LECCIÓN 25
TÚ PERMANECES TAL COMO FUISTE CREADO
Ahora, comenzamos.
Amados y santos amigos, venimos para morar contigo mientras iniciamos la tercera y parte final de esta formal información en El Camino de la Maestría. Esta es una información que con el tiempo se desarrollará y que será compartida con millones. Hemos decidido titular a este último grupo de lecciones como El Camino del Conocimiento.
¿Qué se requiere, entonces, para que exista el verdadero conocimiento? ¿Cómo vive uno —en cualquier dimensión de la creación— cuando permanece adentro el verdadero conocimiento? Amados amigos, lo que se requiere en verdad conocer y que se extenderá por la totalidad de la conciencia es esto simplemente:
Que tú en ningún momento jamás has vivido la vida. Más bien que realmente y en verdad, la Vida, que no es sino el Amor que fluye desde la Fuente de toda creación, ha querido vivir como tú. Nunca en ningún momento ha existido, en verdad, un falso ser. Nunca ha habido un instante en que eso que llaman el ego haya existido.
Tú nos has escuchado decir muchas veces que lo qué es verdad acerca de ti es verdad siempre, y de qué tú permaneces como fuiste creado —el pensamiento de Amor perfecto en la forma. Tú emanas desde la Mente del Creador como una ola emana desde el océano. El gran secreto de tu existencia humana, en verdad, el gran secreto de los muchos viajes que has realizado es que ellos no han existido en ningún lugar salvo dentro de la pantalla de cine de tu propia mente.
¿Esto significa que tus sueños no han tenido ningún efecto? Dentro del propio sueño, durante todo el tiempo que elijas identificarte con él, tú experimentarás los efectos de las decisiones que has tomado. No obstante, ahora, como el corazón ha sido tocado por la purificación y como ahora estás en verdad dispuesto a permitir que ocurra la transformación, todo lo que importa y que debe ser recordado es que tú, como creíste ser, en verdad nunca existió. Fue una pantalla de humo. Fue una quimera. Fue una ilusión.
El conocimiento, entonces, consiste de los claros-cristales del discernimiento de que mientras la creación fluye desde la Mente de Dios, tú no podrás encontrar un lugar donde un ser separado comience. Y no tienes en lo absoluto ningún conocimiento de donde se encontrará tu fin. En verdad, tú no sabes lo que va a desarrollarse en el siguiente momento de tu experiencia. Esto solo puede significar, ya que tienes un momento siguiente, que algo más te está viviendo a ti.
En el inicio del viaje, debe existir el deseo, porque nadie puede venir hasta el Padre sin deseo. Porque así como tú usaste la energía del deseo para soñar un sueño de separación que cerró tu corazón y que te llevó a miles de inútiles viajes impulsados y coaccionados por el miedo, por el juicio, y por la duda, de igual forma el deseo ha sido necesario para que estuvieras dispuesto a enfrentar a tus ilusiones. Y para que observaras muy profundamente en tus juicios, y ver que ellos no tienen ningún valor salvo el que tú les extiendes. Se requirió, en verdad, de deseo para que tú quisieras despertar.
Así como tú has usado el poder de la intención para continuar grabando dentro de la mente las creencias y percepciones que son las mismas bases del sueño de separación, así también tendrás que aprender a usar el poder de la intención a través del tiempo, el cual es tu creación, con el objetivo de despertar del tiempo y del miedo.
Tal como una vez usaste el poder de permitir para concederle permiso a las creaciones que mantienes dentro de tu mente para que aparentemente —aparentemente— tomaran forma real en frente de tus ojos, y le permitieras a sus “realidades” volverse tan profundamente arraigadas que literalmente de eso han surgido mundos, de igual manera necesitas usar el poder de permitir en el proceso de transformación, para permitirte sentir lo que antes no deseabas sentir. Y permitirte ver de manera diferente a lo que tú una vez insististe que solo se podía ver de una manera determinada. El permitir es el campo del cual brota todo perdón que has aprendido.
El permitir ha sido la más central de las claves en el proceso de tu sanación y despertar. Porque cuando en verdad comiences a tocar el poder de la genuina aceptación, comenzarás a probar los primeros niveles de la verdadera libertad. Tú has aprendido que tal como permitiste que ocurrieran los nuevos comienzos, también has descubierto que tienes el poder de permitir que ocurran los finales dentro del campo de los fenómenos que tú llamas “el mundo.”
