lunes, 22 de febrero de 2016

LECCIÓN 20: LA VIGILANCIA A FAVOR DEL REINO

12/05/2015                       El Camino de la Transformación Lección 20.  Jeshua-Jayem                                @cursorecargado

LECCIÓN 20

LA VIGILANCIA A FAVOR DEL REINO


Nosotros venimos a morar y permanecer contigo porque tú lo has pedido. Venimos a permanecer contigo porque somos una parte de ti. Existimos donde te encuentras. Nosotros permanecemos como la Verdad de lo que eres.

Por lo tanto, queridos amigos, por favor, entiendan bien que hace tiempo cuando llegamos, dentro del campo de lo que llaman lo físico para crear la comunicación con ustedes, no venimos a ustedes desde ningún otro lugar. Venimos a ustedes desde lo profundo —del corazón, de la esencia— de eso que es la Mente, de eso que es el Amor, que es de donde la conciencia emerge. Venimos desde la Realidad. Y nos unimos a ti en el único lugar en el que verdaderamente la comunicación puede ocurrir —en la Realidad.

Esto solo puede significar que en aquellos momentos en los que sientas —no solo intelectualmente— sino cuando sientas inmediatamente y comprendes verdaderamente lo que comunican las palabras que elegimos, en ese momento no moras en el tiempo, no moras en la ilusión, tú moras en la Realidad. En ese momento, hay quietud, y literalmente no hay distancia entre nosotros.

Cuando hablamos aquí de la distancia, nos referimos no solo en lo que ésta concierne en términos físicos, sino que también queremos decir que tampoco hay distancia entre nosotros cualitativamente. Es decir, en el momento en que recibes la Verdad, no es el caso que estemos por encima de ti, más allá de ti, o incluso que vayamos un poco por delante de ti. Tú comprenderás la esencia de la Verdad desde la esencia de la Mente de Cristo, que es la única Mente que puede comprender la Verdad y la Realidad de Dios.

La Verdad está necesariamente dentro de ti, y ha estado dentro de ti desde antes del nacimiento del tiempo. Ha estado contigo desde antes de que esa pequeña, y demente idea pareciera deslizarse a través de la extensión de tu mente y que tú decidieras creer en ella. Esa realidad no te la pueden quitar. Es a partir de esa realidad que tienes conciencia de tu propia existencia. Es a partir de esa realidad que tú acumulas el combustible para crear la percepción de lo que más deseas. Y las percepciones que más deseas son precisamente las que estás experimentando en cualquier momento dado.

Ahora bien, aquellos que han permanecido en la Realidad mientras tú escuchabas estas palabras, de inmediato saben que eso significa que en ningún momento y bajo ninguna circunstancia tus percepciones han recaído sobre ti desde alguna fuente o fuerza externa a ti. Tú sabes que en cada momento, tú —y solo tú— has creado la percepción, y por lo tanto, la experiencia que tienes en el campo de la mente, por ninguna otra razón que porque tú lo has deseado.

Esa es la razón por lo que la propia vía del despertar, independientemente de la forma que adopte, siempre es un reentrenamiento de la mente. Se trata de la decisión de elegir disciplinar la mente en cada momento, para enseñar solo Amor, para mantener solo pensamientos amorosos, y de reconocer que no existe tal cosa como un pensamiento que sea ocioso o inactivo, ya que cada pensamiento o percepción que tiene lugar en la mente genera inmediatamente tu experiencia. Esa experiencia es como una piedra que fue arrojada en un estanque que envía una reverberación, una vibración, en todo el campo de tu ser. Y ese campo va mucho, pero mucho más allá de lo que comúnmente se percibe como los límites de tu cuerpo.


LO QUE DESEAS, LO EXPERIMENTAS

Amados amigos, ustedes experimentan solo lo que desean. Es por eso que el deseo es siempre la primera y la clave más fundamental para el proceso de despertar. Es por eso que el deseo es la energía que es conocida por igual por todas las mentes, en todos los reinos, en todas las dimensiones, en todos los mundos. Es por medio del deseo que tú decides renunciar al valor que has puesto en la percepción limitada. Es por medio del deseo que tú decides enseñar solo Amor. Es por medio del deseo que el Reino se restaura en tu mente. Porque fue por medio del deseo que tú naciste en la santa Mente de Dios.

