágase el miedo para que lo
pueda experimentar”. Eso es todo.
Te amamos. Más allá de tu actual
comprensión, te amamos. Más allá de
toda comprensión —incluso en lo que podrías percibir que es el nivel donde
nosotros funcionamos y actuamos— está la presencia del Amor de Dios, que es eso
lo que simplemente buscamos verter en ti, ya que al dar, continuamente recibimos.
¡Las Leyes de la Consciencia funcionan para nosotros al igual que funcionan
para ti! Nosotros simplemente estamos más consciente de ellas.
¡Ese Amor, el cual es Dios, es incomprensible por siempre! El Rayo de
Luz del Sol nunca puede comprender al Sol. Yo soy un Rayo de Luz para ese Sol.
Tú eres un Rayo de Luz para ese Sol. Por lo tanto, nosotros estamos hechos de la misma Sustancia, y esa Sustancia nos
sostiene por toda la eternidad. El mayor gozo es rendirse, entregarse plenamente
y permitir que esa Luz ilumine tu camino sin cesar.
El que libera al mundo abraza al
Creador. Y el que libera al miedo recuerda al Amor. El que encarna el perdón
vive en paz. Y el que renuncia al control conoce a la confianza perfecta. El
Cristo Despierto que haya entregado, rendido el nudo del miedo, llamado el “yo”,
descansa en lo ilimitado para siempre, en perfecta comunión con toda la
Creación. Y esa unión nunca se termina.
Simplemente se expande y se extiende como la Vida que surge, como la Creación
que surge, extendiendo lo bueno, lo santo, y lo bello.
Una flor que florece en la primavera por
un día es lo bueno, lo santo, y lo bello. Los rayos de luz solar que danzan
sobre los océanos de este mundo creativamente, cantan lo bueno, lo santo, y lo
bello. El pájaro que se posa sobre tu cerca y canta tu canción de la mañana ha
salido de ese infinito y perfecto Sol y sus notas extienden la alegría de los Hijos
de Dios. Así, también, la sonrisa en uno de tus hermanos y hermanas que ha
recibido una Perla de la Gracia a través de ti
es la Creación misma, la presencia de lo bueno, lo santo, y lo bello. Cada
pensamiento amoroso que permites que sea cultivado en el jardín de tu propia
mente extiende lo bueno, lo santo, y lo bello.
Por lo tanto, canta esa canción sin
cesar. Mantente dispuesto, mientras concluimos El Camino del Corazón, a celebrar tu voluntad de abrazar la perfecta liberación, tu creatividad y el poder que tú tienes —el dominio sobre aquello que
has plantado en el terreno de tu mente. Prepara muy bien ese terreno mientras
completas la primera parte de este curso, para que las Perlas de la Gracia
puedan llevarte por El Camino de la
Transformación.
Y con esto, amado amigo, por el tiempo
en el que leas esto estarás celebrando tu
nacimiento como Cristo, como cuando aquellos rayos de sol se expresaron a
través de las historias que se han contado del nacimiento de Cristo en el
mundo. Para mí, esto ocurrió hace dos mil años. ¿No es el tiempo ahora para que
dejes que ese mismo nacimiento sea totalmente consumado en ti?
Por lo tanto, ya estamos concluyendo
este mensaje por ahora. Sabes que ha sido nuestro honor y nuestra alegría permanecer
y morar contigo. Hay una gran multitud de seres que te rodean en cada momento para
recordarte que tú has elegido responder a una llamada que se remonta hasta la
misma Mente de Dios, quien se ha extendido para llamar a Su Creación —tú— de regreso
hacia Sí Mismo, de modo que tú puedas extender deliberadamente el Amor sin cesar.
Nosotros te damos Amor. Te sostenemos
con perfecta paciencia, sabiendo la Verdad que es verdad únicamente, acerca de
ti. Y nunca te abandonaremos.
Que la paz, entonces, este siempre contigo.
[1]
Se refiere a Jayem porque es a través de él, que Jeshua ha canalizado El Camino
del Corazón. (N. del T.)
[2]
Marcos 4:3-6 Parábola del
sembrador: ¡Oíd! He aquí, el sembrador salió a sembrar; y aconteció que al
sembrar, una parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se
la comieron. Otra parte cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y
enseguida brotó por no tener profundidad de tierra. Pero cuando salió el sol,
se quemó; y por no tener raíz, se secó. (N. del T.)
[3]Mateo 13:23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en
tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce,
uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta. (N. del T.)
[4]
Mateo 13:45,46 También el
reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas; el
cual, hallando una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
(N. del T.)
[5]
Mateo 19:29 Y todo el que
haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras
por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. (N. del T.)
Nota:
Lección revisada, se hicieron algunas pequeñas correcciones a la traducción (el 18/01/2017).
Nota del traductor
La Fundación Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.
Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/
Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz,
El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:
1er Libro "El Camino del Corazón"
de la Lección 1 a la 12
2do Libro "El Camino de la Transformación"
de la Lección 13 a la 24
3er Libro "El Camino del Conocimiento"
de la Lección 25 a la 35
Recomendaciones:
- Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
- Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
- Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
- Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.
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