lunes, 22 de febrero de 2016

LECCIÓN 9: TODOS LOS EVENTOS SON NEUTROS

31/01/2016                       El Camino del Corazón Lección 9.  Jeshua-Jayem                                @cursorecargado


LECCIÓN 9

TODOS LOS EVENTOS SON NEUTROS

En verdad, una vez más, saludos cordiales para ti, amado y Santo Hijo de la Luz Divina, vengo en lo adelante a permanecer y a morar contigo como tu hermano y tu amigo quien te contempla y que no ve nada más que el Rostro de Cristo en ti. Cristo es el primogénito del Padre. Es decir, Aquél que es el único, el unigénito, y no fabricado. Cristo es la creación de Dios. Cristo es el Santo Hijo de Dios. Cristo es como un rayo de luz de sol, que irradia por siempre desde la Santa Mente de lo que he llamado Abbá, el Padre.

Por lo tanto, vengo a morar y a permanecer contigo en perfecta felicidad, en perfecta libertad, y en perfecta realidad. Vengo a unirme con esa parte de ti que permanece por siempre en perfecto conocimiento, en perfecta paz, en perfecta sabiduría, y en perfecta unión con tu Creador.

No vengo a hablar de cosas que no conozcas. No vengo a usar palabras que no habiten ya dentro de ti. No vengo con una sabiduría que tú ya no contengas. No vengo con un Amor que sea más grande que el que ya florece en los silenciosos espacios de tu propio corazón. No vengo a ponerme por encima de ti. Vengo solamente a caminar como alguien igual a ti a tu lado.

Vengo porque te amo. Vengo porque soy tu amigo. De todas las cosas que yo podría haber elegido hacer con el poder ilimitado de consciencia que me fue dado equitativamente a mí por mi Padre, como igualmente te fue dado a ti, de todos los lugares, dimensiones y mundos en los que yo podría haber residido en este momento, de hecho en verdad, elegí venir a permanecer contigo para cerrar la brecha que pareciera que aún te separa de mí.

En realidad, todas las dimensiones de la Creación residen en un espacio mucho más pequeño que la punta de un alfiler. En realidad, todas las dimensiones de la Creación son tan vastas e inmensas que nunca podrías medirlas. En realidad, no existe ninguna brecha entre donde tú te encuentras y donde yo estoy. Es por esto que no puedo estar más alejado de ti que a la distancia de un pensamiento. Pero, oh, amado amigo, el poder de un pensamiento es el poder de crear universos, y dentro de esos universos crear aún más universos, y dentro de esos universos crear mundo tras mundo, tras otro mundo, tras otro mundo, tras otro mundo.

En esta tu experiencia actual de vida en la que momentáneamente tu atención pareciera que está enfocada en tu mundo único, en la que compartes algunas cosas en común con muchos otros seres. Tienes lo que en tu mundo se llama una realidad consensuada —diríamos una experiencia consensuada— que ha nacido a partir de la realidad universal. Amado amigo, incluso aun cuando permanezcas en tu consciencia en este momento, tú eres el creador del mundo que experimentas. He incluso haces esto de formas muy ordinarias. Cuando estás de pie, cara a cara con alguna persona y si por una fracción de segundo, alteras la posición de tu cuerpo desde la cual la observas —tomando una nueva posición, una nueva perspectiva— en esa fracción de segundo, has creado para ti mismo una nueva experiencia.

Cuando observas a un amigo, y la mente se dirige desde la neutralidad —que es desde donde siempre comienza cada experiencia— hacia un pensamiento como este: “Esta es mi amiga María. Este es mi amigo, San Germain. Este es mi amigo, Pedro. Esta es mi amiga Johana. Este es mi amigo, Nathanael”. Cualquiera sea el nombre que utilices, cuando tienes un pensamiento como ese, ya has comenzado a cambiar la experiencia.

Literalmente eres un creador en ese momento. Porque cuando nombras a cualquier cosa, la defines de acuerdo a los factores que hayas incorporado al nombre que utilices. Cuando contemplas a un campo de energía que surge del misterio de la Tierra y pronuncias la palabra “árbol”, instantáneamente habrás atraído a tu experiencia manifestada todo lo que alguna vez tú hayas decidido asociar con el campo de energía que has llamado “árbol”. De esta manera, tu experiencia es totalmente única. Nunca antes de eso fue así; nunca jamás volverá a ser así. Nada podrá repetirla. Esta es la razón por la cual la Creación es por siempre nueva.

Sí, claro que tú puedes estar parado al lado de un amigo mirando a un árbol asintiendo con la cabeza y luego decir: “Por supuesto, que eso es un árbol. Sí, veo las ramas. Veo las hojas”. Pero tan pronto como lo has nombrado, habrás hecho que surjan todas las asociaciones que hayas atraído hacia ti mismo, de tu experiencia con ese campo de energía que has llamado “árbol”. Ten por seguro que, aquellos a los que en tu mundo llaman ecologistas y a los que han etiquetado como leñadores definitivamente verían cada uno de ellos una experiencia diferente, aunque ambos utilicen la misma palabra “árbol”. ¿Cuál experiencia sería la correcta, y cuál sería la errónea? Esto no sería aplicable.

En esta lección, queremos abordar el tema acerca de una de las piedras importante que tú debes arrojar en la cristalina, y calmada piscina de tu consciencia. Que simplemente es esta:

Todas las redes de relaciones, todos los campos de energía, son “absolutamente neutros”.

Lo que crea la experiencia es la manera, la forma en la que tú decides como vas a ver (interpretar) a esa red de relaciones, a ese campo de energía. El efecto de esta decisión (de esa interpretación) es también completamente neutro.

¿Pero cómo puede ser eso? Porque cuando un leñador ve a un “árbol” y no ve más que a la ganancia que puede obtener de él, los bosques desaparecen. Y cuando un ecologista ve a un “árbol”, el árbol permanece y los poderosos búhos y las aves tienen un lugar donde hacer su hogar. Ciertamente, ¿es qué acaso no estamos aquí nosotros para perpetuar, para darle continuidad a la misma realidad, a la misma experiencia que han tenido todos los seres humanos? ¿No se produce una pérdida cuando el bosque desaparece? Escucha bien y con mucha atención:

Todos los eventos son neutros. “Tú” eres el que le da el valor que tienen.