La forma más sencilla de descubrir qué es lo que deseas en cualquier momento es simplemente detenerte a observar:

¿Qué pensamientos tienen lugar dentro de mi mente en este momento?
¿Cómo estoy percibiendo el mundo que parece estar alrededor del cuerpo?

Muy especialmente observa:

¿Cómo me estoy percibiendo a mí mismo en este momento?

Con honestidad, verás muy fácil y rápidamente lo que más deseaste experimentar en este momento.

Puede que, de hecho, sea muy impactante cuando la conciencia comienza a volverse sobre sí misma para observar el mecanismo de sus propios procesos de pensamiento en el mundo. Y entonces, tener la idea de que los pensamientos que están bailando en la mente están allí por ninguna otra razón que haber sido deseados por la verdad de lo que eres.

Tú eres ese poder —ese poder— que ha nacido de la Mente de Dios, hecho a imagen de Dios, es decir, con el poder infinito, para crear lo que elijas experimentar. El deseo, es pues, esencial para comprender el propio proceso de transformación, porque lo que tú deseas, lo experimentas.

Cuando caminé en tu planeta como un hombre, aparentemente envuelto en un cuerpo o como un cuerpo, yo también tuve la necesidad de aprender a observar la naturaleza de mi propia mente, y de descubrir qué era lo que estaba deseando en cualquier momento dado.

La vigilancia a favor del Reino significa volver a reentrenar la mente hasta que ésta desee, solo Amor, solo el Reino, solo la iluminación, solo la paz, solo la realidad. Cuando la mente ha sido así reentrenada, en ese momento ya no hay más ninguna sensación de un yo separado luchando para encontrar a Dios. Ya no hay ninguna sensación de un yo separado que sabe de carencia. Ya no hay ninguna sensación de un yo separado que es indigno de ser la encarnación de Cristo. Y en ese momento, el cuerpo puede que parezca que continúa o podría desintegrarse.

Al cuerpo mismo se le percibe en una luz muy diferente. Ya no se le ve como algo denso y duro que parece separarte de tus hermanos o hermanas. Se le ve solo como una danza de sombra que le ofrece la oportunidad a Cristo —temporalmente— de hablar el idioma de los que creen que el cuerpo es todavía real para comunicarse. Y para dejar caer una piedra en el estanque, que envíe una reverberación, una vibración, a través del cuerpo que se irradie y sea reconocida por todo el mundo —tal vez no aceptada, pero si reconocida.

Es por esto que tú has oído muchas historias, algunas incluso relacionadas a mí, que cuando un maestro camina sobre el planeta, ocurre algo en el campo de la energía, en la mente de los que están en su proximidad. Hay una energía que se transmite. No es que el maestro los cambia a ellos; es que la Verdad en ellos repentinamente se acelera en al menos un recuerdo muy temporal de lo que es verdad. Y una ilusión se desecha. O quizá, todas las ilusiones se desechan.

El cuerpo se convierte en un medio casi mágico de comunicación. Parece ser algo sólido. Parece ser lo que eres. Sin embargo, cuando la mente es reentrenada profundamente, y se ha completado la purificación, el cuerpo simplemente se vuelve transparente y sin sentido —excepto para extender la luz del Amor.

He compartido contigo muchas veces que para despertar como Cristo se requiere que comiences tu viaje como Cristo. No es posible que te transformes a ti mismo con el objetivo de convertirte en Cristo, pero si es posible simplemente que aceptes la idea de la Verdad. Y luego dejar que eso sea la base fundamental a partir del cual tu vida se expresa a sí misma —y que así comiences a pensar con Cristo, que así comiences a respirar con Cristo, que así empieces a visualizar con Cristo.


LA DECISIÓN DE ACEPTAR LA VERDAD QUE ES VERDAD SIEMPRE

El Camino de la Transformación —y por favor escucha cuidadosamente— no es un proceso de cambiar la falta de valía en ti hasta el punto que, por último, toques la puerta del Cielo, y entonces despiertes. Más bien El Camino de la Transformación se apoya en tu decisión de aceptar la Verdad que es verdad siempre:

Ahora que he descartado todo esfuerzo. Yo y mi Padre somos uno, ¿cómo viviría un Cristo en esta dimensión? ¿Cómo se manifestaría Cristo a sí mismo o a sí misma en cada momento de la experiencia? ¿Cuál voz escucharía Cristo? ¿A cuál visión él o ella servirían?