No obstante, te digo, que la rendición es la consumación de las claves del Reino. Tal como una vez tuviste la necesidad de rendir tus ilusiones para identificar la energía fundamental de tu ser con las ilusiones, tal como has tenido que vivir en rendición para incluso permitir la aceptación, tal como tuviste que aprender a descansar en rendición incluso para aceptar la intención, tal como una vez tuviste que aprender a descansar en rendición incluso para permitir el deseo de ser hecho de nuevo dentro de ti, a medida que vas entrando en El Camino del Conocimiento, entras en la rendición final.
EN LA RENDICIÓN FINAL — SOLO EXISTE DIOS
¡Esta es la rendición que está más allá de la comprensión de todos los idiomas y de las teologías de tu mundo, más allá de todo lo que pueda ser dicho o pronunciado, pero no más allá de lo que puede ser conocido, sentido, realizado, y vivido!
Porque en rendición observas a un mundo perfectamente inofensivo, ya sea que parezca que está fuera del cuerpo o dentro del propio cuerpo-mente. Observas a las cosas que van y vienen en el mundo y encuentras que todas las cosas son, en sí mismas, perfectamente vacías. Observas adentro y descubre que ya no necesitas seguir obstruyendo en la conciencia de la mente, en tu discernimiento, lo que el cuerpo-mente ha experimentado desde el momento de su concepción. Allí ya no existe ninguna obstrucción al fluido de las experiencias.
Allí ya no existe un ser-que-busca a Dios. Donde y cuando ese ser se ha rendido, la mente despierta a la simple realidad de que solo existe Dios. Y que tú eres Aquél.
Mientras buscas las palabras para comunicarte contigo mismo, o quizás con alguien más, la gran maravilla, el gran misterio, la gran verdad, la gran simplicidad de despertar dentro del verdadero conocimiento, te hará esforzarte para encontrar una manera de comunicarte, como yo he tratado de encontrar maneras de comunicarme contigo. Buscarás comunicarles a tus hermanos y hermanas que solo Dios existe.
Y sin embargo, existe el poder de la mente que te percibe como lo creado, que es en verdad lo que tú eres. Porque Dios le da origen a Dios, mirándose a Sí Mismo. El misterio del contenido puro que le da origen a la forma temporal con el objetivo de que ese misterio puro pueda ser comprendido.
Tú eres, entonces, el mismo proceso mediante el cual Aquél, que es único sin un segundo, crea la forma temporal a través de la cual Aquél se comprende y se conoce a sí mismo. Tú eres Aquél que es el perfecto efecto del misterio que emanará de sí mismo y hará visible lo que estaba invisible, para dar a luz a través del tiempo y la forma lo que no puede ser contenido dentro de él. Porque el Amor es inescrutable. Tú no puedes controlarlo. El Amor es inmenso más allá de toda medición. Tú no puedes contenerlo. El Amor no puede ser poseído. Solo puede ser permitido y aceptado.
Por lo tanto, en verdad, amados amigos, las mismas claves mediante las cuales una vez usaste el poder de tu propia mente para crear la ilusión de un ser separado son las mismas claves utilizadas por tu propia mente para despertarte a la verdad que tú nunca has sido. Solo existe este misterioso momento por siempre. Y todas las cosas han nacido de este misterio perfecto.
La mente despierta —despierta de la falsa arrogancia— observa a todas las cosas y dice:
Yo soy Aquél.
No obstante, ninguna huella de separación o de dualidad existe, porque tú no estás separado de todas las cosas que surgen —el viento que sopla a través de los árboles, la llovizna de un frío invierno lluvioso, el calor del sol sobre la piel, el abrazo de un amante, o la risa de un niño.
La mente despierta que permanece y mora en perfecto conocimiento ya no obstruye a la percepción, al sentimiento, al flujo de pensamiento, al flujo de experiencia. Ya no busca la manera de hacer que las cosas sean diferentes de como son. Solo busca, y vive desde, lo que en verdad más desea: simplemente permanecer en su propia naturaleza y permitirle a la Vida que fluya desde esa naturaleza, danzando en el innumerable e infinito despliegue de la forma.