Ahora, ¿eso significa que uno debe volverse insensible, inconsciente y ciego ante sus acciones? Por supuesto que no, porque parte del despertar significa darse uno cuenta de la interconexión que tiene uno mismo con la red de todas las relaciones. Significa despertarse haciendo una reverencia ante el misterio que es la Vida. Pero también significa liberarse del juicio que pudiéramos tener con respecto a otro ser que podría ver el árbol de una manera diferente. Pues como te habrás dado cuenta, el cuerpo que has cristalizado a partir del campo de energía infinita tiene un solo propósito. Ser un medio de comunicación.

Por lo tanto, deja que tu percepción primordial, que la principal luz que te guíe en tu experiencia de la tercera dimensión sea esta:

¿Qué elijo comunicarle al mundo
con cada gesto, con cada respiración, con cada palabra que hable,
 con cada decisión que tome?

Porque de manera incesante, mientras el cuerpo dure, estarás comprometido en el proceso de comunicarte con el mundo, al poner de manifiesto ante el mundo, lo que has elegido valorar, lo que has atraído a tu experiencia e imbuido de valor. Esto significa que de forma incesante, tú te dedicas a enseñarle al mundo lo que crees que tiene la mayor verdad, lo que tiene el mayor valor para ti.

Cuando un ecologista observa a un leñador, se exaspera y juzga al leñador, o viceversa, entonces el cuerpo se utiliza para comunicar el valor de ese juicio. Esto crea miedo y contracción. El resultado de que muchas, pero muchísimas mentes elijan valorar que tienen el derecho de juzgar, produce el efecto de eso que llamas tu mundo, en el que todo parece estar expresando conflicto, lucha, eso que tú llamas “encontronazos” —el conflicto, el Armagedón de ideas opuestas que se enfrentan unas contra otras. Y justo en el fondo de todo eso, todos los eventos han permanecido completamente neutros.

Incluso si los bosques de tu planeta fueran completamente arrasados, esto sería un evento neutro. ¿Por qué? Porque si todos los árboles fueran arrasados, si el mismo planeta físico que llamas la Tierra muriera, disolviéndose de nuestra vista, la Vida continuaría. La Vida simplemente crearía mundos nuevos. Lo hace todo el tiempo. lo haces todo el tiempo.

Por lo tanto, los eventos que experimentas son siempre neutros. Aquello que ves que ocurre en el mundo que te rodea permanece neutro hasta que tomas la decisión de lo que ello será —para ti. Al nombrarlo, entonces, lo defines. Cuando lo defines, atraes hacia ti mismo a todo lo que has asociado a eso.

Es por esta razón que una vez enseñé que es muy sabio perdonar hasta setenta veces siete[1]. Es por una razón muy interesada. Si alguien te hace algo "malo" y tú gastas tu energía tratando de convencerlos de que ellos te han hecho algún "mal", de que tienes el derecho de estar enojado y de atacarlos de cualquier forma, estarías atrayendo hacia ti mismo —incluso hasta en las células del cuerpo— a la energía del conflicto, el juicio, la guerra, la muerte, la enfermedad, la infelicidad y la separación —así de rápido, ¡instantáneamente!

Pero si perdonas hasta setenta veces siete, entonces en cada uno de esos momentos de perdón, atraes hacia dentro de tu campo de energía aquello que te recuerda el Amor incondicional, la paz perfecta, el poder que trasciende todo lo que surge en el mundo. Atraes hacia ti mismo a la realidad de Cristo. Y todo ello depende de nada más que de las piedras que arrojas en tu mente.


CONTEMPLA CON INOCENCIA AQUELLO QUE VALORAS

Entonces, ¿dónde has puesto la línea divisoria? Dónde has dicho:

“Permitiré la neutralidad de todos los eventos en ‘este’ ámbito, pero no en este ‘otro’ ámbito”.

“Si algunos de mis amigos se divorcian o se separan, bueno eso estaría bien, veré eso como algo neutro. Pero si mi pareja me deja, eso ya no sería neutro. Si el padre de mi amigo les dejara en herencia tres millones de dólares a sus hijos, bueno, eso estaría bien. Eso es un evento neutro. Pero si mi padre dona sus tres millones de dólares a obras de caridad y me hace a mí un lado y no me toma en cuenta, eso ya no sería un evento neutro”.

“Si los ríos de un país que está en el otro lado del mundo de donde yo me encuentro, se contamina porque la consciencia de una comunidad permitió que una fábrica se construyera sin cumplir con las normas ambientales, bueno, eso está ocurriendo en el otro lado del mundo, eso es un evento neutro. Pero si la construyen en mi patio trasero, ya no sería neutro”.

Siempre es muy sabio observar amorosamente para ver, para que te des cuenta, dónde has puesto la línea divisoria, para ver aquello que vas a mirar como neutro y aquello a lo que te aferras como si estuviera lleno de significado y de un valor que es incuestionable para ti. Porque es allí donde encontrarás lo que requiere de perdón dentro de ti. Hemos compartido contigo que la maestría es un estado de “ausencia de miedo”. Cuando valoras algo y luego te vuelves inflexible al sostener que ese valor existe en el evento en sí o en el objeto fuera de ti, te has asegurado un lugar en el miedo. Y la “ausencia de miedo” estará tan alejada de ti como el oriente está del occidente.

Observa y busca bien, entonces, para ver dónde has colocado un valor, dónde has valorado algo y has insistido en que ese valor es inquebrantable. Cuántas veces en cada uno de tus días has dicho:

“¡Oh, amigo! Si mi perro se muriera yo no sería capaz de soportarlo. Eso sería el final para mí”.

O si has dicho:

“Si los bancos quebraran... ¡oh, Dios, yo no sería capaz de soportar eso!”