La lucha o esfuerzo por despertar es en sí el obstáculo para lograrlo. Es por eso que se te dio el simple ejercicio de permanecer como Cristo por cinco minutos[1] (N. del T. este ejercicio lo agregué como un anexo al final de esta lección). Y si, en verdad, tú deseas a Cristo por sobre todas las cosas, ¿no participarías en ello todos los días? Porque aquello que desees y ames es a lo que le pondrás toda tu atención. Si amas a Cristo, entonces deja que Cristo te impulse, que te atraiga a pasar cinco minutos al día en la comprensión de que solo puedes ser como fuiste creado.

Habiendo aceptado eso, como la verdad, entonces pregúntale a tu propia Mente Crística acerca de cómo vas a vivir este día. Porque la mente que está despierta no ve ninguna distinción entre estar y no estar aquí. No ve ninguna distinción entre el Cielo y la Tierra. No ve ninguna distinción entre la eternidad y el tiempo. No ve ninguna distinción entre lo no-material y lo material o físico. No ve ninguna distinción entre lo extraordinario y lo ordinario.

Sino que más bien, la realidad regresa a la mente, y ésta impregna a su vez lo que la mente experimenta. Y literalmente el mundo que una vez creíste conocer —edificios, automóviles, gobiernos, y todo lo demás— simplemente se convierte en una ilusión inofensiva temporal que parece haber "engañado" a tus hermanos y hermanas, quienes son una parte de ti.

Porque el mundo es visto ahora en su transparencia, y ya no te da miedo. Tú eres libre de caminar y permanecer en él todo el tiempo que dure el cuerpo —tranquila y alegremente, vas a realizar tus más extraordinarias tareas ordinarias, salvo que ahora ellas se han convertido o traducido en los medios por los cuales tú demuestras la verdad del Amor al mundo.

El reaccionar, el sufrimiento, la duda, la depresión —en otras palabras, el mal-estar— solo puede ser el reflejo de la decisión de utilizar el poder de la mente para desear, y por lo tanto de percibir y experimentar, lo que es diferente a la verdad del Reino.

La libertad, la paz, lo ilimitado, y sobre todo, la valentía debe ser necesariamente el resultado de la decisión de utilizar el poder de la mente para recordar, para darse cuenta, para permanecer, y para extender la Verdad que es verdad siempre. Entonces el fenómeno pasajero llamado vida es simplemente visto como un delicioso baile. No tiene ningún propósito en sí mismo.

Una vez, tú le diste un propósito diferente al de Dios. Pero como Cristo, el propósito que tú ves en el mundo es compartido por tu Creador contigo. Tu voluntad se ha convertido en la misma que la de Dios: solo acatar y estar al servicio del proceso por el cual aquellos que han sido "engañados" pueden recordar la verdad y ser libres. Ya no importa la forma en que se produce; es decir, la forma en que tus enseñanzas se dan. Todo es igual. No ves ninguna diferencia entre tu forma y la de cualquier otra persona, porque tú reconocerás a los maestros de Dios.

En donde te encuentres en cualquier momento se convierte en un regalo divino, literalmente, éste ha caído en tu regazo como una oportunidad para disfrutar el recuerdo de que eres uno con Dios. Una oportunidad para recordar que todo lo que estás viendo es una ilusión pasajera en el sentido de que antes tenía un propósito que parecía de concreto, y ese propósito se ha disuelto y se ha ido:

¿A dónde se fue el mundo? Yo pensaba que era un lugar de miedo. Yo pensaba que tenía que salir adelante. Yo pensaba que había quienes me podían victimizar. Ahora sólo veo inocuidad. No veo nada por ahí que puede añadirme nada a mí. Estoy simplemente en reposo y en paz, deleitándome mientras juego en el Reino de mi Padre. Y donde yo me encuentre, Cristo mora.

Así que la distancia desde donde puede que todavía te percibas que te encuentras y donde puede que tú nos percibas que estamos, está solo a la distancia de una decisión. Esa decisión te ofrece la bienvenida. Nadie puede quitarte el poder de decidir apropiarte de tu identidad como Hijo de Dios.


OBSERVANDO TUS DECISIONES

Observa bien, entonces, en este momento. Detente y observa dentro de la mente. Luego observa este simple día que viviste hoy. ¿Y pregúntate qué has deseado en este día? Y deja que la memoria te traiga las decisiones que has hecho hoy. Observa las decisiones que has hecho de cualquier sentimiento, percepciones y pensamientos. Obsérvalos con perfecta inocencia. Solo obsérvalos,

"Ah, en ese momento en verdad yo no estaba deseando la paz. En ese momento en verdad no deseaba el recuerdo perfecto. Hmm. Que interesante."