¿Qué se requiere, entonces, para que el verdadero conocimiento exista? ¿Qué es lo que en verdad se requiere para morar en El Camino del Conocimiento? Para aceptar plenamente que: Ninguna pizca de tu búsqueda te ha acercado jamás a la realidad. Que ninguna modalidad ha tenido el poder de acercarte jamás a Dios. Y que nunca pudo haber sido posible que tú hicieras progresos hacia la conciencia de Dios. Porque durante todo ese tiempo, tú has sido Aquél el que tú buscas, fingiendo ser un buscador.
¿Y por qué razón te has entretenido con el pensamiento de separación? La razón es simplemente: para hacerlo. Porque la mente de Dios no niega ninguna posibilidad, porque no ve nada que pueda obstruir la pureza de su propia naturaleza. Dios mora dentro de Sí Mismo por siempre —infinito, inmenso, radiante y silencioso— el infinito campo de conocimiento puro, de inteligencia pura, del cual surgen todas las cosas y todas las posibilidades surgen. Este es el por qué una vez te dije:
Tú nunca has mirado a otro, porque solo te ves a Ti Mismo.
Tú eres libre de juzgarte a ti mismo por medio de juzgar a tu hermano, y por consiguiente, crear una forma de experiencia. Pero incluso esa forma de experiencia es solo la perfecta realidad de Dios. ¡Y eso es lo que tú eres!
¿Qué requiere, entonces, el verdadero conocimiento? Lo que Dios crea. Desde el mismo momento en el que tuviste el pensamiento, “deseo a Dios,” incluso ese pensamiento apareció dentro del campo de lo que tú crees que es tu limitada conciencia como un cuerpo-mente limitado, atormentado por el miedo y la duda, la culpa y todo lo demás. Todo eso es ilusión. Ese pensamiento de desear a Dios —que fue el momento en el cual comenzó tu viaje a casa— ese pensamiento es la presencia de Dios despertándose a sí mismo hacia lo que nunca se había perdido.
Dios es lo que requiere el verdadero conocimiento. La sed que tú sentiste por Dios es la sed de Dios por Sí Mismo. Tú eres literalmente el campo de conciencia de Dios en el cual Dios tiene conciencia de Sí Mismo porque tú eres el poder de Dios. Y solo mediante ese poder te fue posible ser consciente de algo que parecía ser diferente de Dios. Porque incluso el miedo se sustenta en el Amor.
Incluso el miedo, la contracción, y el sueño de separación requieren de Amor. Porque el Amor permite todas las cosas, confía en todas las cosas, acepta todas las cosas, y por consiguiente, trasciende todas las cosas.
En cuanto a que todavía podrías tener el deseo de percibir que tienes “tu propia experiencia,” como si estuvieras separado y aparte de tus hermanos y hermanas como si estuvieras separado y aparte del titilar de las estrellas, y de la danza de la luz del sol sobre el agua, y del pensamiento en la mente brillante de un científico, y del llanto de un recién nacido —incluso si deseas, todavía, sostener que tienes algo que llaman “experiencia privada”—esa experiencia privada ha requerido la presencia de Dios. ¡Cada pensamiento que alguna vez hayas tenido ha existido solo porque el Amor lo ha permitido!
TIENES EL PODER DE DESPERTAR A TU VERDADERA NATURALEZA AHORA
¿Sufres porque Dios lo decidió? No en lo absoluto, porque en verdad —y por favor escucha cuidadosamente— el sufrimiento no existe. Solo la realidad del Amor puede existir. Tú eres aquél con el poder para despertar a tu verdadera naturaleza —¡justo aquí, justo ahora! En verdad, solo cuando hayas entregado el apego a las modalidades, a las meditaciones, a las oraciones, a las teologías, a los libros, solo cuando tú hayas entregado el apego a toda forma y simplemente tomes la decisión de morar en el simple conocimiento de que tú eres Aquél, solo entonces el conocimiento impregnará tu conciencia.
Si hubiera algo que tuvieras que hacer para estar con Dios, entonces implicaría que Dios está separado de donde tú estás. Sin embargo es el mismo Amor de la conciencia pura que te da ti el poder para percibir que hay algo que tú debes hacer para estar con Dios. Por lo tanto, Dios está presente siempre. Si hubiera en verdad alguna forma de meditación que pudiera iluminarte, eso implicaría que tú estabas en verdad separado de Dios en algún momento dado. Pero no es posible para Aquél estar separado de sí mismo.