Ten cuidado con lo que decretes. Observa muy bien para ver dónde estás como enredado, involucrado emocionalmente con el valor que has puesto sobre algo o sobre alguien. Cualquier relación de cualquier tipo, ya sea la relación con tu pareja, la relación con tu cuerpo, la relación con tu gato o tu perro, la relación con tu cuenta bancaria, la relación con tu gobierno —mira en todas tus relaciones.

Porque tú has hecho de las relaciones lo que son. ¿Dónde uno podría experimentar la libertad? salvo dentro de una consciencia que ha aprendido a transcender la contracción del miedo. Y el miedo es el resultado de tu apego a los valores que has puesto en los eventos que experimentas, que se componen de los acontecimientos, personas, lugares y cosas. Todos estos son en realidad solo eventos (neutros).

Cada red de relaciones viene a ti de forma perfectamente neutra. Tú la decretas al nombrarla y definirla. Cuando alguien llega hasta ti con ira y tú reaccionas, reconoce que primero tú decidiste que esa persona tiene ira, y con ello has atraído hacia ti mismo a todas las asociaciones que alguna vez decidiste valorar respecto a lo que significa la ira.

Y, sin embargo, en ese preciso momento, tú tienes el poder de ser testigo, de atestiguar al campo de energía que está circulando a través del cuerpo, la mente y el habla de esa otra persona, y ver eso como una danza de energía, un misterio que surge de alguna fuente invisible, de alguna red de relaciones que no se ve. Podrías mirar a ese evento, a esa red de relaciones con curiosidad y asombro si la definieras de una manera diferente.

Esto es verdad con respecto a todas las cosas que surjan. Incluso aquellas cosas que han sido llamadas las grandes enfermedades que parecieran que amenazaran a la vida del cuerpo en tu mundo, incluso esas cosas pueden ser contempladas con total neutralidad. Pero si las defines de una manera específica, habrás atraído hacia ti mismo el temor de ese evento, que vendría además con todas las asociaciones que has aprendido del mundo y de tus propias experiencias.

El mensaje de esta lección es simple, pero es muy importante. Se basa en todo lo que hemos compartido previamente contigo. Tú eres un creador, y no puedes dejar de crear. La pregunta, entonces, sería:

¿“Qué” vas a crear en cada momento?

Mucho más allá de toda la gran emoción de la magia de crear eventos u objetos en la realidad de la tercera dimensión, también están las cualidades que tú creas, como la paz, lo ilimitado, el perdón, la compasión y la sabiduría. Estas también son creaciones.

La compasión no la vas a encontrar flotando por ahí en el universo hasta que la manifiestas y la cultivas dentro de tu propia consciencia. La Consciencia de Cristo no podría decirse que verdaderamente existe —para tihasta que la creas adentro de ti mismo. Tu unión con Dios ni siquiera existe —para ti— hasta que decides abrirte a la experiencia de vivirla. Así como una comida que nunca has probado, bien podría decirse que no existe para ti hasta que viajas a ese país, la compras y la introduces en tu cuerpo. O como debería decirse en estos tiempos modernos, hasta que vas a la tienda de comestibles y la buscas en la sección del gourmet internacional. ¡Hmm!

No puede decirse que algo existe —para ti— hasta que hayas probado la experiencia de vivirlo. Así que cuando oigas hablar de la iluminación, cuando oigas hablar de unión con Dios, cuando oigas hablar de Amor incondicional, deja de asentir con la cabeza pensando que sabes lo que significan estas cosas, y dirige tu atención hacia tu interior. ¿Habitas y permaneces en la experiencia vivida de estas cosas? Inmediatamente sabrás la respuesta.

Si tu respuesta es:

“No. Yo he oído hablar de la iluminación y he tenido algunos destellos, pero realmente no sé lo que es porque no la he sentido completamente en mi experiencia de vida”.

De inmediato sabrás que debe haber algo que has valorado que no es la iluminación y en la que tú insistes que permanezca alojada en tu consciencia. ¿Qué es? Búscala, encuéntrala y decide si todavía la deseas.

Nosotros hemos percibido que hay muchas personas en el mundo a las que les gusta caminar por todas partes como si estuvieran en un estado de paz con sonrisas en sus rostros. Tal vez llevan la Santa Biblia en la mano o algún otro texto parecido. Llevan algún ícono religioso sobre su cuerpo para crear la apariencia de alguien que está en paz. Pero por dentro, no están en paz. Cuando ellos encienden su televisor y ven cómo el leñador ha talado otro árbol, por dentro le responden llamándolo “ignorante”, “estúpido” o “limitado”.

En ese momento, le han expresado al universo la verdad que ellos han elegido vivir:

“Yo no soy alguien que quiere saber lo que es la paz. Yo no soy alguien que esté interesado en el perdón. Yo no soy alguien que esté interesado en la sabiduría. Estoy interesado en el juicio y en lo ‘muy superior’ que me siento en mi cuerpo a través del acto de juzgar a los demás como si ellos fueran inferiores a mí”.

En pocas palabras, es el momento de renunciar a la hipocresía, a la actuación fingida. Es el momento de que empieces a verte a ti mismo desde la perspectiva de un absoluto e incesante creador. Comienza a observar, a darte cuenta de aquello que exactamente estás creando en cada momento de tu experiencia. Trae la cualidad de la inocencia infantil a lo que realmente estás experimentando, no a lo que le dices a todo los demás que tú estás experimentando. Es el momento de ser honesto con los efectos de las ondas de las rocas o de las piedras que has arrojado en el campo de tu consciencia como si fuera un gran campo de juego.

Porque un creador que ha llegado a entender su infinito poder de crear y que entiende que esto va a continuar sin fin, por siempre —que los efectos que ha estado generando momento tras momento, momento tras momento, son de hecho los que van a construir sus mañanas— gustosamente entregaría la energía de la negación. Y se dirigiría a observar a cada momento de su experiencia de forma que pueda discernir que elección debe haber hecho para lograr los efectos que actualmente está experimentando.

Cuando te llega una cuenta, una factura, y tu cuerpo se estremece temblando y comienzas a preocuparte y te contraes porque no hay suficientes monedas de oro (de dinero) en la chequera para pagarla, un creador consciente se detiene, hace una pausa y observa todo lo que está experimentando en el campo del cuerpo, en el cuerpo emocional y en los pensamientos que sostiene en la mente.