Si puedes encontrar un momento en este día que has vivido hoy —incluso si comenzaste a leer esta lección cinco minutos después de que te levantaste de la cama— si observas bien en esos cinco minutos, puede que simplemente descubras que hubo al menos un momento en el que tú deliberadamente no elegiste desear recordar la unión con Dios.

Ahora bien, ¿significa esto que vas a caminar por todas partes diciendo: "Deseo la unión con Dios. Deseo la unión con Dios"? Esas son solo palabras. El deseo es un sentimiento. Este impregna el corazón. Se podría decir que lo sientes en el cuerpo, lo cual realmente solo es lo profundo de la mente de todos modos.

Observa bien y ve si hubo un momento en el que utilizaste el poder de la mente para decidir contra el Reino. Cuando encuentre ese momento, solo míralo, observarlo con inocencia, y simplemente di: "Yo pude haber elegido de otra manera." ¡Así es la simplicidad y el poder que es el Reino!

El mundo sigue estando incausado por cualquier cosa fuera de tu propia mente. Sin embargo, dentro de él, se te ha dado el dominio completo. Esto significa que dentro de la única Mente de Cristo, se produce la individualidad. Por un momento, percibe que la única Mente de Cristo como un océano, donde surgen las ondas individuales, hechas de la misma sustancia —perfecta libertad, perfecto conocimiento de unión con Dios. En esa libertad, el poder de decidir o de desear está presente. Y el deseo engendra mundos sin fin. Así fue como tu planeta entero alguna vez se originó. Así fue como tu sistema solar entero alguna vez se originó. Todo tu universo nació del deseo.


LA CLAVE DE LA TRANSFORMACIÓN — ES ASUMIR LA RESPONSABILIDAD TOTAL

La clave, entonces, para la transformación de tus experiencias vividas, mientras que dure el cuerpo, es asumir la responsabilidad total por la forma o la manera en que estás eligiendo utilizar la mente. Recuerda que solo  puedes pensar un pensamiento, solo  puedes tener una idea. Esa idea no puede entrar en tu dominio, sobre el cual tú tienes completo dominio, a menos que tú hayas enviado una invitación. Así de simple es la manera como esto funciona.

Es un espejo de lo que Dios es —infinita y perfecta libertad. Dios simplemente nunca se desvía de desear solo la extensión del Amor, el nacimiento de lo que es semejante a Sí Mismo —tú. Tú voluntad se une con la de tu Creador cuando decides darle nacimiento solo a lo que refleja el Amor —lo bueno, lo santo, y lo bello.

La mente, como has llegado a saberlo, te engañará si piensas así, "Bueno, si vivo de esa manera el noventa y cinco por ciento del tiempo, entonces, qué diablos si, en el cinco por ciento de tiempo que me queda puedo hacer otra cosa". Eso es absolutamente cierto. Sin embargo, entre más llegues a desear realmente solo lo que refleja la verdad de quién eres, serás capaz de tolerar cada vez menos discrepancia dentro de ti mismo.

Es por eso, que cuando cualquier mente que verdaderamente comienza a despertar, se le hace más y más doloroso seguir con ciertos pensamientos o comportamientos que no reflejen el deseo profundo del corazón. Ésta es la razón por lo que la brecha es cada vez menor —la brecha de la inconsciencia, la brecha en el que la mente trata de defender sus decisiones y percepciones— hasta que finalmente, descansa en completa vulnerabilidad.

Ésta vive en la completa inocencia y ya nunca jamás —y por favor, escucha cuidadosamente— ya nunca jamás los miedos cambiarán por dentro su sistema de pensamiento. Ya nunca jamás tendrá miedo de ser desafiada por otra mente porque tiene sed solo de crear un sistema de pensamiento que de nacimiento a lo bueno, lo santo y lo bello.

Ya nunca jamás dará explicaciones. Ya nunca jamás se defenderá. Ya nunca jamás tratará de convencer. Simplemente permanecerá y se entregará a la corriente de Amor que fluya a través de ella. Toda idea presentada por otra mente se convierte en algo para vivirlo, algo para digerirlo, para ver si hay una joya en su interior que puede añadir belleza a su propia expresión de lo bueno, lo santo y lo bello. Todo se convierte en "grano para el molino."