Permite, entonces, que la mente descanse en la simplicidad de que lo qué es verdad ha sido verdad siempre, y que donde tú moras eres simplemente la manifestación de Aquél que se está manifestando como un hombre o como una mujer.
En el verdadero conocimiento, en el verdadero conocimiento genuino, el cual existe aquí ahora y que no se puede conseguir mañana, solo existe la simplicidad pura de este momento que está surgiendo, visto con perfecta inocencia. En el verdadero conocimiento hay perfecta paz. En el verdadero conocimiento uno simplemente permanece despierto, atestiguando el juego y despliegue de los fenómenos, los cuales, en verdad, surgen solo dentro de la única Mente que es la Filiación.
Te he dicho muchas veces que en verdad tú no puedes equivocarte, y que nadie jamás se ha equivocado en su viaje. ¿Cómo podría ser esto posible en el campo del Amor puro que es Dios? Solo el Amor es real.
Te has permitido —como Dios— formular formas de experiencias para simplemente experimentarlas. Cada lágrima que has llorado, cada pérdida que has sentido es no obstante solo Dios eligiendo tener esa experiencia. Tú has permanecido eternamente libre en cada momento de elegir de nuevo. Y en verdad, tú elegirás de nuevo sin fin. Porque no habrá un “tiempo” en el que Dios cesará de existir. Porque si Dios pudiera cesar de ser, entonces Dios no sería Dios, porque necesitaría ser un campo de energía en el cual el no-ser pudiera existir.
La mente que está despierta sirve solo al Espíritu Santo, y el Espíritu Santo es simplemente la mentalidad-correcta. ¿Y qué es la mentalidad-correcta sino el puro conocimiento?
El Camino del Conocimiento, es entonces, un camino de sentimiento sin obstrucciones, la aceptación sin impedimentos, el permitir sin obstrucciones, no solo de lo que está alrededor tuyo, sino de lo que surge desde adentro de ti. El trabajo que yo hago al comunicar esta lección no lo hago porque alguien más me exige que lo haga. Esto surge desde adentro del campo de la Mente de Dios que es la esencia de todo lo que yo soy como Cristo. Esto surge, es atestiguado y permitido a través de mí. Y por lo tanto, el trabajo se hace.
Esto no es diferente de lo que tú experimentas en tu experiencia momento-a-momento. Cuando observas una gota de lluvia caer y tocar la ventana a través de la cual estás observando, has utilizado y estás en la presencia del poder de la conciencia que no es diferente del que me impregna a mí y a través del cual esta comunicación se manifiesta.
Todo lo que sucede en todos los intentos de despertar de la Filiación es que Aquél se habla a sí mismo. Él habla de despertar porque otro aspecto de sí mismo, otra ola del océano, aún está fingiendo que se ha causado a sí mismo en verdad la pérdida de conciencia.
Miren alrededor de ustedes, amados amigos. Porque una vez te pedí que consideraras que no sabes ni siquiera qué es la cosa más simple o para qué es. Lo hice porque tú creías que eras un ser separado, y porque tus juicios, y tu definición de las cosas tenían una realidad fuera de tu mente. Por lo tanto, te pedí,
“Mira alrededor con perfecta humildad, porque no sabes qué es una sola cosa, o para qué es”.
Porque si miras a un hermano o hermana y los ves como si estuvieran separados de ti, como alguien del cual puedas obtener algo para ganar ventaja en tu viaje, entonces no sabes para qué es tu hermano o tu hermana.
Esta es la única cosa para lo que pueden ser tu hermano o tu hermana: ser lo que Dios observa y Él solamente se observa a Sí Mismo. Un hermano o hermana está en el campo de tu conciencia que aprendiste a llamarla tuya por una razón: para que los ames, para que los festejes y para que te unas a ellos para crear y extender lo bueno, lo santo, y lo bello.
¿Esto implica que si miras a los demás, entonces, ellos deberían saber esto? No en lo absoluto, porque Aquél que tú eres, manifestándose a través de ellos puede muy bien elegir, en su infinita, libertad perfecta, permanecer totalmente demente. ¿Y eso qué?