El creador comienza a darse cuenta, comienza a notar la forma en la que está viendo a los objetos a su alrededor, en el mundo a su alrededor, con el fin de comenzar a preguntarse asombrado:

“¿Qué pensamiento debo haber arrojado a la piscina de mi mente para crear el efecto de la falta de monedas de oro (de dinero)?

¿Y es ese el pensamiento que quiero seguir arrojando en mi mente de forma que pueda crear efectos similares a esos en mis mañanas?”

Aquí está el portar a la sabiduría. No hagas creaciones de forma inconsciente para luego darte media vuelta y marcharte como si no importaran. Sino que en vez de eso aprende de forma incesante de tu propia creación. Porque de esta manera comienzas el proceso de disolver la creación de un ser no-iluminado y comienzas a construir la creación de un Cristo —aquí y ahora, en este momento.


EL PODER DE TUS PENSAMIENTOS

Nunca, jamás creas que tus pensamientos son neutros. Dije antes que los eventos son neutros, pero tus pensamientos no lo son. Porque tus pensamientos, literalmente, están imbuidos con el poder de la creación. Tus pensamientos no crean de forma neutra. Es decir, cada pensamiento reverbera una cualidad de vibración que se propaga afuera de ti, toca las orillas de las costas de la realidad manifestada, y regresan a ti. Eso es lo que experimentas como los acontecimientos positivos y negativos de tu vida.

Ahora bien, es una gran verdad —por favor escucha esto cuidadosamente— que en cualquier momento mientras transcurre tu experiencia, a medida que experimentas la reverberación, el regreso de las ondas que has enviado hacia afuera, en ese mismo momento no eres víctima de lo que has creado. Debido a que en cada uno de esos momentos tú permaneces tan perfectamente libre como lo eras cuando la primera vez que arrojaste la piedra en el estanque que creó en primer lugar la onda. Tú eres libre de elegir cómo vas a experimentar el efecto de esa onda.

Y si experimentas eso (el regreso de la onda) con libertad incondicional, con aceptación incondicional, con Amor, con perdón, con neutralidad e inocencia, tú, literalmente, desactivas los efectos de esa onda en la piscina de tu consciencia. Y entonces, en ese momento, te vuelves instantáneamente libre para empezar a crear, de una nueva manera, las ondas que experimentarás en el futuro. Y es por eso que nunca eres una víctima de la creación de nadie, ni especialmente de tu propia creación.

No es que la vida ha llegado a ser tan compleja porque has creado todos esos impulsos y ahora estás atrapado en ellos. En cualquier momento que lo entiendas, que lo captas, tú podrías dejar de reaccionar como si fueras una víctima, y contemplar simplemente a las ondas que están regresando a ti y que habías enviado hacia afuera de ti mismo y expresar:

Esto ha llegado a mi campo de experiencia como un impresionante misterio.
¡Esto quiere decir que yo soy un ser increíblemente poderoso!
Por lo tanto, voy a contemplar amorosamente a esta onda.

Sí, ya sé que necesita manifestarse.
Pero a medida que lo hace, voy a ser lo suficientemente sabio para ver lo transparente que es,

para ver la falta de efecto que realmente tiene. No cambia lo que soy.
No añade nada a mi vida. No toma nada de ella. No me quita nada.
Simplemente es una experiencia llamada vida pasando por el campo de mi consciencia.

Si la contemplo amorosamente, si la abrazo, si la acepto, puedo transmutarla, y por lo tanto, ya me estaría comprometiendo en el proceso de creación de un tipo totalmente diferente de onda vibratoria que va a crear mis mañanas.

Esto significa que mientras el poder de tus pensamientos no es neutro, los eventos que llamamos efectos, que son los efectos de esos pensamientos que pueden ser neutros o no neutros, dependiendo de cómo se utilice el poder muy primordial de la consciencia. Estamos tratando de compartir contigo cuan infinitamente libre tú eres.

Hay muchos en el mundo que enseñan una doctrina ilusoria que denominan el karma —que postula que aquella onda que envías ahora, debes experimentarla tarde o temprano, y que de la forma cómo vas a experimentarla está directamente relacionada con la cualidad de la onda que enviaste. Eso no es verdad. Eso te convertiría a ti en una víctima.

Si estás hecho a imagen y semejanza de Dios, y yo te aseguro que lo estás, no eres una víctima del mundo que ves. No puedes, en realidad, ser víctima ni de nadie, ni de nada, en ningún momento porque tu realidad es que tú estás hecho a imagen de Dios. Si realmente pudieras ser una víctima, significaría que Dios no crea a semejanza de Sí Mismo. ¿Puede acaso un salmón provenir de un roble? ¿Puede una nebulosa salir del vientre de una mujer? ¿Puede acaso una frambuesa crecer en el estante de una tienda de comestibles? No. Lo semejante engendra lo semejante.

Por lo tanto, ¿por qué llegaste a creer que Dios —Quién no es más que Amor, Poder y Creatividad Ilimitada— podría alguna vez engendrar algo que fuera pequeño, diminuto e impotente? Eso jamás podría llegar a ocurrir. Dios no puede ser una víctima. Por lo tanto, la Creación de Dios permanece sin ser una víctima.

Todos los eventos permanecen neutros, y todo lo que el ecologista y el leñador están haciendo es usar el poder de la consciencia para crear momentáneamente “la creencia” de que son esto y no aquello. Valorizan o ponen un valor de su elección sobre un evento de energía que ellos llaman “árbol”. Y por medio del valor que han puesto sobre él, atraen a la cualidad de la experiencia que tendrán en el campo de la consciencia. Eso es todo lo que ha estado pasando.

La energía que hizo al árbol es eterna por siempre. Puede cambiar de forma, pero la Vida permanece. Por lo tanto, no lamentes la extinción de una especie, sino que confía en la Gran Inteligencia que en primer lugar le dio surgimiento. Porque todavía esa Gran Inteligencia sigue ocupada creando universos aún mayores. Es por eso que la pérdida no existe.