Ya nunca jamás existirá la necesidad de estar a la defensiva. El cuerpo ya no está tenso. La respiración no es entrecortada. Solo hay vulnerabilidad. Ya no hay la necesidad de ocultar. Ya no existe la necesidad de preocuparse por las percepciones de los demás, ya que una percepción no puede hacerte daño. ¡Solo hay tal amor en el Ser que es nada menos que el que Dios dará!

Así que de nuevo en esta lección, hablaremos sobre el tema del deseo. Buscamos llevarte al punto de que te des cuenta de que el deseo es el gran poder de la creatividad. Es lo que da nacimiento a tu propia experiencia. El deseo es perfectamente libre. Ese deseo, ese poder de desear, está dentro de ti y que nunca estarás sin él. Es imposible estar sin deseos, ya que solo puedes encontrarte a ti mismo donde has deseado estar. Incluso si estás en una profunda y perfecta meditación silenciosa, estás allí a causa del deseo.

Por lo tanto, queridos amigos, por favor decidan este día asumir la responsabilidad de lo que desean. Reconoce que lo que desees será lo que experimentarás. Reconoce que lo que deseas, literalmente crea la vía por la que vas a experimentar ya sea el cielo o el infierno, la paz o la turbulencia, el amor o el miedo. En cada momento de deseo, justo donde te encuentras, tú has dado nacimiento a un mundo entero. Porque debido a ese deseo, tú vas a crear tus percepciones de todas las cosas desde tú mismo hasta la más lejana de las estrellas, todo en una fracción de segundo, en un instante de la eternidad.

Parte del viaje, entonces, de El Camino de la Transformación es aprender a transformar tu experiencia de vida, de modo que la disfrutes cada vez más y más, te apegas a ellas cada vez menos y menos, sin miedo en lo absoluto.

Hay muchos en el mundo que todavía perciben la espiritualidad como una manera de salir del lugar en el que se encuentran, sin entender que no pueden estar en ninguna parte salvo que en su propia mente. Y mientras exista el deseo de salir del mundo donde están, permanecerán atrapados dentro de él, porque sólo el amor puede sanar.

Por lo tanto, el camino de la sanación, que es El Camino de la Transformación, requiere que te vuelvas hacia adentro para ver a tus creaciones, que te vuelvas a ti mismo y observes a tú propia mente y que le lleves Amor a lo que está emergiendo, que surge del deseo de ser la presencia de Cristo.

Ahora bien, ¿significa esto que mientras dure el cuerpo y te encuentres en el mundo del espacio-tiempo y el movimiento y todo lo demás, que no vas a trasladar el cuerpo de un lugar a otro? ¡Por supuesto que no! ¿Significa que las relaciones tridimensionales no vendrán y se irán? ¡Por supuesto que no!

Lo que esto significa es que te volverás completamente libre de la antigua percepción de que la atracción a cierta relación te va a añadir algo a ti, o que evitar una determinada relación te va a mantenerte a salvo. Más bien, comenzarás a tener la libertad de dejar que la danza de la ilusión de la tercera dimensión, simplemente siga su día. Porque ya no tiene poder sobre ti.

El más alto estado de conciencia, entonces, es aquel en el cual la percepción ha sido totalmente limpiada y purificada y es como una paradoja, al tratar de explicarla. Porque te observarás a ti mismo y te verás a ti mismo como un cuerpo-mente, con un cierto nombre, que vive en un cierto lugar, en cierto planeta, que hace unas ciertas cosas.

Pero al mismo tiempo, en el mismo campo de tu mente, tú sabeque no eres ese cuerpo, que no eres ese nombre, que no eres esa historia —que eres algo más. Tú eres algo grandioso, eres algo divino, eres algo misterioso, tú eres algo que está más allá de la comprensión de cualquier mente, al menos en el reino del pensamiento.

Y tú, literalmente, conocerás y sentirás en lo más profundo de tu ser la verdad de ambas cosas. Y ya nunca más habrá oposición entre ellas. Ya no mirarás a la personalidad y verás una gran división entre ésta y la naturaleza de la Mente de Cristo —porque las dos se habrán llegado a fusionar como una.

Verás los eventos más comunes que experimentas con tu cuerpo y no verás diferencia alguna, entre eso y el Reino de los Cielos. Esto simplemente surge, y se mantiene literalmente, impregnado, y rociado por la realidad de lo que siempre es verdad.