Nada puede evitar que veas con Amor y permitas al juego y despliegue de la forma continuar su danza de nacimiento y muerte, de unión y separación, de creación y disolución. Todas las cosas que pueden ser experimentadas deben ser finalmente permitidas fluir sin obstrucción dentro de tu mente. El nacimiento da lugar a la muerte, y la muerte da lugar al nacimiento en un despliegue incesante —no como algo que lucha por la vida, sino como la Vida Misma.
La realidad todo lo que eres permanece por siempre inmutable y puro. Tú eres como el cielo a través del cual todas las nubes danzan y juegan. Tú literalmente momento-a-momento experimentas, incluso en el momento que piensas que eres solo un ser separado que va a ir a la bancarrota mañana debido las decisiones que tomó ayer, incluso eso puede ser permitido, ser confiable, puede ser apreciado, puede ser atestiguado desde la espaciosidad del cielo que puede aceptar a cada nube desde un lugar de conocimiento perfecto.
No puede haber mayor alegría que llegar a cada momento sin nada que adquirir, sin nada que lograr, y sin nada a que resistirse. Cuando la resistencia ha sido liberada, a través de la simple decisión de liberarla, descubrirás y sabrás que en todo ese tiempo, en realidad, solo había existido Dios.
VIVIR UNA VIDA LIBRE DE OBSTÁCULOS
¿Cómo, entonces, vive alguien mientras permanece en verdadero conocimiento? Uno podría simplemente responder, “de la manera que quiera”. Porque en una vida libre de obstáculo, a Aquél se le permite informar tus decisiones.
Ya no hay nada que creas que necesites, nada que creas que pudiera agregarte algo a ti. ¿Por qué quien por pensar, quien por acción, quien por creer en teología ha podido alguna vez agregar una pulgada a su estatura? Porque aunque tu cuerpo surja y desaparezca, como una breve nube de ilusión en el campo de la creación, tú permanecerás libre de obstáculos e inmenso. ¿Cómo podrías agregarle eternidad? Tú eres la conciencia pura. Ya que nada de lo que hayas hecho jamás te ha hecho más grande, así como nada de lo que hayas hecho jamás te ha quitado nada.
Cada momento, entonces, es perfectamente puro, honesto e inocente. Cada momento aceptado y permitido sin obstrucción es literalmente el estado presente del Cielo. Esto es el por qué una vez yo dije:
El Cielo se expande por la faz de la tierra, aunque la humanidad no lo vea.
No obstante, el cielo requiere elegir ver algo más. Este es el escurridizo punto sobre el cual El Camino del Conocimiento descansa. Es escurridizo solo porque no requiere de esfuerzo. Tú no puedes dejar de ser Aquél que se manifiesta como la danza de una manifestación temporal de energía que parece estar separada de las otras manifestaciones de energía.
No obstante, la Filiación es una. Cada árbol, cada gota de lluvia, cada molécula, cada pensamiento, cada no-pensamiento —todas esas cosas son la Filiación. ¿No es éste el tiempo de despertar más allá de un lenguaje particular que solo le hable a la humanidad?
Recuerda que tu sufrimiento viene solo de la ilusión de que eres un cuerpo-mente separado sujeto a los estragos del tiempo, a las inseguridades del mundo, a que seguramente serás una víctima de la muerte. ¡Cuando en realidad, durante todo ese tiempo, tú has sido el poder que eligió esa creencia!
¿Esto quiere decir que simplemente puedes decir, “ahora estoy despierto y no necesito sentir ese sentimiento que de repente surgió”? ¡No en lo absoluto!
Porque el Amor no se resiste a nada. El Amor acepta todas las cosas. El Amor desea todas las cosas. El Amor despierta a la Verdad de que solo Dios es. ¡Y Dios aceptará a la totalidad de Su creación a través de ti, como tú, en ti, para ti y para Él Mismo! Porque no hay diferencia entre Dios y tú. Tú eres Aquél.
¿Cómo, entonces, vive alguien despierto? No hace mucho te di esa respuesta: ¡de la manera que ese ser despierto quiera! Y ahora aquí, por favor entiende, llegamos a la esencia de lo que veremos en las siguientes elecciones. Porque ya nunca más viviremos preguntándonos acerca de lo que deberíamos hacer. Ya no te pediré que vivas preguntándote que estuvo mal, sino que en vez de eso, en la pureza del poder de la única pregunta en la que constantemente Dios habita:
¿Qué deseo?