¿Cómo se relaciona todo esto con tu experiencia diaria? A medida que nos adentramos en las lecciones que siguen, esto que hemos visto será muy importante, porque te permitirá tener una base, unos fundamentos sólidos sobre los cuales puedas seguir construyendo y avanzar.


CINCO MINUTOS AL DÍA — LA BASE DE LA MAESTRÍA

Si estás listo para asumir la total responsabilidad de haber sido creado a imagen de Dios y que, por lo tanto, eres un eterno creador, empieza ahora a utilizar algo del tiempo de cada día, sin dejar pasar un día en el que te sientas contigo mismo. No con tu pareja, no con tus padres, no con la televisión, no con tu equipo deportivo favorito, no con tu actriz o actor favorito, no con tu religión favorita, no con tu dios, maestro, o salvador favorito, ni siquiera conmigo. Siéntate contigo mismo.

Siéntate contigo mismo y empieza a reconocer que eres Uno con Dios.

Entiende que el mismo cuerpo que parece tener un corazón en su interior y que está latiendo la Vida para ti, ese mismo cuerpo es el efecto de las decisiones y elecciones que has hecho. Que incluso la misma silla en la que estás sentado es el resultado de atraer a esa red de relaciones que es única en tu campo de consciencia llamado el universo físico. En este momento estás teniendo una experiencia que nunca has tenido antes. ¡Estás sentado en una silla ahora! El evento es completamente neutro. Y nada de lo que estás experimentando en tu consciencia existe o procede de ninguna fuente fuera de ti mismo.

Date a ti mismo cinco minutos para que practiques elegir la forma cómo vas a experimentar sentarse en una silla. ¿Vas a hacerlo con una mente llena de preocupación, o con una mente llena de paz? ¿Con una mente que está pensando en todas aquellas cosas que podría estar haciendo en este momento, o con una mente que se maravilla por la forma cómo se siente el peso del cuerpo cuando está presionado contra el asiento de una silla? ¿Con una mente que ha estado creando tensión por la forma como la respiración fluye a través del cuerpo o con una mente que crea soltura y comodidad?

Cinco minutos de práctica sentándote en una silla como un infinito creador de exactamente aquello que estás experimentando en tu campo emocional. Tan solo eso. Incluso hasta puedes jugar sobre cómo se sentirá el sentarse en una silla como un Cristo. ¿Cómo se sentirá? Voy a dejar que elijas si deseas experimentarlo o no. Cinco minutos de cada día. ¡Hazlo sin falta! Estate contigo mismo, y decide cómo vas a experimentarte a ti mismo ¡ahora!

Porque como ves, el que se sienta en la silla con todo lo que está pasando en tu consciencia —que es cualquier sentimiento y sensación que estés sintiendo en todo el cuerpo, lo que sea que esté ocurriendo en tus relaciones primordiales, cómo se está digiriendo la comida en el cuerpo, todo sobre ello, todo el ámbito de tu experiencia— es el efecto de la forma en la que ya has estado tú un millón de veces, y de la forma como te has sentado a estar contigo mismo en mil sillas diferentes.

Utiliza el proceso mismo de sentarte en una silla como un símbolo de preparar a la mente para arrojarle unas piedras, a partir de las cuales reverberarán las vibraciones u ondas que regresarán a ti de nuevo.

Es mucho más fácil enviar ondas y experimentarlas —lo cual estarías haciendo de igual modo— cuando estás regresan a ti de una manera que trae dicha, de una manera que te trae paz, alegría, diversión, risa, juego y lo ilimitado, en lugar de tener que estar constantemente dándote cabezazos contra algo que luego más bien tendrías que transmutar o de lo cual después tratarías de escapar.

Así que comienza con cinco minutos, en los que reconoces que puedes crear cualquier experiencia que desees, como un sentimiento que inunda toda tu consciencia, como una cualidad de pensamiento que tú permites que siga repitiéndose en la mente.


PRÁCTICA DE CINCO MINUTOS COMO CRISTO

Tú puedes sentarte en una silla como un Cristo Despierto —¡ahora!:

¡Yo y mi Padre somos Uno!
¡Es un día hermoso!

He manifestado una forma física que está sentada en una silla
en un rincón de una diminuta dimensión de la Creación.
¡Qué asombroso es este momento!

Creo que simplemente me sentaré aquí y sentiré el corazón latiendo en el cuerpo
y la respiración que fluye a través de él.

Ah, ahí escucho el sonido de un pájaro.
Me alegro de haber atraído eso hacia mí mismo.

Me gusta la manera como la comida está
siendo digerida en este cuerpo.

¿Qué hermosos pensamientos podría pensar justo ahora?
¿A quién podría enviarle Amor sin mover un dedo?

¡Soy ilimitado por siempre!
¡Soy libre! ¡Soy libre! ¡Soy libre!   

¿Crees que te gustaría tener esa experiencia durante cinco minutos? ¿Por qué no comenzar hoy?

Porque hay muchos de ustedes que en el plano físico, siguen buscando algún tipo de magia que les traerá el Reino de los Cielos. No puedes ofrecértelo a ti mismo. Solo puedes hacerte consciente del Cielo y de cómo lo estás utilizando para crear las ondas que envías desde ti mismo. ¿Conoces este dicho de tu mundo: “Dondequiera que vayas, ahí estás tú?”. Tú eres la creación de Dios. Tú estás en el Cielo ahora. El Cielo no es un lugar.

El Cielo es el estado de poder creativo ilimitado e infinito,
porque es el reflejo de la Santa Mente de Dios.

¿Por qué no ser alguien que practica ser la presencia del Cielo? Si esto te parece demasiado increíble o como que es algo que está mucho más allá de ti, entonces simplemente juega con ello durante cinco minutos al día.

Confía en mí, que yo no voy amarte menos, si por las otras veintitrés horas y cincuenta y cinco minutos decides jugar a fingir que sientes que eres poca cosa, que eres indigno, sin amor, carente de amor, indigno de ser amado, que eres el azote y la plaga de la Tierra y que la vida está constantemente victimizándote. Adelante sigue con eso. Yo no voy nunca a interferir con tu libre elección. Puede que yo no venga a llamar a tu puerta, excepto en esos cinco minutos. Pero tú seguirás siendo libre de utilizar el tiempo de la forma que quieras.