Sabrás que eres totalmente libre cuando ya no sientas ningún tipo de obstrucción a lo que sea que surja en el campo de tu experiencia. ¿Por qué? Debido a que simplemente lo verás como otra oportunidad para decir:

Espíritu Santo, ¿qué quieres que diga? ¿Qué quieres que haga? ¿Cómo te gustaría que sea este momento para mí para que simplemente me dé cuenta de que sólo el Amor es real?

Entonces, escucharás esa voz. La sentirás en lo profundo de tu corazón. Y solo actuarás con esa voz y con ninguna otra. No escucharás lo que otras mentes piensen que tú debes hacer. Tú solo escucharás a esa sola voz. No hablará contigo desde el ego, porque no habrá ningún juicio.

Tú simplemente vendrás e irás como un desconocido por el mundo, y sin embargo serás alguien que parece ser muy ordinario, alguien que parece ser igual a todos los demás. La diferencia es que aunque el cuerpo todavía parece caminar sobre la Tierra, , literalmente abrazarás la Tierra. Y dentro de ti, sabrás que el miedo se ha ido.


SEGUNDO EJERCICIO DE OBSERVACIÓN

Deseamos extenderte algunos ejercicios simples que puedes poner en práctica. Ya te mencionamos uno de ellos. El segundo es este: Toma diez minutos de cada hora. Pon la alarma en tu reloj de pulsera, y durante diez minutos observa cómo estás moviendo el cuerpo.

Por ejemplo, "Ah, me acabo de levantar del sofá y voy hasta la cocina. ¿Por qué? Ah, tengo el deseo de comer helado. Esto ha surgido como un pensamiento en la mente y yo le he dado el poder de motivar el movimiento del cuerpo para que tome las acciones necesarias para que ahora ponga mi mano en la manija del refrigerador. (Y por cierto, me hubiera gustado tener uno de esos entonces.) Ahora estoy abriendo el congelador y estoy agarrando el pequeño cartón frío hecho del cuerpo de algún árbol. En ella hay una sustancia que alguna otra mente creó por medio del deseo.

"Ahora estoy agarrando un utensilio llamado cuchara, que nació de otra mente que tenía el deseo de hacer la vida más fácil. Estoy sumergiéndola en el helado, y ahora la estoy poniendo en el cuerpo, que a su vez es el resultado de un deseo. ¡Y estoy creando mi experiencia!"

No hay otra causa, sino esto: el surgimiento, la creación de un pensamiento, un sentimiento, un deseo que ha dado nacimiento a todo el movimiento de un mundo, llamado el cuerpo, para crear la experiencia de comer helado. Puedes hacer eso durante diez minutos, solo mediante la observación de lo que actualmente estás haciendo.

Ahora bien, ¿qué significa esto? Esto no quiere decir: "Bueno, voy a trabajar para poder pagar las cuentas." No, no es así. Tú vas a trabajar, porque tienes el deseo de crear algo que parece darte la apariencia de seguridad, de previsibilidad y de supervivencia. El trabajo o carrera nace del deseo inducido por la percepción de lo que tú piensas que necesitas. Por lo tanto, tú no vas al trabajo con el fin de hacer algo. Simplemente introduces el cuerpo en el automóvil y conduces por la autopista.

Comienza a aprender a observar sin adornos, sin interpretación o explicación, exactamente lo que está haciendo, durante diez minutos. Entonces, si usted desea volver a ser inconsciente, por todos los medios puedes hacerlo.

De esta manera, comenzará a discernir algo que también está sucediendo todo el tiempo, como un río o corriente subterránea. Porque tú eres la Realidad, existe siempre el deseo de extender lo bueno, lo santo y lo bello.

Por medio de observar lo que estás haciendo actualmente, descubrirás que en realidad en eso tienes mucho más éxito de lo que tú mismo menudo te das el crédito correspondiente. Comenzarás a ver en algunas de tus sonrisas ordinarias, en la decisión de tomar una carta y enviarla a un amigo, en la decisión de abstenerse de una palabra hiriente, comenzarás a descubrir que eso también ha nacido del deseo dentro de tu santa mente.

Y comenzará a comprobar que hay algo muy profundo en ti que ya está más allá del miedo, que ya está más allá de la ilusión, que ya descansa en la compasión, en el amor, en la sabiduría y en la verdad. Comenzarás a descubrir que ya tienes muchos éxitos en los que puedes construir, que ya tienes muchos éxitos en llegar a conocerte a ti mismo como una manera de probar, la sensación, de que:

En verdad, Cristo mora en esta mente.