Porque aquí, en perfecta rendición, la mente regresa al deseo puro —no el deseo de ganancia que tiene un ser separado, sino a lo que expresa la totalidad de Dios. “¿Qué deseo?” Es la pregunta que Dios se pregunta a Sí Mismo como tú.
Sí, esto implica que eres perfectamente libre para disfrutar del campo del deseo. ¿Eres capaz de conocer lo que realmente quieres? Absolutamente, una vez que decides que no eres la que una vez creíste que eras. Esto requiere de solo la decisión de reconocer de que nada puede existir salvo Dios, y que, por lo tanto, tú eres Aquél. Tú eres pleno y libre —¡ahora!
Muchas veces te he dado a entender que la totalidad mi vida fue mi viaje de regreso a Dios. Yo lo decidí libremente, no porque yo estuviera separado de Dios, sino porque yo ya había despertado a la verdad de que:
¿Qué podría ser posible que existiera excepto el Amor de Dios?
Yo elegí mirar al cuerpo-mente y vivir solamente preguntándome, “¿Qué deseo?” Una cosa que yo elegí fue demostrar la irrealidad de la muerte.
¿Qué elegirás tú demostrar? Porque no veas en mi demostración algo más grande y más allá de ti, sino más bien entiende que cada cosa que tú demuestres es igual a ese idéntico poder. Porque lo que fluye desde ese poder, permanece en ese poder, manifiesta ese poder. ¡Es la realidad y el aliento viviente de Dios!
Por consiguiente, a medida que continuemos avanzado en estas lecciones, comenzaremos a enfocar la atención en la perfecta libertad de explorar lo que has deseado. Porque una mente despierta entiende que en verdad vive en divina autosuficiencia, tú no puedes dejar de danzar perfectamente con tu hermano o hermana, independientemente de cómo ellos estén eligiendo responderte.
Es imposible estar separados el uno del otro. Es imposible causarle sufrimiento a otro. Es imposible no ser uno con el qué está delante de ti. Solo existe la danza y el juego de la creación. Solo existe la realidad eterna de Dios. Solo existe el reconocimiento de que Dios es alegría y no depresión. Toda depresión proviene de la resistencia, de la obstrucción del flujo de la conciencia, del intento de limitar lo ilimitado.
La mente que permite todas las cosas, que confía en todas las cosas, y acepta todas las cosas es todas las cosas. Y aunque parece que vives, sin embargo tú no vives. Solo Aquél vive como tú. Tú eres libre. Eres inmenso. Tú no naces y no mueres. Tú eres como yo soy. Tú eres el qué está despierto, el Ungido, el Mesías. Tú eres el suave toque de Amor en una ilusión temporal, intentando ser diferente al Amor. ¿Y por qué no? Todo es un simple juego —una inocente ilusión.
Por lo tanto, terminaremos esta lección con una pregunta que te preguntaremos para que la vivas adentro:
Amado amigo, oh el santo Aquél, ¿qué deseas?
¿Y ese deseo ha sido generado por la libertad del Amor o por la ridícula creación de un inútil miedo? Desea solo desde la libertad y tendrás tu deseo.
Y con esto, amados amigos, que la paz sea con ustedes. Nosotros en verdad que nos regocijamos cuando estamos con ustedes. Vayan entonces, en paz. Amén.
La organización Shanti Christo acaba de poner a disposición la traducción al español de esta exquisita obra espiritual.
Te recomiendo que adquieras los libros de "El Camino de la Maestría", en la página web: www.shantichristo.com/
Esta traducción no oficial fue realizada por Oscar Ruiz,
El Camino de la Maestría
se compone de tres libros:
1er Libro "El Camino del Corazón"
de la Lección 1 a la 12
2do Libro "El Camino de la Transformación"
de la Lección 13 a la 24
3er Libro "El Camino del Conocimiento"
de la Lección 25 a la 35
Recomendaciones:
- Cada libro debe estudiarse durante un año, y cada lección durante un mes, al final de los 3 años de estudio habrás alcanzado la Maestría.
- Compra un diario y un bolígrafo que solo debes utilizar en El Camino de la Maestría.
- Coloca sobre la portada de tu diario una imagen que represente para ti, tu idea más elevada del Amor.
- Anota todas tus experiencias, todo lo que sientas, guarda el diario y el bolígrafo en un lugar donde no colocarás nada más, ese será tu lugar sagrado.
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