Por tan solo cinco minutos, experiméntate a ti mismo como Cristo, quien ha cristalizado un cuerpo como un medio de comunicación y como un recurso de enseñanza-aprendizaje temporal, que está sentado en una silla en un rincón totalmente neutro de la Creación, porque quieres tener la experiencia de sentarte dichosamente en paz en tu perfecto conocimiento de tu unión con Dios en este momento. Incluso hasta podrías encontrarte a ti mismo atreviéndote a tener pensamientos como éste:

Bueno, ya que soy un creador infinito,
¿qué me gustaría crear para mis mañanas?

Si durante esos cinco minutos, alguien toca la puerta y es el cobrador, ¿eso qué importa? Esa es la experiencia de un alma que piensa que es un cobrador y que tú eres una mala persona que él debe acorralar y atrapar. Déjalo que tenga su experiencia. Siéntate con calma, escucha los toques en la puerta y permítete a ti mismo entretenerte con los hermosos mundos que estás creando para tus mañanas.

Este es el camino recto y estrecho que lleva a la Vida[2]. Este es el ojo de la aguja a través del cual debes pasar[3]. Porque no es suficiente con solo abrazar la idea de que:

“yo soy el creador de todo lo que experimento”.

Debes además elegir ponerla activamente en práctica. Y eso comienza con la práctica de cinco minutos al día —eso es todo. Cuando sientas que puedes cumplir con eso durante cinco minutos, entonces puedes hacer que sean diez, y luego doce, y luego quince, y luego veinte.

Tal vez tú respondas:

“¿Tú me quieres decir, que si yo quiero durante veinte minutos podría pasar un rato como si yo fuera un Cristo encarnado, totalmente en unión con Dios, totalmente libre para empezar a crear diferentes ondas que nunca he experimentado antes, sabiendo que van a regresar a mí y que se convertirán en mi experiencia manifestada?

¡Por supuesto que sí, sin lugar a dudas! ¿Pero veinte minutos? Pienso incluso que si pudiera lograrlo, eso tan solo sería una pequeña fracción del tiempo de un día”.

Amado amigo, si tuvieras la fe como la de una minúscula, pequeña, y diminuta semilla, sabrías que a partir de esa poquita y diminuta fe, tú vas a crear al poderoso roble cuyas ramas te darán refugio del sol abrasador y que darán comodidad y bienestar a muchos[4]. ¡Veinte minutos es una eternidad cuando se trata de la creación de tus mañanas!

Si crees que las otras veintitrés horas deben ser tomadas para experimentar los efectos de lo que has creado hace mucho tiempo, es decir, de las ondas que regresan, que así sea. Juega con ello. Permítete transmutar esos momentos. Por ejemplo:

“Oh, aquí voy a responder a ver quién está tocando la puerta. Sí, es el cobrador. Hola, entre. Tome un vaso de agua. Ya sabes, tienes toda la razón, no pagué esa factura. ¿Quieres saber por qué? Sabes, qué tonto fui, en realidad hace tiempo yo decidí crear la experiencia de ser alguien que solamente puede crear escasez. Es por eso que no tengo dinero en mi chequera en este momento. Esto parece como una maldición, ¿no es así?”.

“Oh, muy bien, así que tú me vas a reportar, me vas a denunciar ante las autoridades, y ahora yo no voy a poder tener ningún crédito con nadie en el planeta. Bueno, adelante, si eso te hace feliz. Yo tengo otras cosas que hacer. Estoy ocupado creando un nuevo mañana”.

“Y sé que todo lo que está a mí alrededor me lo van a quitar de todas formas ya que todo lo que nace en el tiempo en el tiempo termina. Mi casa desaparecerá, mi automóvil desaparecerá, mi ropa desaparecerá y mis amigos desaparecerán. Todo lo que he experimentado en el tiempo está cambiando de todos modos, así que adelante y quítame eso, llévatelo ahora. Esto simplemente acelerará el proceso”.

No hablo de esa forma jocosa e irónica. Hablo desde la perspectiva de alguien que es un Cristo Despierto, que ya sabe cómo dar nacimiento a universos para crear aquello que es santo, bueno y hermoso. que este es el camino. Es el único camino. Suelta el valor que le has dado a tus experiencias, incluso la que has tenido con el cobrador, y más bien pasa tu tiempo decidiendo qué piedras vas a arrojar en el campo de tu mente. Porque tú vas a crear como resultado de lo que elijas pensar hoy. Y lo que valores hoy, se te manifestará mañana.

Yo aprendí a valorar lo ilimitado. Aprendí a valorar el Amor. Aprendí a valorar la “ausencia de miedo”. Sí, mi método para lograr eso fue muy único, y no te recomendaría que siguieras mis pasos. ¡A menos, por supuesto, que te guste el drama de ser clavado en una cruz y luego ser levantado delante de todos tus amigos con el fin de aprender a trascender el miedo en tu mente!

Aprendí a valorar la ininterrumpida comunicación con cada alma en todas las dimensiones de la Creación. Aprendí a valorar solamente a mis pensamientos amorosos. Y di nacimiento o hice crecer a un Cristo a partir de la misma semilla de consciencia que existe por igual en cada uno de ustedes.

Por consiguiente, en este momento, mira a tu alrededor en el lugar donde te encuentras. Contempla a los objetos que veas. Contempla a las personas que veas alrededor de ti, si hay alguna. Nota cualquier sonido que pueda estar llegando a tu campo de consciencia. Nota cualquier imagen o idea que puedas tener de lo que tú eres o de lo que es el mundo. Estas son todas ilusiones efímeras y temporales. Ellas pasarán[5], y comenzaron a desvanecerse desde el momento en que fueron creadas.