Una vez te sugerí que recordaras solamente tus pensamientos amorosos. Pero el truco de eso es que primero debes ser consciente de ellos. Así que hay muchos que quedan atrapados en la depresión, la ansiedad y la locura de la mente porque ponen toda su energía en percibir lo que está mal y no ponen ninguna energía en percibir su éxito como Cristo.

Así, en cada sesión de práctica de diez minutos, aprende a desarrollar la capacidad de observar lo que estás realmente haciendo. Cuando te detengas en la cafetería en el camino a tu trabajo, y entras y le das algo de dinero a la persona que te da una taza de café, y tú la miras a los ojos, sonríes y le dices: "Gracias", acabas de tener éxito. Has comunicado la verdad. Has recordado que ése que está en frente de ti es digno de tu respeto y amor. ¡Y eso es un éxito!

Cada vez que tú puedes interrumpir el impulso de la mente de percibir nada más que problemas, comenzarás a descubrir el río subterráneo de la Mente de Cristo que aún está dentro de ti todavía. Mientras sientas tus éxitos más y más profundamente, esto a su vez construye tu deseo de vivir en esa corriente. Y momento a momento, día a día, cultivarás el poder necesario para identificarte solo con esa Mente.

Durante un tiempo, parecerá que hay dos sistemas de pensamiento —el antiguo con el que solías identificarte y el otro que parece estar naciendo dentro de ti. Lo que realmente estás haciendo es solo recordarlo. Pero, ahora  eliges tener la disciplina necesaria, la vigilancia necesaria, para volver a entrenar a la mente para que se identifique no con el reino de la ilusión— sino con la corriente de la Realidad que está fluyendo a través de ti, sin impedimentos, sin obstáculos, por toda la eternidad, sin fin.

Ese es el regalo que el tiempo te ofrece. Eso es todo lo que existe. Tú no puedes usar el tiempo para acumular riqueza en alguna cuenta bancaria para el futuro, ya que el futuro no existe, y no tienes control sobre lo que le pasará a tus monedas de oro en el mundo. El tiempo tiene un solo propósito: el propósito que el Consolador le ha dado. Y ese propósito es la expiación del Hijo de Dios.

Ahora bien, todo eso suena como muy elevado, y la mente dice: "Bueno, sí, por supuesto. Entiendo todo eso perfectamente bien, gracias. ¡Que pases buen día!" Y luego, esa misma mente se regresa a sus mismos viejos patrones. Después de haber escuchado, no ha oído. Después de haber probado, no ha digerido.


APROVECHAR LA OPORTUNIDAD PARA DISCIPLINAR LA MENTE

La mente todavía seguirá identifica con el reino de la ilusión hasta que decide aprovechar el tiempo, reconociendo el gran regalo que este tiene para ti —no como un castigo, no como una obligación, sino como una oportunidad para volverte totalmente libre. Y para sonreír dentro de tu corazón, porque  sabes que eres uno con Dios.

Decide aprovechar la oportunidad para disciplinar la mente, de modo que llegues a identificarte con la corriente de la Mente Cristo, que susurra con una voz tranquila bajo el rugido y el estruendo del conflictivo mundo del ego. Porque el mundo del ego está lleno de miedo, de duda, de juicio, de la necesidad de tener la razón, de la necesidad de ver que los demás son los que están equivocados, y de la necesidad de creer que hay alguna fuente de poder fuera de ti mismo.

Cuando te despiertes y te des cuenta de que la Verdad es siempre la verdad, nunca te lamentarás de ningún momento de experiencia en el que tengas el poder para desear de forma diferente. Porque como desees, así percibirás. Y como percibas, así experimentarás. Todo el juego es solo esto: Tú eres totalmente libre. Justo aquí, y ahora mismo. No puedes hace nada para ser libre. Solo puedes recordar tu libertad por la forma en que eliges utilizar la mente en cualquier momento.

El tiempo es una ilusión. Las cosas que pasan, los fenómenos del espacio y el tiempo, son solo sombras que has interpretado de una forma determinada. No hay ganancia; no hay pérdida. No hay nada que temer. El mundo no puede agregarte nada ni puede quitarte nada. Estás simplemente aquí, en esta aula temporal con la oportunidad de hacer lo que cualquier maestro en cualquier dimensión puede hacer, porque tú tienes el mismo poder que yo tengo —Tú tienes el poder de enseñar solo Amor. Y lo que enseñes, es lo que debes necesaria e inmediatamente aprender.

Por lo tanto, aprende bien a observar la mente:

¿Qué estoy realmente deseando?

No "¿Qué me gustaría haber deseado?", sino "¿Qué estoy realmente deseando?", recordando que todo evento es neutro. Es solo una experiencia de aprendizaje.

La separación no existe. La Verdad es verdad siempre. La muerte es irreal. Tú eres Espíritu puro. El tiempo es solo un contexto. El mundo es inofensivo. Tú no puedes ser una víctima. Eres libre. La expiación ha terminado. La ascensión se ha completado.

Una vez que el mensaje sea tuyo, realízalo por medio de elegir llevar esa Realidad a la danza de sombra que llaman el mundo. ¿Por qué de que serviría orar por la libertad en el futuro? ¡Cuando todo permanece en libertad ahora!

Una última cosa sobre el deseo: La mente del ego se compone de atracción/aversión, de juicio, ya sea la aceptación o la aversión, o incluso el odio. Por ejemplo, "Esto es correcto, eso es erróneo; esto es bueno, esto es malo”.

Ten la disposición de asumir y aceptar los resultados de lo que has deseado. Cuando sumerjas la cuchara en el helado, disfrútalo. Asúmelo como los efectos de tu deseo. Y cuando compres un automóvil que se eche a perder, entrénate para asumirlo y disfrutarlo, al igual que el helado.

¿Por qué? Por una razón muy simple: si la mente del ego juzga las cosas como correcto o equivocado, si tú juzgas el helado como "bueno", pero el automóvil descompuesto como "malo", ¿cuál mente tiene poder sobre ti? ¿Estás libre en este momento? En lugar de asumirlo y disfrutarlo, "Mi automóvil se acaba de echar a perder. ¡Ah, pero hay una hermosa puesta de sol! Creo que hasta podría también sentarme aquí y ver salir las estrellas. Después de todo, realmente no iba de todos modos a ninguna parte".

La mente es todo. Si realmente lo que más desea es creer en Cristo, debes asumir la responsabilidad de transformar la mente mediante el uso de tus momentos más comunes como aquellos momentos en los que ves de manera diferente. Y a medida que cambias la forma de utilizar la mente en cada momento, llegarás a probar la profunda libertad, una libertad que te llevará al instante, mucho más allá de las cosas del espacio y el tiempo. Que parecerán que surgen dentro de ti y que dejan de existir dentro de ti —universos que surgen y desaparecen, en la santa Mente de Cristo.

Ese es el gran regalo que se te ha dado a ti. ¿Qué otra cosa más digna podrías desear? Tú, en efecto, descubrirás y crearás tu camino hacia tu propio despertar consumado.

No puede haber ningún final en la Mente de Dios. Tú permanecerá para siempre dentro de ella, como quien permanece en un bosque infinito. ¿Por qué no jugar en el Reino?

¡Disfruta de tus ejercicios! Mientras los hagas, podrás probar el profundo recuerdo de la Verdad que siempre es verdad.

Y así que, por tanto, que la paz sea contigo. Y otra vez, te extendemos nuestro agradecimiento a ti por haber puesto el rugido y el estruendo del mundo a un lado para cumplir y permanecer con nosotros de esta manera. Pues como ves, la comunicación es un aspecto de gran alegría de la Filiación que deciden unirse y deleitarse al recordar la Verdad. Por lo tanto, es para nosotros un deleite crear medios de comunicación para unirnos contigo. Hay un dicho en tu mundo que dice, "se necesitan dos para bailar un tango." Gracias por unirte a nosotros en esta danza de celebración que recuerda la Verdad.

Ve entonces, en paz. Amén.


La organización Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.


Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/ 



Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz, 



El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:

1er  Libro   "El Camino del Corazón"
       de la Lección 1 a la 12


2do Libro  "El Camino de la Transformación"
       de la Lección 13 a la 24

3er Libro  "El Camino del Conocimiento"
       de la Lección 25 a la 35

Recomendaciones: 
  • Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
  • Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
  • Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
  • Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.



[1] Este ejercicio de permanecer como Cristo por cinco minutos se encuentra en el libro El Camino del Corazón en la Lección 9.

No hay comentarios:

Publicar un comentario