Por lo tanto, en verdad, amado amigo, Observa todo lo que hay a tu alrededor, y decide qué valor tiene para ti. ¿Vas a verlo como algo que debes tener en tu existencia? ¿O vas a elegir verlo como algo que juguetonamente has atraído hacia ti mismo; como algo que aprecias momentáneamente y que podría irse mañana y que tu paz no se vería afectada? ¿De qué manera vas a ver el mundo?

Cinco minutos —uno por cada dedo de la mano— en los cuales decides sentarte como Cristo en medio de tu reino, tu creación. En los que decides que pensamientos vas a tener y que, por tanto, determinarán la forma de ver todo lo que está en el campo de tu consciencia y a cuáles pensamientos les permitirás comenzar a generar las ondas que vas a enviar y que van —no hay manera de escaparse de esto— a regresar a ti.


PLANTANDO LA SEMILLA QUE PRODUCE EL RESULTADO DESEADO

En verdad, había una vez un agricultor que salió a sembrar una semilla en su terreno[6]. Pero antes de ir a plantar la semilla, él seleccionó la semilla con mucho cuidado. Los otros agricultores salieron apresuradamente porque pensaron:

“Oh, mira, es el momento de comenzar la siembra. Todo está perfecto. Las condiciones son las adecuadas. Tenemos que darnos prisa y sembrar”.

Y ellos compraron cualquier tipo de semilla que pudieron obtener y salieron a extenderlas por todo el terreno, y comenzaron el arduo trabajo de hacer lo que tenían que hacer. Ten la seguridad, de que ellos obtuvieron lo que cosecharon. Pero el agricultor sabio esperó, y mientras él se reía de sus colegas, seleccionó cuidadosamente cada semilla. Esperó hasta que pudo sostenerlas en la mano y dijo:

“Oh, me gusta la vibración de ‘esta semilla’. Ésta se siente muy bien. ¡Oh sí! Ya hasta puedo ver la hermosa planta que va a surgir de esta semilla. El fruto de esta semilla será lo más dulce del valle”.

Y él recolectó sus semillas. No hizo caso al paso de las fechas del calendario. No prestó atención a las condiciones climáticas cambiantes. Él sabía que cuando llegara el momento la semilla sería plantada, y que de ello brotaría la flor de esas semillas. ¡Él lo sabía! Él no pensó en las opiniones de sus colegas. Disfrutó el proceso de amar a las semillas que él había tomado como propias.

Luego el agricultor salió y echó la semilla en el terreno de su granja, que es semejante al terreno de tu propia consciencia. Él plantó las semillas, las apisonó, las nutrió, las regó, y así las fue cultivando con una sonrisa en su rostro.

Y sí, las semillas de los vecinos parecían que ya estaban brotando por todo el terreno. Pero eso a él no le importaba, pues sabía que estas semillas las que él había seleccionado, le traerían a él una cosecha eterna, pero que no son de ese tipo de semillas que una vez que brotan del suelo, entonces lo que dan es una especie de fruta mediocre y que luego se muere. Porque él había seleccionado las semillas que constantemente le brindarían, en cada temporada, la mejor de las frutas[7]. Él las amaba, las nutría, y las cultivaba.

Mucho después de que los otros agricultores se habían desanimado y cansado, ya que habían experimentado la sequía, y en aquellos lugares donde las semillas dieron fruto vinieron luego los insectos y los dañaron de tal forma, que así no serían adquiridos por la gente en el mercado. El agricultor sabio se convirtió en el más grande de los agricultores en todo el valle. La gente quería venir de todas partes del mundo a dar un mordisco, a tomar un pequeño bocado, del fruto que provenía de su jardín.

Sin embargo, el sabio agricultor simplemente se deleitaba continuamente en amar y nutrir a estas semillas, y en cultivar diariamente a la tierra en la que fueron plantadas. Nunca apartó su consciencia de su perfecta unión con esas semillas. Ni una sola vez se olvidó de que él fue quien creó su granja como resultado directo de su cuidadosa selección de aquellas semillas que iba a plantar en su suelo. Y mientras que algunos se maravillaron de su buena fortuna, y que otros estaban envidiosos de su buena suerte, el agricultor siempre supo que no hubo ninguna magia involucrada.

Él simplemente siguió los pasos de sabiduría que Dios le dio:

“Toma Mi Fruto y plántalo en tu consciencia. Que sepas que eres Uno Conmigo, y que el Fruto de lo que experimentas es el resultado de las semillas que plantas en tu propia consciencia. Que sepas que no puedes dejar de experimentar el resultado, el fruto, de las semillas que plantas. ‘Nada’ brota en la vid de tu experiencia por accidente”.

 “Por lo tanto, crea Conmigo, Mi Hijo. Crea a semejanza de Mí Mismo, al saber, ‘al saber’ que eres un creador, un agricultor, un sembrador. Y que tú, de hecho, cosecharás la ‘cualidad’ de las semillas que siembres”.

 “Así como tú, Amado Hijo, eres la cosecha de la semilla que una vez Yo sembré, cuando por primera vez tuve la idea de ti en Mi Santa Mente. Y en ese momento, tú surgiste como un rayo de luz de sol, hecho a Mi Imagen. Te tuve como el pensamiento de Amor en la forma. Y Yo te concedo a ti todas las cosas buenas”.

 “Por lo tanto, contémplate a ti mismo como Yo te veo a ti. Abrázate a ti mismo como Yo te abrazo. Acéptate cómo eres —un creador que crea sin fin”.

 “Y del mismo modo como Yo me senté en Mi Trono —como dicen que dijo el Dios de Toda la Creación, que esto realmente significa es estar en el centro de Todo Lo Que Es— y Te contemplé a ti como un pensamiento ‘amoroso’, así también elije tú solo permitir que entren pensamientos amorosos en tu consciencia”.

“Elije solo permitir que pensamientos amorosos se expresen en tus palabras. Elije solo permitir que pensamientos amorosos se traduzcan en tus gestos, en tus elecciones y tus acciones”.

 “Y por consiguiente, crea como Yo te creé a ti —aquello que extiende la dicha y la felicidad por siempre, aquello que extiende lo santo, lo bello y lo bueno por siempre. Para eso es para lo que tú eres. Así es como Yo te pensé a ti cuando te creé. Y eso es lo que permanece eternamente”.

“Por lo tanto, únete a Mí, al extender tu creación, como Yo te he extendido a ti. Puesto que has manifestado un cuerpo físico, acepta las enseñanzas de mi Hijo, y deja que el cuerpo se siente en una silla, en la que podrás pensar, como la Mente de Cristo durante cinco minutos”.

“Y comenzarás a engendrar a una eternidad que refleja el Resplandor del Cielo, tal como tú reflejas Mi Resplandor cuando Yo te contemplo como el Alma ilimitada que tú eres”.

De hecho, en todo el valle solo había un agricultor que era sabio. ¿Vas a elegir unirte a la alianza comprendida por todos los agricultores apresurados? ¿O vas a elegir establecerte como el agricultor que sabe cómo crear sabiamente, y con fe, que descansa en perfecta certeza, y que simplemente se sienta a esperar a que las ondas del Cielo vengan y reemplacen a las ondas del infierno, que una vez tú creaste inconscientemente?

Cada uno de ustedes es un ministro. Tú no puedes dejar de dar tu ministerio al mundo en cada momento. Por lo tanto, comienza tu ministerio de Consciencia Iluminada ¡ahora! Y absolutamente te prometo esto, de manera irrevocable:

¡Tú experimentarás todo lo que yo he conocido y mucho más!

Experimentarás la completa victoria sobre la muerte. Experimentarás la completa ilimitación y la total abundancia. ¡Experimentarás la paz perfecta, la perfecta mentalidad milagrosa, y la ininterrumpida perfecta comunión en felicidad con toda la Creación!

Una vez, cuando yo era un hombre, me enseñaron a sentarme en la base de un árbol durante cinco minutos al día e imaginarme a mí mismo como el creador de todo lo que se me ocurriera pensar, de todo lo que pudiera visualizar, y de todo lo que pudiera sentir. Cinco minutos tomados de las horas de juego de un niño.

Tú eres un niño que juega en su propio reino. ¿Vas a darte a ti mismo cinco minutos para aprender a ser un Cristo que crea en ilimitada perfección en alineación con la Mente de Dios, cuya experiencia es siempre radiante de felicidad y libre de la limitación y el miedo? Tú experimentarás tu creación. Lo que la creación es, y cómo la experimentas, depende completamente de ti.

El mensaje de esta lección, que amplió el mensaje de la lección anterior, empieza a traducir, a convertir a la Verdad en una acción —muy simple, pero muy práctica— tan simple y tan práctica que te será difícil encontrar una razón, una excusa, en contra de ella. Para aquellos que están tan ocupados tratando de afrontar todas las cosas que la vida les “lanza”, incluso sabes que puedes encontrar cinco minutos. Y esos cinco minutos pueden ser el principio de dar nacimiento a un universo completamente nuevo para ti.

Hmm. ¡Qué te sientes en tu silla feliz! Y con eso, que la paz sea contigo siempre al tomar la decisión de elegir recibir la paz como un Cristo. En ello radica el secreto de gran parte de lo que será compartido en tus próximas lecciones. Porque lo que yo busco específicamente lograr con El Camino de la Maestría y con este trabajo específico que tú conoces y llamas Shanti Christo[8], es el nacimiento de una multitud de Cristos que habiten sobre la tierra al mismo tiempo. ¡Esto nunca se ha había hecho antes!

Imagina un mundo con diez millones de Hijos de Dios Despiertos —completamente despiertos— no solo como una creencia o una idea, sino que han logrado dominar con maestría el miedo, que ya no viven en la duda en lo absoluto, y que están ocupados creando universos que reflejan perfectamente el Reino de los Cielos. ¡Imagínalo! —¡si te atreves!

Eso comienza ahora. Practica bien por los próximos treinta días. Si no, te encontrarás teniendo que regresar atrás, a volver a comenzar de todos modos, antes de poder recibir la siguiente fase de lo que va a ser compartido. La decisión es tuya. Que la paz, sea contigo siempre. Amén.




[1] Mateo 18:21,22 “Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. (N. del T.)
[2] Mateo 7:13,14 “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. (N. del T.)
[3] Mateo 19:24 “Y otra vez os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico (rico en pensamientos falsos) entre en el reino de Dios”. (N. del T.)
[4] Mateo 13:31,32 “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas”. (N. del T.)
[5] Mateo 24:35 “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”. (N. del T.)
[6] Mateo 13:3 “Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar” (N. del T.)
[7] Marcos 4:20 “Y otros son aquellos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno”. (N. del T.)
[8] Shanti Christo Foundation es una organización fundada por Jayem para la difusión del mensaje de El Camino de la Maestría. (N. del T.)




Nota:
Lección revisada, se hicieron algunas pequeñas correcciones a la traducción (el 2410/2016).



Nota del Traductor

El traductor de este libro procede de Venezuela. Esta es una traducción no oficial. Se le recomienda a los lectores adquirir la traducción oficial en www.shantichristo.com también pueden obtener otros materiales complementario en la Fundación Shanti Christo. La traducción es casi literal para no alterar en nada el mensaje original de Jeshua ni la estructura del texto, es la intensión de Jeshua permitir que cada frase se retenga dentro del corazón, que cada idea llene la mente y el cuerpo con su frecuencia o vibración real. Ya que así fue diseñada cada palabra, la estructura de cada frase, la cadencia y el humor. Se ha evitado el uso de términos que pudieran desconcertar a los lectores de los otros países de habla hispana. La mayoría de los pronombres de la segunda persona del singular y del plural se han traducido por “tú/tu/ti/te/tus” incluso cuando está claro que Jeshua le habla a un grupo de personas. 


La Fundación Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.

Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/ 



Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz, 



El Camino de la Maestría

se compone de tres libros:


1er  Libro   "El Camino del Corazón"

       de la Lección 1 a la 12


2do Libro  "El Camino de la Transformación"

       de la Lección 13 a la 24


3er Libro  "El Camino del Conocimiento"

       de la Lección 25 a la 35


Recomendaciones: 
  • Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
  • Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
  • Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
  • Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.

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